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Los teólogos progresistas denuncian la “tibia respuesta de la Conferencia Episcopal” frente al coronavirus

Los obispos recomiendan quitar el agua bendita de las Iglesias y no darse la mano

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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“Lamentamos la tibia respuesta de la Conferencia Episcopal Española” ante la tragedia del coronavirus. Los teólogos progresistas, agrupados en torno a la asociación Juan XXIII, denuncian “la falta de presencia pública, de relevancia social, de radicalidad y audacia evangélicas” por parte de los obispos españoles durante la pandemia.

Del mismo modo, tildan en un comunicado de “irresponsable” la actitud de obispos y sacerdotes que, saltándose el confinamiento, “ponen en riesgo la vida de las personas que asisten a las celebraciones religiosas, dan mal ejemplo a la ciudadanía y priorizan el mantenimiento del culto a toda costa sobre la práctica de la compasión con las víctimas”. A partir de este lunes, recordemos, los templos podrán volver a abrir en aquellas zonas que alcancen la fase 1, y con un tercio de su aforo.

“No nos parece justificado el criterio de algunos obispos que consideran el confinamiento como un atentado del gobierno contra la libertad religiosa y recluye a la Iglesia en las catacumbas, cuando se trata de proteger la vida y la salud pública”, constata el documento.

El ingreso mínimo del Gobierno divide a la Iglesia

Los teólogos también afean las declaraciones del portavoz episcopal, Luis Argüello, en contra del ingreso mínimo vital permanente, que “es un derecho de ciudadanía”. “Compartimos el malestar, e incluso la indignación, que han provocado las declaraciones de la Conferencia Episcopal Española a través de su secretario general”, que “entra en contradicción con la asignación tributaria que recibe la jerarquía católica de manera permanente desde hace décadas y que asciende cada año a una cantidad entre 250 y 280 millones de euros”, y contra el propio Papa Francisco, quien en una carta dirigida a los Movimientos Populares ha defendido el “salario universal para las personas trabajadoras informales, independientes o de la economía popular”.

La cuestión del ingreso mínimo vital desarrollado por el Gobierno ha generado controversia pública en el seno del episcopado. Si en la última rueda de prensa el portavoz de los obispos, Luis Argüello, señaló que no estaban de acuerdo con que ese ingreso fuera permanente, este viernes el cardenal Omella se ha mostrado abiertamente partidario de la medida y ha hecho gala de su buena relación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez. “El ingreso mínimo vital hay que asegurarlo”, aseguró el arzobispo de Barcelona, corrigiendo las palabras de Argüello. “Esta ayuda es absolutamente necesaria, hay que hacerlo. Esto lo hemos dialogado con Cáritas, con el secretario general, también con el ministro Escrivá, y de alguna manera esto se ha entendido en la línea de la Doctrina Social de la Iglesia y en comunión con el Papa”, sostuvo.

Omella, presidente de la CEE, y el vicepresidente y también cardenal, Carlos Osoro,  han reclamado este viernes en un desayuno virtual en Nueva Economía Forum “un pacto entre todos los partidos políticos, estamentos sociales y económicos para salir” de la crisis provocada por esta pandemia. 

“Echamos en falta su voz compasiva y solidaria”

La declaración de los teólogos arranca admitiendo que “estamos viviendo una de las más graves crisis sanitarias, económicas y ecológicas de nuestra historia, que afecta a toda la humanidad, y de manera especial a las personas y los grupos sociales más vulnerables”. En España, se observa “un escenario dramático”, no sólo con las más de 26.000 personas muertas o 220.000 contagiadas, sino por “más de 10 millones de personas en estado de vulnerabilidad, un incremento espectacular de desempleo, cientos de miles de inmigrantes en situación de pobreza extrema, aumento de las denuncias de la violencia contra las mujeres.

Tras alabar las distintas “iniciativas solidarias” y la “ejemplaridad del personal sanitario que expone su vida y la de sus familias a diario para salvar la vida de las personas contagiadas por la COVID-19”, los teólogos y teólogas destacan la labor llevada a cabo por “numerosas instituciones, comunidades y colectivos cristianos”, destacando especialmente a Cáritas, así como al “acompañamiento de seglares, sacerdotes, religiosos y religiosas a las personas enfermas y fallecidas en soledad y a sus familiares que no pueden despedir a sus seres queridos”.

Sin embargo, añade la nota, “nos sorprende la tibia respuesta de la Conferencia Episcopal Española, la ausencia de una declaración colectiva ante la emergencia que estamos viviendo, así como la falta de presencia pública, de relevancia social, de radicalidad y audacia evangélicas”.

“Echamos en falta su voz profética, compasiva, solidaria y esperanzada”, apuntan los teólogos progresistas, que denuncian el contraste con “el protagonismo social, la locuacidad, la visibilidad, e incluso la beligerancia que demuestran en sus pronunciamientos en cuestiones como la interrupción voluntaria del embarazo, la enseñanza de la religión confesional en la escuela, el mantenimiento de los privilegios concordatarios, el matrimonio igualitario, etc.”.

Un actitud, afirman, que “contrasta con el liderazgo moral que está ejerciendo el Papa Francisco, quien ha calificado de 'genocidio virósico' priorizar la economía sobre la vida de la gente, ha apoyado la Megacampaña Solidaria Seamos#Uno y ha creado una Comisión de expertos para reflexionar sobre las consecuencias socioeconómicas y culturales provocadas por la pandemia”.

Toda la información en www.religiondigital.org

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