Teresa Ribera, una voz cada vez más alta en la lucha contra el cambio climático y por la energía limpia
La nueva ministra de Energía Cambio Climático y Medio Ambiente, Teresa Ribera, era una figura constante en las últimas cumbres sobre el clima. En continua actividad en París o Marrakech, no dudaba en dar sus ideas sobre la necesidad de abandonar los combustibles fósiles y virar a una economía descarbonizada.
Porque, aunque va a tener la difícil tarea de conciliar las políticas ambientales y energéticas, ambas están unidas desde la perspectiva de la lucha contra el cambio climático, como ya ha subrayado en sus trabajos y también ha defendido en artículos: en nombre de la competitividad, no vale todo. Este será tan solo uno de sus muchos retos.
La política (Madrid 1969) es licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, diplomada en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Constitucionales, además de pertenecer al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado.
Teresa Ribera fue la directora de la Oficina Española de Cambio Climático desde 2004 a 2008 y entre 2008 y 2011 asumió la secretaría general del Cambio Climático en el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. De esa época arrastra una polémica: la firma de la Declaración de Impacto Ambiental positiva del almacén submarino de gas Castor. Los tribunales no llegaron a imputarla.
Su perfil ha crecido mucho desde que dejó el Ejecutivo a medida que la lucha contra el cambio climático ha ido ganando peso en la agenda internacional. Se ha buscado su voz para contrastar las políticas climáticas del Partido Popular. Actualmente era directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, (IDDRI). En 2017 fue nombrada coordinadora del Consejo Asesor para la Transición Ecológica de la Economía del PSOE.
La nueva ministra encargada de dirigir las áreas de energía, medio ambiente y cambio climático en el ejecutivo de Pedro Sánchez, aprovechó el Día Mundial del Medio Ambiente, el mismo día que se conoció su nombramiento, para urgir a la necesidad de “activar la agenda ambiental y la sostenibilidad como se merecen”.