El Consejo de Ministros aprueba la ley de enseñanzas artísticas, que enfrenta a centros superiores y universidades
Segundo intento. El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la ley de enseñanzas artísticas, una norma que viene con polémica porque equipara la formación que ofrecen los centros superiores con la que ofrecen las universidades. Esta decisión ha molestado a los decanos de las facultades de Bellas Artes, que sostienen que se igualan las formaciones sin igualar las obligaciones. El Gobierno ya aprobó este proyecto de ley la pasada primavera, pero el adelanto electoral hizo decaer el trámite parlamentario, que ahora empieza de nuevo. La homologación de los estudios servirá también para adaptarlos al marco europeo.
La queja desde las universidades es que se iguala una parte, pero no la otra: el proyecto de ley no exige a los centros superiores el mismo control de calidad en los que estudios que se pide y controla mediante el ministerio a las universidades, lo que en su opinión degrada esta formación. “Creemos que es un error gravísimo”, explicaba en su momento Alfonso Ruiz, ahora expresidente de la Conferencia y decano de la Universidad de La Laguna. “Abaratando los procesos de calidad, haciendo más fácil la obtención de estos títulos, se hace un flaco favor a los títulos universitarios y también a los de educación superior”, añade, y apunta que esta norma boicotea a la LOSU porque “facilita” todo lo que la ley universitaria “pretende frenar”, en alusión al endurecimiento en los requisitos cualitativos que propone la ley de Universidades para crear centros y títulos.
Los centros superiores niegan la acusación y afirman que realmente la equiparación ya existe desde 1990 porque, aunque con diferente nombre, los títulos ya sirven para lo mismo: ahora solo está un poco más clara sobre el papel. Y desde la Lomloe, en 2020, sus títulos también son de grado, por lo que esa parte ya estaba resuelta. “La norma precisamente establece unas mayores garantías de calidad. Invita más a la colaboración con las universidades. Lo mismo sucede con los másteres: se llaman 'en enseñanzas artísticas superiores', son equivalentes a los universitarios y están verificados por la ANECA, igual que los universitarios. No entiendo qué miedo tienen”, rebate Pablo Iglesias Simón, director de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (Resad) y presidente de Asociación Española de Centros Superiores de Enseñanzas Artísticas (Acesea).
Cuatro nuevos cuerpos docentes
El mismo enfrentamiento entre centros superiores y universidades se trasladó, al menos la pasada legislatura, al Gobierno. Mientras el Ministerio de Educación propuso la norma y obviamente la defiende, Universidades está del lado de los campus. En cualquier caso, la ley aprobada es genérica y la clave estará en el trámite parlamentario primero y en el desarrollo normativo posterior, una vez aprobada.
Además de la discrepancia con el nombre de los título –fundamental para las dos partes–, el proyecto de ley también propone crear cuatro nuevos cuerpos docentes: profesores y catedráticos de Enseñanzas Profesionales, equivalente a la Secundaria para enseñanzas de ese nivel, y las mismas figuras para las Enseñanzas Superiores, las equivalentes a la universidad. Hasta ahora los docentes pueden dar clases en ambas etapas; cuando se acabe de instaurar este sistema, cada uno tendrá su área, y además –esto será novedad– se les concederá un tiempo para la investigación –como a los profesores universitarios– que ahora no tienen.
Para el alumnado también habrá novedades. Las principales son dos: se mejora su representatividad en el centro y, principalmente, se recoge explícitamente que podrán acceder a las becas de estudios. Actualmente esto sucede de manera parcial y hay estudiantes que se quedan con el pago de la matrícula sin cubrir.
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