“Las mesas carecen de dignidad judicial” y otras quejas de sus señorías sobre la nueva Ciudad de la Justicia de Sevilla

Uno de los despachos habilitados para los jueces, fotografiado el pasado lunes

Javier Ramajo

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Parece que no las tienen todas consigo las señorías que en breve tienen que mudarse del Edificio Viapol a la nueva Ciudad de la Justicia de Sevilla, que el pasado martes entró en funcionamiento con un solo juzgado y que irá albergando más órganos conforme avance el cronograma previsto por la Junta de Andalucía, competente en las infraestructuras judiciales. Ya lo advirtió el consejero de Justicia durante la inauguración: los jueces tienen la última palabra en la mudanza. Entre líneas se apreciaba que las negociaciones no estaban siendo fáciles y que había habido desencuentros al respecto entre la administración y la judicatura. Pues bien, aquellos que tienen el traslado más inminente, en apenas diez días, no parecen estar por la labor porque, entre otras muchas cuestiones, no habían visto en sus futuros despachos el retrato del rey y su nueva mesa de trabajo “no responde al concepto de dignidad de la función judicial”.

Tal cual consta en el acta de la junta de jueces de ambas jurisdicciones, celebrada el martes (el mismo día en que José Antonio Nieto presumía de unas instalaciones modernas y espaciosas) y que este viernes ha distribuido a los medios el TSJA. Con ese único punto en el orden del día, el inminente traslado de sus juzgados a Palmas Altas (previsto por la Consejería del 13 al 24 de noviembre), los magistrados y jueces dicen haber constatado que “no se ha resuelto el acceso de vehículos a los aparcamientos”, si bien no mencionan que existen numerosos espacios para vehículos en el exterior de la nueva sede judicial, según comprobó SevillaelDiario.es en la visita organizada por la Consejería.

Entre otras cosas, lamentan que “el despacho carece de toguero y banderas” (aunque en la imagen se haya fotografiado uno con banderas), “así como retrato de S.M. el Rey”, elementos que “apenas caben en escaso espacio”. “Habrá que ubicar los armarios en el exterior, con el consiguiente déficit de seguridad”, protestan, detallando una cuestión: “la mesa de trabajo no responde al concepto de dignidad de la función judicial”.

Ni sillones ni puertas correderas

“En la planta primera, tras visita a la planta baja, donde se ubican las salas de vistas, se carece de rotulación alguna con la que poder discernir el equipo rector así como los funcionarios pertenecientes a ese órgano”, relatan los jueces, que afirman haber constatado “lo escaso de las dimensiones del despacho de los magistrados y jueces, de forma que, con la mesa y equipamiento informático, apenas cabe un armario de pequeñas dimensiones, cuyas baldas no podrán contener el número de procedimientos y material de trabajo como libros, asuntos pendientes, etc.”.

Respecto a las salas compartidas destinadas a ser utilizadas cada dos despachos, “no hay puertas correderas que faciliten la comunicación interior”, un espacio que “podría acoger los togueros y otros elementos”, sugieren. “Faltan sillones en la salas de espera” y “no están instalados los equipos informáticos de los funcionarios”, denuncian también. El martes, la Consejería ya informó a la prensa de que no se podían trasladar los ordenadores a los nuevos puestos ya que hasta el día en que se 'muden' los empleados judiciales deben seguir trabajando en su sede habitual. El traslado, como ya se informó, será progresivo durante los próximos años, concluyendo en principio en 2028 teniendo en cuenta que aún falta por construir un edificio para albergar la jurisdicción penal al completo.

De hecho, fuentes de la Consejería de Justicia comentan a este periódico que lo mismo ocurre con los cuadros, banderas o togueros, es decir, que se trasladarán la tarde-noche anterior al día en que cada juzgado vaya a 'mudarse', sin querer entrar a comentar las apreciaciones de los jueces acerca del tipo de mesas, “acordes al edificio”, comentan escuetamente desde la Junta a ese respecto.

Las fuentes apuntan que no tienen constancia de este acta de los jueces, algo sobre lo que muestran su extrañeza porque la administración competente en estas cuestiones debiera ser “la primera” en enterarse. “El tamaño de los despachos estaba consensuado con los jueces”, añaden, “y sabían que iba a haber despachos compartidos para cada dos jueces”. Detallan que no tienen puerta corredera porque cuando la utilice uno de ellos para reuniones y demás “si fuera de cristal no iba a tener una insonorización completa”. “Se gana más en confort y así que con puertas correderas”, añaden las fuentes.

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