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El golpe de la COVID al transporte público: el 60% de los usuarios reduce sus viajes en metro o autobús

Vagón metro madrid

Raúl Rejón

29 de abril de 2021 10:59 h

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El miedo a contagiarse de COVID-19 sigue lastrando el uso del transporte público y apuntalando al coche. El 60% de los usuarios admite que ha reducido sus viajes en metro, tren o autobús al sentirse inseguros en estos medios, según un estudio de Andaira y Ecologistas en Acción.

“Más de la mitad de las personas utilizaría más el transporte público si se implementaran medidas de seguridad sanitarias”, concluye el análisis. Sin embargo, sin esas medidas todavía en marcha, hasta un 19% de los ciudadanos admite que se ha cambiado al coche particular por la pandemia. No implica esto que ya no monten nunca en tren, pero sí que han modificado sus hábitos y ahora prefieren moverse con su vehículo a motor privado.

El transporte público recibió un golpe severo por el confinamiento de 2020 para frenar la expansión de la COVID-19. No se ha recuperado. La caída de usuarios continúa en torno al 40%. Eso significa muchas personas que no se desplazan, o lo hacen lo menos posible, en los medios colectivos. El trasvase al automóvil completa un panorama con consecuencias en la contaminación del aire y la fluidez de la movilidad. “La inseguridad sanitaria es transversal. Se produce de manera similar entre los grupos sociales”, explica este documento.

Por otro lado, a la hora de decidir pasarse al coche propio, también influye el hecho de disponer de un vehículo y poder usarlo cuando se desee además del tamaño de la población: las de menor dimensión han favorecido el cambio de público a privado, según este trabajo.

Renunciar a moverse para evitar el transporte colectivo

En esta crisis de imagen, el metro es el medio que sale peor parado. El 42% de las personas cree que es poco o muy poco seguro a la hora de evitar infectarse con el SARS-CoV-2. El 34% piensa los mismo de los trenes y tranvías. En el caso del autobús, el 23% de los ciudadanos ve peligro sanitario.

Con ese temor encima, la manera en que la población española se desplaza va cambiando. Y lo que sale perdiendo es el transporte público. De esta manera, el 84% de las personas en poblaciones de más de 50.000 habitantes ha modificado las pautas respecto a visitar amigos o familiares, su ocio o deporte para evitar el transporte público. De hecho, casi la mitad ha dejado de hacer alguna de estas actividades y un tercio, al menos, las han reducido. El 55% confiesa que también ha cambiado sus trayectos para ir a trabajar o estudiar con la misma idea: usar menos los medios colectivos.

Todos estos cambios en la manera de desplazarse se reflejan en el peso que cada movilidad de transporte tiene ahora en la movilidad general de las poblaciones españolas. Y el análisis de esos porcentajes muestran cómo las opciones colectivas han perdido fuerza.

El autobús, por ejemplo, suponía el 20% del total antes de la pandemia, y ahora está en el 14%. El metro ha caído del 10% al 8%. Mientras, el vehículo particular (coche o moto) ha ganado terreno: del 18,8 al 23,6%. La conclusión es rápida: “Los vehículos particulares han cobrado mayor protagonismo entre los desplazamientos que continúan realizándose en la actualidad, en detrimento del colectivo”. Completa el panorama el aumento en los desplazamientos a pie: la opción “caminando” ha pasado de ser un 30 a un 34%. La bicicleta ha variado poco y se incrementa del 5,5% de los desplazamientos al 6,2%. La apuesta por la movilidad ciclista en España no se ha acelerado en el contexto pandémico.

Peticiones: menos asientos y más frecuencia

Al mismo tiempo, los usuarios ponen deberes a los gestores del transporte público porque sí hay una predisposición a regresar al bus o el metro, pero con condiciones. Piden medidas de seguridad sanitaria.

La opción preferida es que se dejen espacios y asientos inutilizados para evitar sentarse junto a otra persona (un 61,5%); la segunda que los vehículos se desinfectaran más (60%); la tercera aumentar la ventilación –y reducir la calefacción–. También destaca la petición para que haya más frecuencia de paso de manera que los vagones o coches pudieran ir menos llenos.

A la luz de estos datos, la encargada de Transportes en Ecologistas en Acción, Carmen Duce, insiste en que las administraciones deben “atender a los temores de la población” y poner en marcha las medidas precisas para “garantizar la seguridad sanitaria e incrementar el uso del transporte público”.                       

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