'HolyCards', la versión moderna y cofrade de los cromos de toda la vida que se ha convertido en “un éxito absoluto”
“Sí, sí, las HolyCards”, dice Alicia Rodríguez, propietaria de la librería San Marcos, cuando se le pregunta por los nuevos cromos cofrades de los que todo el mundo habla en Sevilla. “Un éxito absoluto”, afirma con rotundidad antes de señalar que el álbum lleva agotado desde que entró estas navidades y que venden una media de 50 sobres de estampitas al día.
Detrás de este coleccionable de la Semana Santa de Sevilla que lleva poco más de un mes en el mercado, se encuentran los mismos socios creadores de la firma de calcetines Pepe Pinreles: el gaditano Javier Ayala Diosdado y Juan Carlos Ramos Picchi desde la capital hispalense. “La idea que siempre hemos tenido es la de sacar cosas relacionadas con lo nuestro, con nuestras fiestas, y también nos gusta innovar”, cuenta el fundador sevillano a elDiario.es Andalucía, para explicar el origen de las HolyCards, todavía desde el asombro: “Sabíamos que tendría tirón, pero nunca te esperas tanto”.
Ese “tanto” al que alude Picchi supone haber ampliado la tirada inicial de 10.000 a 18.000 álbumes, acoger a cientos de coleccionistas en cada “holyquedada” (la quinta se celebra este sábado), haber vendido en una semana de la temporada de navidad “lo que teníamos pensado vender en tres meses”, recibir solicitudes desde diferentes puntos de España y, en definitiva, haber creado una comunidad que trasciende ya fronteras geográficas y virtuales.
Colección en familia
Esta fórmula de “éxito” basa su estrategia en rescatar algo tan “de toda la vida” como los cromos, llevado al terreno de la tradición cofrade desde una perspectiva transmedia. “Todas las HolyCards tienen un QR que se puede escanear” y sirve de puerta de entrada a cada estampita para conocer los detalles de la fotografía que la ilustra. De esta forma, cumplen también con la vocación “didáctica” que inspiró la creación. “El año pasado vimos que los más pequeños estaban un poco perdidos con las procesiones y pensamos que un álbum podía ayudarles a engancharse de nuevo”, apunta Picchi.
Y el objetivo parece que se está cumpliendo. Belén Sotomayor, vecina de Sevilla, asegura que a su hijo de siete años “el álbum le ha servido para aprender después de dos años sin Semana Santa”. No solo por la información que ofrece el coleccionable, sino porque en torno a él ha podido conocer anécdotas que le han ido compartiendo su abuela y sus padres. De hecho, Belén cuenta que toda la familia se ha volcado en ayudarle a reunir los 558 cromos que conforman la colección, participando junto al pequeño en las diferentes jornadas de intercambio. “Las quedadas son muy divertidas, se hacen sorteos y se crea un ambiente muy bonito porque nos ayudamos entre todos a encontrar las que nos falten”, dice esta madre, aplaudiendo que la iniciativa esté sirviendo, además, para enseñar a los niños valores como “compartir” y “ayudar a los demás”.
Pero “en Sevilla esto no es solo cosa de niños”. “Aquí nos gusta [la Semana Santa] y somos jartibles en todas las edades y se puede comprobar en cada quedada que se hace”, reconoce Alba Villanueva. Esta sevillana de 23 años empezó la colección en navidades: “Mi madre, por complicaciones de salud, ha estado ingresada todas las fiestas y para llevarle algún entretenimiento y que fuese un estímulo para ella, compré tres sobres un día”. A partir de ese momento, viendo el efecto tan positivo que surtió en el estado anímico de su madre y que otros amigos de su entorno también estaban coleccionando, se animó a terminar el álbum (su regalo de Reyes), recuperando así una afición que solía compartir de pequeña con su hermano y los cromos de fútbol.
Como volver a la infancia
También Javier Baquero, de 24 años, pasó su niñez coleccionando futbolistas. Cuando descubrió las HolyCards en un anuncio de Instagram, pensó “¿por qué no probar?”. Ahora vuelve a tener “el taco de cromos en el bolsillo”, junto al “boli y el papel donde anotas lo que consigues”, solo que los intercambios los hace con sus compañeros de trabajo. “Es como volver a la infancia”, garantiza este joven con la voz impregnada de un entusiasmo infantil.
