Izquierda Unida sabe que se lo juega todo en este ciclo electoral que se ha abierto con los comicios andaluces del pasado domingo 22 de marzo. La formación se enfrenta a una situación delicada, con las encuestas otorgándoles cada vez menos intención de voto cuando, en teoría, la situación sociopolítica no podría ser mejor para su crecimiento.
Con motivo de preparar las próximas citas con las urnas y econtrar su espacio, la formación ha encargado un estudio cualitativo a través de grupos de discusión para evaluar la situación a la que se enfrentan. A través de la confección de grupos de discusión en cinco ciudades (Barcelona, Valencia, Madrid, Sevilla y A Coruña) entre el 16 y el 22 de febrero, el partido constituido en 1986 ha tratado de averiguar qué percepción tienen los votantes de izquierdas y abstencionistas sobre el contexto económico, social y el sistema político, las opiniones sobre el espacio político de la izquierda y las opiniones y actitudes sobre Izquierda Unida en el actual momento de cambio.
Los resultados reflejados en el informe destacan las fortalezas y debilidades para la formación que encabezará Alberto Garzón en las próximas elecciones generales. Los participantes en el estudio señalan que la formación arroja una imagen negativa derivada de “la dificultad para adaptarse al contexto” y “una estrategia política cambiante”. A esto habría que añadirle la percepción de que muchas de sus propuestas en materia económica muestran “debilidad” o “inviabilidad”.
El liderazgo de Garzón es una de las fortalezas de IU, que aporta una imagen renovada al partido y un liderazgo bien valorado. Los ciudadanos destacan que se trata de un líder joven con buena presencia y solidez y fortalez ideológica. “Se le atribuye una mejor lectura de la realidad y una mayor capacidad de conexión con la gente”, reza el informe que la empresa encargada del estudio ha doblado a IU.
Podemos también tiene protagonismo en este documento. El partido de Pablo Iglesias (que, según el documento, “se caracteriza por la soberbia”), acapara junto a Izquierda Unida el espacio político de la izquierda, y acapara el concepto de “nuevo partido” por encima de otros como Ciudadanos o partidos nacionalistas surgidos recientemente.
No han faltado en los debates celebrados las comparaciones entre Iglesias y Garzón. El texto señala que al líder de Podemos se le considera “una figura de marketing diseñada políticamente y muy medida”, mientras el candidato de IU a la presidencia del Gobierno destaca por una mayor “autenticidad” que, según el informe, genera un mayor nivel de confianza en él.
El debate entorno a la conveniencia de situar al PSOE en la izquierda también ha surgido en los grupos de discusión confeccionados para la elaboración del estudio. “Ampliamente castigado por su asociación con el bipartidismo”, reza el documento, que habla de que ese sistema con dos partidos mayoritarios es percibido como un “juego político trucado” para los menores de 50 años.
“La posición política de IU, la decadencia del PSOE y la coyunturalidad de Podemos” son percibidas como oportunidades de la organización para afrontar el futuro. También se percibe como positivo la capacidad de gobierno de IU, sobre todo en el ámbito local, unido a su capacidad para elaborar políticas sociales de calidad e innovadoras, un punto a tener en cuenta de cara a la cita electoral de mayo.
Existe un cierto consenso entre los votantes de izquierda de que nos encontramos en “un momento de cambio” en el que se rechaza de manera transversal cómo funciona la política. A esta situación habría que sumarle la aparición de nuevos partidos políticos, así como la pérdida de relevancia del tradicional eje izquierda-derecha. El nuevo espacio político estaría definido, según el documento, por una “mezcla” entre elementos arraigados como el bipartidismo y la izquierda y otros nuevos, entre los que destacan la transversalidad y la aparición de los nuevos partidos.
Fuentes de la dirección señalan que el estudio cualitativo tiene más profundidad que el cuantitativo “a medio y largo plazo”. La intención del estudio, además de preparar a la coalición para las inminentes municipales y autonómicas, tiene como objetivo “redefinir cómo debe ser la organización para sobrevivir en un periodo de cambio como el que atraviesa España”.