Multa de 330 euros por llevar cubiertos para el 'tupper' a una manifestación
Guillom S. venía de una protesta estudiantil en la Universidad de Barcelona (UB) con su amiga Alys. Era el pasado 29 de marzo, día de huelga general, y a las 11.40 de la mañana, seis furgonetas de mossos, que estaban previamente en la concentración del centenar de estudiantes, los detuvieron en la avenida Diagonal. A ellos y al medio centenar de personas que los rodeaba, a los que condujeron a un callejón, según cuenta el propio Guillem, vendedor de 26 años.
Durante tres horas, procedieron a identificarlos, ficharlos y registrarlos. Según Guillom, algún “porrazo” también recibieron. Después de las preceptivas identificaciones, explica, los agentes se percataron de dos cuchillos y dos tenedores que llevaba en su mochila, junto con los tupper para la comida (ensalada de pasta, croquetas, lomo y manzanas), antes de dejarle marchar.
Sin embargo, la policía no lo vio así. Al menos lo que respecta a los cubiertos, que fueron confiscados. Ahora, cuando le ha llegado el expediente sancionador, se ha sabido que fue por “tenencia de armas”, de acuerdo con la definición que hacen de los cuchillos en el texto, que se ampara la ley sobre protección de la seguridad ciudadana. Los tenedores, en cambio, son “identificados como enseres para comer”.
Así lo dictamina la División de Policía Científica de la Dirección General de la Policía, el órgano competente para analizar la longitud dos cuchillos (uno tenía más de 11 cm y otro menos). Y por ello se incoa un expediente administrativo sancionador con una multa de 330 euros, sobre el que cabe recurso. Con respecto a los dos cuchillos, se decreta el “decomiso defenitivo”.
Guillem, después de consultar con un abogado, está convencido de recurrir: “No tiene ningún sentido que me multen por llevar cuchillos de Ikea en la mochila para comer de tupper. Es todo ridículo. Sólo buscan recaudar”.