Los accionistas del Betis, condenados a un acuerdo extrajudicial

La Audiencia estima la recusación de un juez del caso Betis por su parentesco con una acusación

Paco Cepeda

El viernes pasado saltó la noticia que parece cambiarlo todo, de nuevo, en el Real Betis Balompié. La Audiencia Provincial de Sevilla levantaba parcialmente las medidas cautelares que pesaban contra Manuel Ruiz de Lopera por el presunto delito de 'llevárselo' del Betis, para qué darle más vueltas con una terminología jurídica que entendemos peor. El 51.34% del capital social de la SAD verdiblanca, propiedad de Farusa, mientras que el juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla no diga lo contrario, vuelve a Lopera.

Tras más de cinco años en los que ha habido una administración judicial en el Betis con el peso de esa mayoría de acciones, los derechos políticos de las mismas vuelven a su dueño, quien a partir del uno de agosto podrá disponer de las mismas para convocar Junta General Extraordinaria (23 de septiembre) y recuperar el control de la entidad. Sin duda, una batalla que gana Lopera, después de cinco años de derrotas.

Entiende la Audiencia que la justicia si es lenta no es justicia, y aunque en el auto ratifica los indicios que llevaron a la juez Alaya a tomar estas excepcionales medidas cautelares, considera que no debe mantener esa situación más allá de los cinco años que lleva el caso enquistado. Es cierto que Manuel Ruiz de Lopera, por medio de infinitos recursos, ha sido uno de los causantes de este retraso tan descomunal en la resolución del caso, pero un lustro de instrucción es mucha instrucción.

Hay más batallas

Esto no quiere decir que Lopera haya ganado la guerra. Ni mucho menos. Tiene más causas pendientes que tienen su influencia en la principal. Lopera se enfrenta, por ejemplo, a un concurso calificado por la Fiscalía como culpable, que le puede llevar a la inhabilitación, y, sobre todo, está pendiente de una sentencia del Mercantil número 1 de Sevilla, en el que se le discute, por parte de un grupo de accionistas béticos, la legítima propiedad del 31,38% de ese 51.34% del capital social que hoy por hoy se la atribuye a Farusa, la empresa de Lopera y familia.

Hay más batallas en las que no conocemos al vencedor. Hemos visto ganar y mantener ese triunfo a la oposición cinco años, ahora cobra ventaja Lopera, pero esto puede y dará muchas más vueltas, no lo duden. Porque está claro que la Sociedad, con razón, ha decidido que Lopera no va a volver al Betis. Lo que antes eran cosas de Lopera, consentidas y hasta aplaudidas por crítica y público, políticos y hasta cardenales, ahora no pasa el nuevo listón que han puesto los jueces, empujados a Dios gracias por una Sociedad que al menos en apariencia no da por buenas prácticas que antes se denominaban 'ingeniería financiera'.

Lopera viene haciendo lo que dicen que ha hecho desde que llegó al Betis, a las claras, sin tapujos, utilizando él mismo la famosa frase de “con Tegasa (otra empresa de Lopera) todo queda en casa”, refiriéndose a las “canalizaciones” que existían entre esa empresa y la SAD Real Betis Balompié. La famosa caja única en la que el dueño de varias empresas se factura entre sí para obtener diferentes beneficios, por llamarlo de una forma suave. Nadie decía nada. Casi nadie.

Mejor un mal acuerdo...

Hugo Galera, el ex presidente, sí, y junto a él, unos 'locos' que comenzaron este proceso, que marchaba lento, como ahora, y contracorriente, porque por entonces Lopera era un triunfador que tenía todas las puertas abiertas. Salvando muchas distancias, tiene un parecido a lo del señor Ignacio Urdangarín, quien cuando la Sociedad estaba más 'relajada', era un hombre de negocios intachable que intermediaba con el deporte de fondo en tratos del mayor interés para España. Cuando la Sociedad ha virado, ahora se llama de otra forma y hay jueces que son capaces de ponerlo en un auto.

Por todo eso, y por mil cosas más, Lopera no tiene futuro en el Betis, seguramente ni por personas interpuestas, porque aunque ahora parezca vencedor, tiene que resolver muchas cosas que no tiene ni mucho menos de cara. Y aunque hoy parezca muy lejano, más que nunca, se hace muy necesario que en el Betis, los accionistas béticos con cierto peso, lleguen a un acuerdo extrajudicial, que pasa por comprar y vender acciones sin trampa ni cartón. Si Lopera cede, aunque es duro y ahora esté en posición relativamente ganadora, estoy convencido de que se retirarán demandas y las sentencias, si las hay en contra, serán más suaves que las que pudieran llegar si esto no se arregla.

Parece un 'tocomocho' que no deja en buen lugar a los jueces, pero no se asusten, eso pasa todos los días en los juzgados. Los profesionales de la materia son los que hablan siempre de mejor un mal acuerdo que un buen pleito. El Betis, si quiere estar algún día medianamente tranquilo, necesita un mal acuerdo, pero acuerdo, para que béticos, no administradores judiciales, sean los encargados de hacer las cosas buenas, malas y regulares que tienen que hacer las entidades. Algún día será así, así que cuanto antes, pues mejor.

Etiquetas
stats