Carmen Martínez, magistrada: “Tras críticas a la ley de 'sí es sí' hay miedo a perder una posición predominante”
La magistrada titular del juzgado de lo Penal número 4 de Huelva, Carmen Martínez, ha asegurado este lunes que tras algunas de las críticas al anteproyecto de la ley de libertad sexual, conocida como la ley del “solo sí es sí”, lo que hay “son miedos, muchos miedos al fin de cierta posición predominante del hombre sobre la mujer en los ámbitos más privados, y más privados que las relaciones sexuales poco hay”.
La magistrada ha protagonizado la ponencia ‘La reforma de los delitos contra la libertad e indemnidad sexuales. Reflexiones sobre su necesidad y oportunidad“, dentro del ”Webinar violeta“ organizado por el Ayuntamiento de La Rinconada, bajo el título de ‘Creciendo desde la igualdad”, junto a eldiario.es/andalucia.
La experta ha puesto sobre la mesa para empezar que se trata de un texto que “siendo mejoradle, que no es definitivo, creo que detrás de muchas de estas críticas no hay razones de peso”, y las engloba dentro de lo que denomina “populismo punitivo”, que históricamente se ha usado para que la Justicia ayude a seguir en el poder con actuaciones concretas.
Populismo punitivo
Así, “hay críticas desde sectores muy progresistas que dicen que la reforma forma parte de políticas de populismo punitivo, que no es necesaria, que la ley actual ya se aplica desde la perspectiva de género, y otras que consideran que esta modificación que pretende esa ley atenta contra la presunción de inocencia”.
Sin embargo, la magistrada ha puesto el acento en la necesidad de aplicar justicia social, que “lleva en su ADN el principios del derecho a la igualdad y la intervención del Estado para hacer que se cumpla este derecho a la igualdad, incluso con discriminaciones en positivo. Es un derecho muy ligado a la lucha por la igualdad de género”, ha dicho.
Por eso, aboga por “justicia creativa en las soluciones, siempre dentro del marco de la Ley, que no provoque daños añadidos, que sea capaz de escuchar a todo el mundo y creer en las personas”.
Con todo, Carmen Martínez ha puesto sobre la mesa lo que ha denominado “unas ideas básicas de derecho penal”, citando que las leyes se diseñan porque “necesitamos unas normas que ordenen la convivencia, porque siempre se dan multitud de conflictos, y no siempre se pueden solucionar privadamente por las personas. El Derecho Penal tiene la especialidad de estar destinado a proteger los bienes jurídicos mas importantes y relevantes, y proteger estos bienes de las presiones más graves. Solo se puede acudir al derecho penal cuando no hay otra solución”, ha apostillado.
Pero en ese punto ha vuelto a recordar que es peligroso aplicar el concepto de populismo punitivo o, lo que es lo mismo, llevar a las leyes la voluntad popular por encima de la normativa: “Es peligroso, porque más veces de las que nos gustaría se usa para mantenerse en el poder”. Pero las cifras hablan en contra de la necesidad de usar ese concepto.
España “no se caracteriza por suave con la delincuencia sexual”
Porque, “España tiene un código penal de los más duros de Europa y la tasa de delincuencia es de las más bajas”. En cifras, la media en Europa es de 106 personal en prisión por cada 100.000 habitantes. Es verdad que los países del Este la superan (Rusia tiene 386 o Azerbaiyán, 218). España tiene 126.
Ha llamado la atención además sobre el hecho de que la media de tiempo de encarcelamiento en España es de 21 meses. En Europa es de 7. Otra cifra que ha señalado es que la violación en España se castiga con penas de seis a 12 años de cárcel, y en Suecia, por ejemplo, de uno a seis, con lo que “España no se caracteriza por tener mano suave, ni mucho menos con la delincuencia sexual”.
Otra cifra avisa de que en territorio español se cometen 18,7 violaciones por cada 100.000 habitantes; en Escocia, 194; en Suecia, 179 o en Reino Unido, 149.
Para esta experta, “no es necesario ampliar las condenas o endurecer las penas para estos delitos”, además de que “no podemos interpretar estos datos aisladamente y sin perspectiva de genero”, sobre todo porque “tenemos que atender a la cifra negra de delincuencia, que son los delitos que se producen pero no se conocen porque nadie los denuncia”.
Estos delitos suponen que, según una macroencuesta de la UE en 2016, “el 10 % de las mujeres de 15 años en adelante habría sufrido algún tipo de violencia sexual”.
Silencio ante la violencia
En 2019, una encuesta del Ministerio de Igualdad arrojó que en España había sufrido violencia el 13,7 de las mujeres mayores de 16 años. El 99,6 % de los casos los agresores son varones, y solo el 8 % de las mujeres víctima de violencia sexual había denunciado. Además, el porcentaje más alto son mujeres, y el resto niñas y niños, con las pequeñas como sector más numeroso.
“¿Qué motiva el silencio? Este silencio guarda relación con la regulación que tenemos, no con que se castigue al delincuente, sino cómo está regulado, porque a la víctima no se la cree, se la culpabiliza, se la somete a un procedimiento largo en el que no se sienten apoyadas. Todo eso se llama victimización secundaria”.
Por eso, “siendo cierto que la feminista pide un castigo contundente y duro, también es cierto que estas tendencias están motivada por una realidad, que consistía que la sociedad miraba a otro lado y justificaba estas violencias en la cultura patriarcal. Ya, si hablamos de pareja, la mujer estaba obligada a cumplir con su marido”.
Carmen Martínez apostilla que “gracias a las luchas feministas, la sociedad moderna ha entendido que estas actitudes son ataques muy graves y son intolerables”.
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