La farmacéutica de la vacuna de la meningitis B la vende 30 veces más cara que lo que Sanidad considera asumible
El pasado 14 de marzo, la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial de Salud decidió no incluir la vacuna contra la meningitis B, Bexsero, en el calendario general obligatorio. Esa inclusión implicaría la financiación pública generalizada del suero comercializado por la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK), el único disponible para menores de 10 años. El Grupo de Trabajo que analizó las características del compuesto y la situación de la enfermedad en España, ha considerado que “para que la introducción de la vacuna en el calendario resultara eficiente”, cada dosis debería costar una media de 3,5 euros (entre 5,6 y 1,62, según umbrales). GSK vende cada dosis con un precio 30 veces superior: por encima de los 100 euros.
La presión para que este producto se incorpore al calendario general se mantiene, casi, desde su aparición en el mercado español en 2015. Ante las decisiones del Consejo Interterritorial, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha apostado fuerte por generalizar el uso de Bexsero ya que los médicos infantiles han aconsejado a las familias la compra del suero. También han insistido en que se sufrague con fondos públicos.
En este contexto, Bexsero se ha convertido en un producto estrella para la cuenta de resultados de GSK. El año pasado, esta vacuna facturó 675 millones de euros. 359 de ellos en Europa. Un año antes, en 2017, GSK informó de que Bexsero se vendió por valor de 342 millones de euros en España, donde la vacuna se ha podido administrar de manera particular, es decir, por decisión y abono de las familias.
Muy poco antes de este último rechazo, la farmacéutica organizó un seminario online (denominado webinar) específico sobre Bexsero que se transmitió para médicos a 36 sedes de toda España. Lo llamaron Meningobienprotegidos y se celebró el 12 de marzo pasado.
La meningitis invasiva (EMI) es una enfermedad grave y la mayoría de los casos son consecuencia de la variedad B. El documento de la CSP indicaba que “desde el año 2000 se observa un descenso paulatino de la tasa de incidencia de la EMI por este serogrupo”, es decir, se han detectado cada vez menos casos de meningitis B. El año pasado fueron 142. En 2009-2010 fueron 317, según los datos de la Red de Vigilancia Epidemiológica. Así que esa tasa de incidencia ha descendido de los 11,28 casos por 100.000 habitantes en 2012 a 5,85 en 2018.
Con esa situación de la enfermedad, los técnicos del grupo de trabajo estimaron que “asumiendo una efectividad de la vacuna del 100%”, y teniendo en cuenta, según indicaban, la corta duración de la inmunidad, la reacción adversa del suero en los niños cuando se administra junto a otras vacunas del calendario y que no aporta inmunidad a la población no vacunada (el efecto rebaño), para introducir la vacuna Bexsereo en el calendario español “sería necesario un precio muy bajo por dosis para que resultara eficiente”.
Se referían al calendario general que incluye al 100% de los nuevos nacidos. El mismo organismo sí recomienda Bexsero para ciertos supuestos. En 2014 se acordó la vacunación en “personas con alto riesgo de padecer EMI” además de a “casos y contactos en brotes”. En 2015, se sumó a “personas que hubieran sufrido un episodio de EMI”. En 2018 se amplió a “personas con déficit de complemento y en personas que hayan sufrido trasplante de progenitores hematopoyéticos” (células madre para restaurar la médula ósea).
Sin embargo, tras la decisión de la Comisión de Salud que seguía las pautas del equipo técnico, la Asociación Española de Pediatría se mostró muy crítica con esta postura a la que atribuyó “razones no fundamentadas”. Y añadieron que “dos de cada tres familias están adquiriéndola”.
“Como pediatras defendemos que cualquier lactante tenga acceso a esta vacuna independientemente de su renta familiar”, afirmaba la AEP el 18 de marzo en un documento que desgranó una batería de contra-argumentos para rebatir la no inclusión.
Transferencias de valor
Revisando el texto, no aparece mención al asunto del precio por dosis. Tampoco se informa de las trasferencias económicas que GSK destina cada año a esta asociación que suman 377.298 euros en los últimos tres años, según los informes de la farmacéutica. La AEP no ha contestado a este medio sobre cómo puede darse una visión tan divergente sobre una vacuna o si ha tratado de incidir sobre GSK para abaratar el precio del producto. Tampoco sobre el hecho de no especificar, al argumentar sobre Bexsero, los fondos que la empresa le suministra anualmente.
En este sentido, una de las voces de la AEP que más han aparecido públicamente a cuenta de la vacuna de la meningitis B ha sido la del pediatra Federico Martinón-Torres quien realizó una pormenorizada crítica de las razones del Equipo de Trabajo de la Meningitis en la publicación especializada Redacción Médica. También estuvo al cargo de la coordinación del estudio sobre Bexsero que sirvió, en julio pasado, para cambar la pauta de aplicación de la vacuna: se podía eliminar una de las dosis y pasar de 3 más 1 recuerdo a 2+1.
Al informar sobre esta modificación aceptada por la Agencia Europea a del Medicamento, Federico Martinón Torres, presentado como miembro del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, hizo estas declaraciones a la agencia Europa Press: “El menor número de dosis necesario durante el primer año de vida facilita el cumplimiento de la pauta vacunal, reduce los costes asociados, y hace más factible la inclusión de la vacuna en el calendario vacunal”.
Sin embargo, no aparecía ninguna referencia sobre el hecho de que ese preciso estudio había sido financiado por la farmacéutica dueña de la vacuna: GSK o de las cantidades que este pediatra –de extenso currículo– recibe de esta empresa bajo el epígrafe de “honorarios” (8.700 euros en los últimos tres años). El doctor Martinón Torres no ha contestado a eldiario.es sobre si, en aras de la transparencia, hubiera sido relevante dar a conocer estas informaciones al exponer sus criterios contrarios a la Comisión de Salud. El pediatra fue unos de los encargados también de impartir el webinar sobre Bexsero en marzo pasado.
Respecto a esta materia, el Grupo de Trabajo que elaboró las recomendaciones sobre la no inclusión del producto en el calendario escribe al inicio de su análisis que “declaran no tener conflictos de interés en relación con los temas tratados en este documento”. El grupo está formado por nueve médicos (especialistas en microbiología, salud pública, epidemiología y enfermedades infecciosas) una doctora en farmacia y tres biólogos.
Antes de que el Consejo Interterritorial (que aglutina a las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad) tomara una decisión, dos gobiernos autonómicos ya habían dicho que incorporarían el Bexsero a sus propios calendarios: Canarias y Castilla y León. La Consejería de Sanidad de las islas no ha contestado a eldiario.es sobre si ha conseguido que GSK ofrezca su producto a un precio más acorde con las indicaciones de la Comisión de Salud. En Castilla y León, un portavoz de Sanidad ha limitado a responder que “todavía no se ha licitado la compra de la vacuna”. Al hacer su anuncio público este Ejecutivo apuntó a una partida de “tres millones de euros para 16.000 niños”, sin especificar más. La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, afeó estas posturas: “No deberíamos alterar el calendario de forma unilateral”. La farmacéutica GSK no ha contestado a ninguna de las cuestiones relacionadas con este reportaje.