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La bicicleta en carretera: más ciclistas y más accidentes pero no más fallecidos

Una bicicleta tras un accidente en carretera.

Sofía Pérez Mendoza / Marta Borraz

Cinco ciclistas han muerto este fin de semana en las carreteras españolas y dos han resultado heridos graves. En tres de estos siete accidentes registrados por la Dirección General de Tráfico (DGT), la persona que montaba en bicicleta fue atropellada por un vehículo: un hombre en Oliva (Valencia), arrollado por un conductor que dio positivo en drogas; otro en una vía de la localidad navarra de Erice de Iza, donde perdió la vida y una tercera persona, con pronóstico reservado, alcanzada por un camión grúa en Bétera (Valencia).

Según las cifras provisionales de la DGT a 24 horas del accidente, en lo que va de 2017 han muerto en vías interurbanas 21 ciclistas –contando el fallecido el lunes en Alicante–, tres más que en el mismo periodo del año pasado. El número de víctimas en las carreteras se mantiene estadísticamente desde 2008, con pequeñas fluctuaciones a la alta y a la baja, pero lejos de las cifras de los primeros años 2000, más cercanas al centenar de fallecidos al año. 2011 fue el ejercicio de los últimos años con menos muertes en vías interurbanas (38).

Mientras las estadísticas varían poco en el número de víctimas mortales, no pasa lo mismo con los accidentes. El volumen de incidentes en carreteras con bicicletas implicadas ha aumentado un 55% entre 2008 y 2015: de 964 a 2.173, dicen las cifras de Tráfico. Son la mitad que los registrados en vías urbanas, donde la cifra ha crecido en este periodo un 63% hasta los 4.810 en 2015, pero resultan mucho más mortales. De los 58 ciclistas fallecidos en 2015, 10 murieron mientras circulaban por ciudad.

¿Un medio peligroso?

El exponencial aumento del uso de la bicicleta en los últimos años –circunscrito sobre todo al ámbito urbano– es uno de los principales factores que pueden explicar el aumento del número de accidentes que se producen desde hace aproximadamente diez años. Una de cada diez personas entrevistadas para la elaboración del Barómetro de la Bicicleta 2015, de la Red de Ciudades por la Bicicleta, afirmaron usarla a diario y la mitad con “alguna frecuencia”.

Que la cifra de accidentes mortales se haya mantenido coincidiendo con el espectro temporal de crecimiento del uso de la bici –desde hace unos años la venta de bicicletas supera a la de coches– demuestra que “la bicicleta no es un vehículo peligroso en sí mismo”, opina Manuel Martín, director técnico de la ConBici (Coordinadora en defensa de la bici).

El miedo a este medio de locomoción es el principal motivo de los que no cogen la bici para no utilizarla, según el citado barómetro de 2015. De hecho, Francisco Alonso, director del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (Intras), hace hincapié en que los ciclistas “son un grupo de riesgo sobre el que hay que llamar la atención”. 

Ambos coinciden en que los medios de comunicación han puesto el foco en los accidentes con resultado de muerte de los ciclistas “porque el auge de la bicicleta en las calles hace que la sociedad esté más sensibilizada y se preste más atención”, explica Martín, que llama a la prudencia y rechaza el alarmismo social. Por su parte, Alonso hace hincapié en las medidas que deben poner en marcha las instituciones para frenar el riesgo.

Tras la muerte de tres ciclistas en la misma carretera de Oliva donde ha fallecido otro este domingo, la Dirección General de Tráfico anunció que incrementaría la vigilancia en las vías con especial tránsito de bicicletas durante los dos últimos fines de semana de mayo aumentando la presencia de agentes en las carreteras y también el control desde el aire con helicópteros.

Las medidas prometidas

La Comisión de Seguridad Vial del Congreso ha redactado, además, un conjunto de medidas como “la señalización de 49 rutas ciclistas seguras” añadidas a las 56 que ya existen, “el uso de paneles para la sensibilización”, “el incremento de los controles de alcohol y drogas” o un análisis más pormenorizado de la accidentes que involucran a personas en bicicleta. La seguridad vial de los ciclistas “es una de las líneas de trabajo principales de la DGT y las medidas se van a desarrollar e implantar en un futuro inmediato”, asegura a eldiario.es un portavoz de Tráfico.

De hecho, los ciclistas son los protagonistas de su última campaña de sensibilización, Almas ciclistas, criticada por colectivos como ConBici porque “aunque sirven para concienciar a algún automovilista, alejan a futuros ciclistas al presentar la bici como un vehículo más arriesgado de lo que es”.

Martín valora positivamente el anuncio de las medidas contempladas por la DGT, pero asegura que “el verdadero punto de inflexión” será el Plan Estratégico Estatal de la Bicicleta, que ya se está trabajando. Este proyecto “contempla medidas de todos los ámbitos” y apuesta “por un cambio de cultura que revierta el paradigma por el que tradicionalmente se le da más espacio y se diseñan las ciudades pensando en los automóviles”, explica. E incide en que “actualmente y en general las carreteras no están preparadas para la circulación de bicicletas”.

Lo mismo opina el director del Intras, que asegura que muchas “no están diseñadas para que los vehículos a motor y las bicicletas convivan”, de modo que “cualquier error o infracción tiene graves consecuencias”. Algo que se une a “la falta de mantenimiento de las carreteras que sufrimos actualmente, que hace que sean más peligrosas” y a que en muchas de ellas haya arcenes para la circulación. “Ni siquiera en las que se renuevan”, afirma Martín, que dice echar de menos una mayor señalización en la calzada advirtiendo de la presencia de ciclistas, uno de los compromisos que ha adquirido Tráfico en las últimas semanas.

Desconocimiento de las normas

Ambos creen que una de las medidas más efectivas desde el punto de vista de las infraestructuras es segregar el tráfico e incluir carriles especiales para los ciclistas incluso en vías interurbanas, pero además coinciden en apuntar a la necesidad de concienciar a los conductores de vehículos con motor. “En definitiva el factor humano es el principal causante de los accidentes de tráfico (mucho más que las carreteras y los vehículos)”, sostiene Alonso.

El desconocimiento de las normas de seguridad vial se perfila como otro de los problemas asociados. Según el Barómetro de la Bicicleta 2015, seis de cada diez personas “no conoce la normativa sobre circulación de bicicletas en su municipio, incluidos cuatro de cada diez usuarios”.

“Los conductores, especialmente, no tienen ni idea de la distancia mínima que deben dejar [1,5 metros]. Es muy preocupante que no se conozca el código de circulación”, dice Nacho Tomás, secretario técnico de la Red de Ciudades por la Bicicleta. Esta red ha pedido por escrito al Ministerio de Educación incluir la seguridad vial en las escuelas como parte del currículo para garantizar que “no solo se habla de esto cuando vas a la autoescuela”.

NOTA: El número de ciclistas muertos en vías interurbanas se ha actualizado tras conocerse el fallecimiento de otra persona en Alicante.

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