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El PP vuelve a Sevilla, donde comenzó la carrera de Aznar hacia la Moncloa

El PP vuelve a Sevilla, donde comenzó la carrera de Aznar hacia la Moncloa

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Madrid, 31 mar (EFE).- Sevilla vuelve a ser la sede de un congreso del Partido Popular 32 años después de que la capital andaluza acogiera el cónclave que culminó la “refundación” de la antigua Alianza Popular y donde Manuel Fraga cedió el testigo a José María Aznar en el arranque de su carrera hacia el Palacio de la Moncloa.

Han pasado más de tres décadas desde que el histórico fundador de AP soltó la famosa frase “Ni tutelas ni tutías” con la que pretendía simbolizar la cesión absoluta a Aznar del control de una formación que nunca había logrado presidir el Gobierno y que un año antes había cambiado hasta de nombre en busca del anisado centro político.

El lugar es el mismo, y las fechas similares, porque también entonces se celebró en los prolegómenos de la Semana Santa; incluso se da la circunstancia de que el heredero de los mandos del partido es un presidente autonómico, porque Aznar lo era de Castilla y León y Alberto Núñez Feijóo preside ahora la Xunta de Galicia.

Sin embargo, el proceso por el que en uno y otro tiempo se ha llegado al cónclave sevillano es muy diferente, mucho más traumático en el momento actual.

Ahora el congreso trata de resolver una insólita y veloz crisis que ha fracturado el partido en muy poco tiempo a raíz del encontronazo público entre el ya defenestrado líder de la formación, Pablo Casado, y la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

En 1990 la designación de Aznar cerraba el largo proceso de la refundación iniciado un año antes, en el X congreso, cuando Fraga recuperó la presidencia del partido tras el desgaste que supuso a los de AP el tumultuoso paréntesis de Antonio Hernández Mancha.

Ahora el PP tiene a Vox a su derecha, una formación que cada vez cuenta con más respaldo electoral y que aspira a superar a los populares, con los que sin embargo acaba de pactar la investidura de Alfonso Fernández Mañueco al frente de la Junta de Castilla y León.

El Partido Popular que recogió José María Aznar no tenía esos problemas a su derecha. Su mayor reto era llegar por vez primera a la Moncloa y despegar de los poco más de 100 diputados que lograba en las elecciones y para ello buscaba con afán el centro político.

No en vano, el lema de su congreso de Sevilla era “Centrados con la libertad”.

Más allá del término “libertad”, favorito en los discursos de la madrileña Isabel Díaz Ayuso, el lema del XX congreso que comienza este viernes en Sevilla pretende lanzar un mensaje de confianza en el futuro con un “Lo haremos bien” especialmente significativo tras un tiempo en que la corrupción ha manchado los cimientos de Génova.

Atrás quedarán los diecinueve congresos que el partido ha celebrado desde que Manuel Fraga, exministro franquista, fundó Alianza Popular en marzo de 1977, en plena Transición democrática, cuando ni siquiera estaba en vigor la Constitución en cuya redacción él participó como ponente.

Desde entonces, el partido ha tenido ocho presidentes -Federico Silva Muñoz, Félix Pastor, Manuel Fraga, Gerardo Fernández Albor, Antonio Hernández-Mancha, José María Aznar, Mariano Rajoy y Pablo Casado- de los cuales dos han sido presidentes del Gobierno (Aznar y Rajoy).

En la historia de sus congresos, destaca como el más significativo el de Sevilla de 1990, por cuanto marcó el camino a seguir hacia la Moncloa, aunque en el pasado más remoto el séptimo, extraordinario, celebrado en 1987 tuvo enorme trascendencia.

Fraga había dimitido al no mejorar resultados en las elecciones a las que AP concurrió en la Coalición Popular y en el cónclave hubo dos candidatos -Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y Antonio Hernández Mancha- de los cuales el segundo fue elegido presidente hasta el retorno de Fraga en la “refundación” del IX congreso (1989).

Quince años más tarde y tras gobernar dos legislaturas seguidas, José María Aznar decidió no presentarse a la reelección en las elecciones del 14 de marzo de 2004, y Mariano Rajoy, el candidato, fue el sucesor por él propuesto para dirigir el partido, que lo eligió su presidente en el XV congreso celebrado en Madrid en octubre de ese mismo año.

Rajoy logró la presidencia del Gobierno en 2011 y a su marcha, tras abandonar también la presidencia del partido cuando perdió la moción de censura presentada por el PSOE en junio de 2018, el PP tuvo de nuevo que elegir entre dos candidatos a liderarlo.

Fue en el XIX Congreso, también extraordinario, y los postulantes fueron cinco en una primera vuelta, si bien finalmente solo quedaron dos en liza: Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado.

La etapa de Casado acabará este viernes, cuando se despida ante los compromisarios convocados al XX Congreso sin haber conseguido su objetivo de llegar a la Moncloa.

José María Aznar necesitó seis años para lograrlo tras su nombramiento como presidente del partido; Mariano Rajoy, siete.

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