No, Penélope Cruz no quiere “diseñar joyas para el proletariado”
No, Penélope Cruz no ha dicho que quiera “diseñar joyas para el proletariado”. Las declaraciones, que han circulado durante todo el día en las redes sociales, pertenecen a una entrevista ficticia, de tono humorístico, publicada por La Razón. Forma parte de una serie llamada “la entrevista imaginaria”. Durante este verano, La Razón ya había publicado otras dos entrevistas falsas, a Pedro Sánchez y a Quim Torra, firmadas por Amilibia. “Quizá sea un alienígena plutoniano” es el titular de la de Torra.
La confusión se debe a que La Razón difundió por redes sociales el titular de su 'entrevista' a Penélope Cruz sin advertir de que era un texto de ficción, lo que desencadenó todo tipo de burlas e insultos hacia la actriz por sus supuestas declaraciones.
La entrevista imaginaria no es un género raro en publicaciones de humor o revistas de verano. Se han publicado entrevistas a personajes de ficción o a personas ya fallecidas. Su intención es claramente paródica. Por ejemplo, una falsa entrevista a Pedro Duque, que se viralizó en Twitter, ponía en boca del ministro que “cuando un astronauta ve un político es como cuando tú ves en el zoo a un mono”.
Sin embargo, también se han publicado entrevistas falsas con cierta pretensión de veracidad. En el año 2014, la revista Diez Minutos dedicó su portada a una entrevista imaginaria a la entonces princesa Letizia. “En un ejercicio de osadía, nos hemos lanzado a entrevistar a la princesa de manera figurada. Porque sabemos tanto de ella a través de terceros, medios de comunicación y testimonios directos que nos atrevemos a suponer lo que nos contestaría si tuviéramos un café (para ella té) y una grabadora delante”, justificaba la la revista del corazón en sus páginas interiores.
La publicación recibió una reprimenda de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), cuya comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología, emitió una resolución donde argumentaba que “no nos hallamos ante una buena práctica periodística”, puesto que “el método de esta entrevista imaginaria no tiene la misma garantía de veracidad que una entrevista real con la persona concernida (sic)”, tal y como recuerda el blog Prodavinci. La FAPE consideró que ese tipo de entrevista puede vulnerar los derechos de imagen y el derecho al honor.
