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Unidos Podemos se prepara para una negociación 'in extremis' con el PSOE

Carolina Bescansa, íñigo Errejón, Pablo Iglesias, Alberto Garzón e Irene Montero, a su llegada al Congreso de los Diputados.

Andrés Gil / Aitor Riveiro / Irene Castro

El órdago de Pedro Sánchez a sus críticos en el PSOE intenta tener consecuencias en la posibilidad de buscar una investidura alternativa a Mariano Rajoy. Si Sánchez se quita de en medio las presiones para abstenerse ante el PP y los límites internos a negociar con nacionalistas –sobre todo catalanes– y Podemos, tendrá muy poco tiempo para cerrar un acuerdo para su investidura, dado que las Cortes no estarían disueltas hasta el 31 de octubre.

Para ello, hay dos fechas clave: el 11 de octubre, cuando finaliza el plazo para recoger los avales para disputar en primarias la secretaría general a Pedro Sánchez; y el 23 de octubre, en el que se celebra la votación. Si no hay candidato alternativo, Sánchez se sentirá libre para negociar desde el día 11; si hay candidato y gana, desde el 23.

El portavoz parlamentario de Unidos Podemos, Íñigo Errejón, ha reconocido este martes que, con el calendario de primarias fijado por el PSOE, la posibilidad de llegar a un acuerdo con este partido para “sacar” a Mariano Rajoy de La Moncloa se vaticina “en condiciones muy difíciles, a última hora y apurando los plazos”.

Flexibilidad de Podemos

Errejón, así mismo, ha asumido que su formación debe ser “flexible” a la hora de negociar con el PSOE una posible alternativa de gobierno y ha hecho un llamamiento a la necesidad de “anteponer los objetivos políticos”.

“¿A qué me refiero con flexibilidad? A que hemos aprendido todos de los procesos pasados y a que hay que tomar nota”, ha asegurado. Según Errejón, han aprendido a abordar el proceso de negociaciones de forma más “cauta” y han preferido “esperar más”.

Por ello, Errejón ha hecho un llamamiento a “evitar discusiones simplificadas que se reducen a lo organizativo o a etiquetas”, a “seguir siendo flexibles”, y a esperar a que el PSOE tome una decisión y ponga sobre la mesa una propuesta --si finalmente lo hace-- para poder analizar entonces “todas las posibilidades” y tomar “decisiones que se adapten al momento”. “Mi impresión es que van a seguir pasando cosas”, ha augurado. “Tenemos que anteponer los objetivos políticos. Hay que evitar el bloqueo. ¿De qué manera? No podemos entrar hasta que el PSOE decida”, ha remachado. “No hay ninguna propuesta clara encima de la mesa. Cuando lo decidan y cuando haya una oferta, nos posicionaremos”, ha insistido.

Fuentes de la dirección de Unidos Podemos aseguran: “A día de hoy no hay nada, ni siquiera hemos hablado”.

“No vamos a ser descorteses ni a dar pie a perder una oportunidad. Si nos llaman, vamos a hablar”, aseguran fuentes de la dirección de Podemos. “Pero nos parece poco creíble porque lleva 15 días sin llamar”, recuerdan en referencia a la fallida reunión o contacto entre Pablo Iglesias y Sánchez. Los contactos que se han producido de momento han sido en un nivel secundario.

Lo que teme la dirección de Podemos es ser utilizada como arma arrojadiza en la lucha interna del PSOE, “que se enfrenta a una decisión histórica”, y alcanzar un acuerdo con alguien que puede perder las primarias y quedar apartado de la carrera por la presidencia. “¿Cómo nos metemos en una negociación si no tengo garantías de que será el candidato?”, se preguntan en Podemos. “Necesitamos garantías”, zanjan.

“De igual a igual”

En Podemos tampoco están dispuestos a hacer “un teatrillo”, a una nueva ronda de contactos con todos ni a que les intenten sentar con Ciudadanos. El partido de Pablo Iglesias, y en esto la unidad sí es absoluta, no quiere saber nada del partido de Albert Rivera después de su voto a favor de la investidura de Mariano Rajoy.

Sánchez, según fuentes socialistas, ahora está determinado a gobernar incluso incluyendo a Pablo Iglesias en un gobierno de coalición. “De igual a igual”, dicen fuentes del partido. En su emplazamiento de partida están Unidos Podemos y Ciudadanos, pero las reticencias mostradas por los de Albert Rivera le alejan de Moncloa. Sin embargo, Sánchez abre la posibilidad también a que sean las fuerzas independentistas las que avalen su candidatura.

La única condición que admiten fuentes del PSOE es que el referéndum en Cataluña quede fuera de la ecuación. En Ferraz ven factible la vía de los 170 síes –PSOE, Unidos Podemos, la antigua Convergència y Coalición Canaria– frente a losnoes de PP y Ciudadanos (169) y las abstenciones de ERC y Bildu. Ese “gobierno Frankenstein”, como lo bautizó Alfredo Pérez Rubalcaba, no pasaría el filtro del Comité Federal del PSOE, el órgano encargado de dirimir las alianzas del partido. 

Pero Sánchez considera que si los militantes avalan su proyecto en la votación prevista para el 23 de octubre podrá sacarlo adelante, pese al rechazo que provoca entre los dirigentes más antinacionalistas. “En algún momento habrá que levantar el veto”, reconoce un destacado dirigente próximo a Sánchez.

Reunión de Podemos

Podemos reunirá a su dirección estatal el 8 de octubre, una semana después del Comité Federal del PSOE. El Consejo Ciudadano Estatal analizará lo que haya sucedido en la casa de Sánchez. El máximo órgano de Podemos entre asambleas también tendrá que entrar en su propio debate sobre qué posición mantener en todo el proceso de negociación.

El domingo, en la clausura de la Universidad de su partido,  Iglesias reconoció los tres ejes alrededor de los que se sitúan los dirigentes del partido y que ha llegado el momento de aclarar lo que piensa cada uno.

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