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El Gobierno extremeño de PP y Vox opta por la caza en Monfragüe, el método “de mayor impacto negativo” para controlar la fauna

Un venado.

Raúl Rejón

19 de septiembre de 2023 21:46 h

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La Junta de Extremadura del PP y Vox ha decidido optar por “batidas” de caza para controlar la superpoblación de ciervos y jabalíes en el Parque Nacional de Monfragüe; es decir, los dirigentes extremeños han escogido el método “que mayor impacto negativo medioambiental” provoca en el espacio protegido, según reconoce el Plan de acción selectiva de ungulados del parque: el documento oficial que regula este control aprobado en 2021 y con cinco años de vigencia.

La presidenta extremeña María Guardiola ha justificado que “las batidas” son un método “de caza tradicional” que sustituirá “los sistemas actuales de control poblacional que han demostrado que no tienen respeto por los animales”. 48 horas después del anuncio, la consejera de Gestión Forestal y Mundo Rural Camino Limia, ha pedido que la caza se extienda a las fincas con cotos privados dentro del parque.

Las batidas consisten en dos grupos de personas: uno avanza por el terreno para obligar a los animales a dejar sus refugios o escondites mientras el otro grupo aguarda con las armas de fuego en la “línea de huida de las piezas”, según describe el Plan. Al llegar los animales huyendo, se les dispara. Es un método efectivo “ya que permiten un número elevado de ejemplares abatidos en una sola acción”, es decir, pueden matarse muchos ciervos o jabalíes de golpe. Pero “es el de mayor impacto negativo”, añade el mismo documento.

Por este motivo, el Plan de acción selectiva establece un orden de prioridad sobre los métodos que pueden utilizarse. El documento, ordenado por el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de 2014, establece que, de los métodos letales, se utilizará “en primer lugar, y por su alta selectividad” [se eliminan los ejemplares más adecuados] la captura y eutanasia. También “el uso de armas de fuego en cercas de manejo” y el “sacrificio de fauna herida”.

En segundo lugar de preferencia se colocan los recechos, es decir, rastrear el ejemplar seleccionado y, una vez localizado, eliminarlo con un arma de fuego. Y los aguardos: “Esperar al animal por abatir en un lugar preparado con anterioridad, al que acude asiduamente”. Es muy utilizado para matar jabalíes.

Y, por fin, “en último lugar, y siempre que se refleje su necesidad en el informe de seguimiento trimestral de control poblacional de la Dirección del Parque Nacional de Monfragüe”, se mencionan las batidas. Este plan –y su orden de preferencias– “está basado en estudios científicos o técnicos, y datos actualizados relativos a las densidades de ungulados en el Parque”, explica el documento aprobado por Resolución de la entonces consejera extremeña de Transición Ecológica, Olga García.

La Coordinadora de ONG ambientales de Extremadura analiza por su parte que los métodos selectivos “aseguran el mínimo riesgo de daños para otras especies de fauna y flora que deben protegerse” y consideran que el plan actual “está funcionando bastante bien”.

Guardiola ha dicho que las batidas son “un sistema mucho más eficaz y respetuoso con los animales”. También ha anunciado que las batidas “las van a realizar las sociedades de cazadores locales”. El Plan de acción oficial especifica que las acciones se llevarán a cabo por “personal especializado: perteneciente a la Junta de Extremadura, al Organismo Autónomo Parques Nacionales o profesionales contratados”, aunque apunta que se puede recurrir “al apoyo de socios de las sociedades locales de cazadores”. En todo caso “la labor de control se realizará bajo la estricta tutela de la Administración”.

Confusiones letales de los cazadores

Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en Acción, cuenta que “las batidas en general no son nada eficaces para los controles” y que “la gran cantidad de accidentes en los que los cazadores confunden, por ejemplo, a un lince y personas con jabalíes hacen evidente que un cazador no tiene la formación necesaria para realizar este control”. Oberhuber se refiere a la muerte de un vecino de Arbuciés (Girona) el pasado 3 de septiembre al ser disparado por un cazador durante una batida o a la del lince Tejo reintroducido en la Región de Murcia, muerto por un cazador que adujo haberlo confundido con un jabalí.

La vicepresidenta de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, ha recordado a Guardiola que “la ley prohíbe la actividad cinegética en parques nacionales” y ha subrayado que no sabe si el proyecto extremeño “se refiere a cambios en el plan de gestión”.

El Ministerio explica que “hasta ahora se estaban haciendo controles poblacionales de forma consensuada en las fincas titularidad de la Junta o Parques Nacionales mediante cercones o recechos con nuestro personal y de la Junta. No nos han consultado en absoluto este cambio”.

El Gobierno autonómico extremeño dice que pretende “conseguir el equilibrio ecológico necesario que evite los daños en la flora y en la fauna, pero también que proteja a nuestro ganado”. Organizaciones como WWF o SEO-Birdlife no ven con buenos ojos este paso.

El secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, ha calificado la iniciativa de “populista”: “Haremos todo lo posible para que se cumpla la ley y se respete el Plan de Uso y Gestión de Monfragüe”, ha declarado. SEO, por su parte, ha recordado que las batidas solo valen “como recurso excepcional y basadas en estudios científicos”.

Oberhuber remata: “El PP se comprometió con los cazadores a nivel estatal de satisfacer sus demandas y este es uno de los resultados”. 

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