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Las solicitudes para votar desde el extranjero el 10N aumentan en todos los países a pesar de las dificultades para rogar el voto

Voto rogado

Ana Ordaz

La nueva cita electoral ha traído consigo una novedad para los españoles y españolas que residen fuera de nuestras fronteras: quienes realizaron los trámites para rogar el voto para el 28A no han tenido que volver a hacerlo para el 10N. Así lo indica el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su página web: “Los electores residentes en el extranjero que solicitaron el voto en las elecciones a Cortes Generales del 28 de abril de 2019 y que fue aceptado por la Delegación provincial de la Oficina del Censo Electoral, no deben solicitarlo para las elecciones del 10 de noviembre”. Una circunstancia que nunca antes se había producido en nuestro país.

Desde la Oficina del Censo Electoral explican que “es la primera vez que se aplica la disposición adicional séptima de la Ley Electoral (LOREG)”. Y es que uno de los artículos de esta norma establece que “Se entenderá válida y no requerirá que vuelva a ser formulada para el nuevo proceso electoral la solicitud aceptada por la Oficina del Censo Electoral que los españoles inscritos en el censo de los electores residentes-ausentes en el extranjero hubieren formulado para las elecciones a Cortes Generales inmediatamente anteriores, siempre que dichos españoles sigan inscritos en el censo de electores residentes-ausentes vigente para las nuevas elecciones”.

La historia del voto rogado comenzó en enero de 2011, cuando PSOE y PP, con el apoyo de CiU y PNV, pactaron una reforma de la Ley Electoral que introducía la obligación de que los emigrantes solicitasen de forma expresa el voto para poder ejercer su derecho. En las elecciones celebradas desde ese año, el voto de los residentes en el extranjero ha supuesto, de media, el 5,4% del total. La participación más alta se dio el 26J, con 121.300 votos (el 6,3% del total) y el pasado 28A, con 118.000 (el 5,6% del total), una cifra que previsiblemente aumentará el próximo domingo.


Para María Almena, portavoz de Marea Granate, este incremento del ruego refleja que “hay mucha gente que intentó y no pudo rogar el 28A y que se ha reenganchado en esta 'segunda oportunidad'”. Sin embargo, asegura que “el voto CERA no se disparará el 10N”. “Posiblemente aumente algo, pero sabemos que habrá muchas papeletas que no llegarán a tiempo, que habrá envíos certificados que se devuelvan porque no localicen al elector, problemas para que los envíos lleguen a tiempo a los consulados, etc”, añade.

Aumentan las solicitudes en todos los países

Los datos (todavía provisionales) publicados por el INE sobre el voto por correo de los electores que viven en el extranjero revelan que las peticiones para participar el próximo 10N han aumentado respecto a las del 28A en prácticamente todos los países.

En aquellos en los que residen más de 10.000 electores españoles, el caso más significativo se da en Portugal: en el país vecino, las solicitudes de voto por correo han aumentado cinco puntos, pasando del 20,4% al 25,4%. También en Italia, Reino Unido y Países Bajos la diferencia supera los cuatro puntos. Entre los 2,5 y los 3,5 puntos de diferencia se encuentran otros países del entorno como Alemania (aumenta del 17,6% al 21,1%), Francia (del 13,1% al 15,8%) o Bélgica (del 15% al 17,5%).

En torno a los dos puntos han crecido también las solicitudes para rogar el voto en Estados Unidos y Canadá. Y, en menor medida (por debajo de los dos puntos de diferencia) una decena de países sudamericanos y centroamericanos, entre los que se encuentran Perú, Colombia, Chile, Uruguay o Venezuela, entre otros.


Las solicitudes para votar desde el extranjero el próximo domingo no solo han aumentado en los principales países receptores de emigración española. También lo han hecho en una treintena de países con un electorado entre 1.000 y 10.000 electores. Entre este grupo se encuentran Suecia (8.081 electores), donde el voto rogado ha aumentado 4,6 puntos (del 23,2% el 28A al 27,8% el 10N); Irlanda (7.421 electores), 5,9 puntos (del 29,3% al 35,2%) o Austria (4.480 electores), donde ha rogado el voto el 45,1% del electorado español, 6,2 puntos más que hace seis meses.

Lo cierto es que los sufragios de los españoles emigrados para poder ejercer su derecho al voto desde sus países de residencia no han parado de aumentar. En las elecciones generales de 2015, el voto CERA aceptado fue de 150.000 personas. Seis meses más tarde, esta cifra creció hasta cerca de las 170.000. El pasado 28A superó las 182.000. Y este 10N los datos provisionales del INE apuntan a más de 223.000.

La portavoz de Marea Granate valora estos datos de forma positiva, pero advierte: “El voto desde el exterior no ha parado de aumentar porque el censo en el exterior no para de aumentar. La emigración no ha terminado, ni muchísimo menos”. Así lo demuestran los datos oficiales: en solo cuatro años el censo electoral de españoles en el extranjero ha aumentado un 13,2%, pasando de 1,9 a 2,1 millones de personas.


Los más perjudicados entre los perjudicados

Pero el del voto rogado es un sistema lleno de trabas que dificulta el voto desde el extranjero. “Hay muchísimas barreras para inscribirse en los consulados, sobre todo geográficas y de falta de menos”, explica Almena. “En la mayoría de los consulados no hay posibilidad de hacerlo de forma telemática. Si no vives cerca de un consulado tienes que poder planificar un desplazamiento a la ciudad en la que se encuentre, pedirte días en el trabajo, etc. Esto limita muchísimo nuestra participación”.

Esto repercute, entre otras cosas, en que no en todos los países sea igual de fácil (o de difícil) realizar los trámites necesarios. El siguiente gráfico pone en relación el número de electores españoles en cada país y el porcentaje de ellos que ha solicitado el voto por correo para la cita del próximo domingo. Mientras que en Argentina residen más de de 424.000 electores españoles, solo el 6,5% de ellos ha rogado el voto para el 10N; y al contrario ocurre en Noruega, donde lo ha hecho el 25,9% de los menos de 5.000 electores del país nórdico.


El pasado mes de septiembre, el colectivo de migrantes Marea Granate publicó un informe realizado a partir de una encuesta a más de 2.000 electores españoles residentes en el extranjero sobre las elecciones del 28A.

“La reforma de la Ley Electoral es algo que genera mucho consenso político, hasta que llegamos al momento de la verdad”, lamenta Almena. “El electorado en el extranjero está generalmente movilizado y es consciente de que ha sido expulsado del país por las políticas económicas y las medidas de recortes, por lo que suele ser un voto contestatario. Este es uno de los grandes problemas para que haya una reforma efectiva de la LOREG: que cada grupo político hace su cálculo electoral en base al rendimiento que va a tener en el exterior, antes de valorar nuestra participación como derecho democrático”.

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