Atribuye su “enganche” a que su primer sobre “fue de escándalo”: “Me tocó el Gran Poder, Tres Caídas, Calvario...”. Y desde entonces ha ido completando las 60 hermandades que atesora la ciudad, con los nueve cromos que le corresponden en el coleccionable. “Ese es el mejor acierto, que estén todas las hermandades”, opina este sevillano, que asegura que todos los círculos cofrades se han contagiado de ese espíritu fraternal que despierta las HolyCard.
Precisamente, “contar con el consentimiento” y la complicidad de todas las hermandades fue uno de los ejes prioritarios del proyecto. “Queríamos que fuera redondo y que beneficiara a las cofradías”, indica al respecto el socio sevillano. De ahí que repartieran cajas de estampas a cada una de ellas a fin de que se pudieran convertir en “principales puntos de venta” y lo recaudado se destinara a sus respectivas bolsas de caridad. Además, a partir del próximo 4 de febrero, las hermandades van a ser también sede de los encuentros.
“Estamos on tour” bromea Picchi para explicar que desde este sábado se van a organizar “holyquedadas” todos los fines de semana, recorriendo las distintas casas hermandades de la ciudad. La primera parada de este tour cofrade será la Iglesia de Los Terceros, casa hermandad de La Cena, y contará, según recoge el cartel anunciador, con visita guiada y gratuita a la iglesia, intercambio de estampas, sorteos y concursos, así como con un “selecto ambigú” a cargo del grupo joven. Javier, hermano de esta cofradía, espera el evento con ganas porque asegura que resulta “muy gratificante” compartir esta afición con aquellos a los que les une la misma pasión.
Más allá de Sevilla
En paralelo, también se están produciendo intercambios de estampitas en el entorno virtual. Los coleccionistas aprovechan redes sociales como Twitter para anunciar las cartas que tienen repetidas y pedir las que necesitan para terminar. Asimismo, existen grupos de WhatsApp donde se difunden este tipo de informaciones y se organizan las quedadas. Algunos de ellos, como en el que está Alba, suma ya más de 200 integrantes.
Otro de los nichos de intercambio son las aplicaciones de ventas de segunda mano. Laura Maqueda lo ha podido comprobar: para ayudar a su padre a terminar la colección “antes de que empiece la cuaresma” (objetivo que dice se han marcado los cofrades), esta sevillana publicó un anuncio en Wallapop con las cartas que tenía repetidas. “No me imaginaba que iba a tener tantos mensajes, nunca había tenido la bandeja de entrada tan llena”, asevera “anonadada”. Aun así, lo que más le sorprendió fue la cantidad de interesados que le contactaron desde fuera de Sevilla: “Muchísima gente de Cádiz, Algeciras, Jerez... incluso un señor de Salamanca [y devoto de la Macarena, según ha podido saber] me dijo que me daba lo que quisiera a cambio de que le mandara las estampas”.
“Lo que pretendíamos lo estamos consiguiendo”, celebra Picchi en referencia a un fenómeno que une generaciones y fomenta pasar tiempo en familia (“los abuelos montan el coleccionable con los nietos mientras le cuentan batallitas de la hermandad”). Pero reconoce que la acogida por parte de los devotos y aficionados a la Semana Santa de Sevilla ha rebasado sus expectativas, pues están llegando pedidos más allá de Andalucía y “nos consta que están quedando para intercambiar en Burgos, en Salamanca o Barcelona”, dice Juan Carlos Ramos desde la capital andaluza.
Sembrada la afición, la cuestión ahora es que llegue la nueva tanda de álbumes que “todo el mundo anda buscando como loco”. De hecho, en la papelería San Marcos, hay incluso lista de reserva. “Si dios quiere, estarán aquí esta semana”, avanza, para tranquilidad de los coleccionistas, el socio que ideó el nombre de esta colección. Se refiere a él como una “pequeña licencia personal” que sirve también para imprimir ese carácter moderno que diferencia a las HolyCards de las “estampitas de toda la vida”.
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