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Jorge Buxadé: el fulgurante ascenso del número dos de Vox bajo el paraguas de Abascal

Buxadé y Abascal consideran terroristas a los antifascistas

Carmen Moraga / Andrés Gil

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Sus ruedas de prensa semanales, telemáticas por culpa de la pandemia, le han dado la oportunidad de convertirse en uno de los rostros de Vox más conocidos. El eurodiputado Jorge Buxadé (Barcelona, 1975) solo lleva como portavoz del Comité de Acción Política de la formación de extrema derecha unos meses, pero en ese escaso tiempo ha logrado no solo destacar por sus declaraciones, casi siempre polémicas, sino por el poder interno que ha ido acumulando como vicepresidente del área Política dentro del Comité Ejecutivo Nacional de Vox, siempre de la mano de su amigo Santiago Abascal. Según los estatutos, como vicepresidente primero a Buxadé le corresponde suplir las funciones del presidente en caso de fallecimiento, enfermedad o renuncia.

Negacionista del cambio climático y de la violencia de género, con un incendiario discurso contra “la entrada masiva” de inmigrantes ilegales en nuestro país y antifeminista acérrimo –llamó “feas” a las activistas de estos colectivos en un mitin de campaña, aunque luego matizó que se refería a “feas de alma”–, Buxadé es el paradigma de todos los 'valores' que defiende Vox.

Su trayectoria política arrancó en Falange Española de las JONS, cuando en las elecciones autonómicas catalanas de 1995 decidió formar parte de la candidatura por Tarragona del partido fundado por Primo de Rivera. Un año después, se presentó a las generales por Falange Española Auténtica en la lista por Barcelona. Posteriormente, dio el salto al PP –de donde proviene también Abascal–, donde militó entre 2004 y 2014 y donde trabajó como asesor de la exdirigente catalana Monserrat Nebrera.

En una entrevista concedida el pasado mes de mayo a El Mundo, poco antes de las elecciones europeas a las que concurrió como cabeza de cartel de Vox, Buxadé confesó que no se arrepentía de su paso por Falange, pero sí “de haber sido militante del PP”.

Un año después de dejar el partido conservador, Buxadé se afilió a Vox, la formación que acababa de fundar Abascal, entrando casi de inmediato –en 2016– a formar parte de su Ejecutiva Nacional en calidad de vocal.

Buxadé fue presidente del ultraconservador Foro Catalán de la Familia y uno de los fundadores de Sociedad Civil Catalana. Como abogado del Estado se encargó de redactar el recurso contra la primera consulta soberanista de Catalunya celebrada de 2009 en el municipio de Arenys de Munt (Barcelona).

Actividades irregulares en la abogacía

Su actividad privada como abogado se ha visto salpicada por algunas actuaciones irregulares. Como publicó en exclusiva elDiario.es de Catalunya, el bufete de Buxadé percibió cobros mensuales de la fundación Badalona Capital Europea del Bàsquet durante los primeros cuatro años de mandato de Xavier García Albiol (PP), que presidía la entidad como alcalde de este municipio barcelonés. Su despacho facturó hasta 109.696 euros en total por trabajos en concepto de asesoría técnica y minutas de una fundación deportiva que la Fiscalía consideró que actuaba sin los debidos controles económicos. La Fiscalía de Barcelona comenzó a investigar a la fundación badalonesa en otoño de 2017, pero la fiscal jefa decidió paralizar la investigación antes de aquellas elecciones autonómicas.

Desde la ultima Asamblea General de Vox, celebrada en marzo de este año, –justo cuando acababa de estallar la pandemia– la figura de Buxadé ha ido ganando peso como responsable del órgano encargado de coordinar la estrategia política y fijar la postura oficial del partido, relegando a otros destacados dirigentes, como Javier Ortega Smith, el secretario general. Los críticos de Catalunya, que en las primarias internas han plantado cara a Joan Garriga, el candidato oficial a dirigir la organización provincial en Barcelona, aseguran que el dirigente catalán, afincado ahora en Madrid, ha logrado tejer toda una red de “acólitos” formada por simpatizantes o miembros el Opus Dei y por antiguos militantes de la ultraderechista Plataforma per Catalunya (PxC) que dirigía Josep Anglada, a los que ha impulsado para que controlen las cúpulas provinciales.

Fuentes de estos sectores críticos aseguran que el meteórico ascenso dentro del partido de Buxadé no se debe precisamente ni “a su carisma” ni a “su tirón mediático”, sino a su estrecha amistad con Abascal y a su férreo control de la organización.

La actividad en Europa

Buxadé es el jefe de la delegación de Vox en el Parlamento Europeo de la que forman parte sus otros dos compañero ultraderechistas, el periodista Hermann Tertsch y Mazaly Aguil. La formación de Abascal comparte en la Eurocámara grupo con sus aliados de PiS –el partido Ley y Justicia del polaco Aleksander Kaczyński– en el grupo ultraconservador ECR en el que también está el principal aliado de Carles Puigdemont en Bélgica, los nacionalistas conservadores flamencos de la NV-A, así como el partido que está haciendo el sorpasso a Berlusconi por la derecha, Fratelli d'Italia. 

En Europa, Vox mantiene una agenda muy similar al PiS, y a la extrema derecha de Marine Le Pen y Matteo Salvini (estos últimos, insertados en el grupo Identidad y Democracia de la Eurocámara): están en contra de la integración europea, de la última propuesta de la Comisión Europea sobre migración, a favor del Reino Unido en su apuesta por el Brexit y en contra incluso de los planes presupuestarios por considerar que atentan contra la soberanía de las naciones.

Recientemente, Vox se ha visto envuelto en dos polémicas en la Eurocámara: una, por la defensa del legado del Valle de los Caídos retorciendo la ley de memoria democrática; y, otra, cuando ha presumido de obligar a devolver a Puigdemont y Toni Comín los 27.000 euros en dietas que realmente nunca cobraron de la Eurocámara.

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