La 'trampa' de las listas de espera en Madrid está en el especialista: 767.000 personas aguardan una primera cita
La Comunidad de Madrid se felicita cada vez que el Ministerio de Sanidad publica los datos de listas de espera. Las cifras les sonríen. “Lideramos nuevamente los menores tiempos de espera en lista quirúrgica”, afirmaba la consejera del ramo, Fátima Matute, tras conocerse la estadística de junio de 2024. Detrás de estos datos, sin embargo, hay otros menos visibles y mediáticos, como las citas con el especialista, que también muestran cómo funciona el sistema madrileño de salud.
El Gobierno regional publica los datos mes a mes así que es posible tener una fotografía más actualizada. El atasco cada vez es mayor. En octubre, la última cifra disponible, la lista abultaba el doble que en febrero de 2020, antes de la pandemia. Entonces había 453.000 pacientes dentro. Tras el confinamiento, se había reducido a 188.000. Ahora, la lista la componen 767.000.
Mientras, los pacientes pendientes de una operación mantienen una curva estable, sin grandes subidas ni bajadas, como puede verse en el gráfico de abajo. Madrid es la comunidad autónoma con más brecha entre una lista y otra.
“Lo que nos dicen los datos es que los hospitales no son capaces de evacuar a los pacientes porque la tasa de entrada es mayor a lo que el sistema puede asumir”, interpreta Beatriz González López-Valcárcel, investigadora en Economía de la Salud en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Quienes saben de planificación sanitaria repiten que la situación no debe medirse solo por el volumen de la lista, sino también –y sobre todo– por el tiempo que se espera. Y aquí Madrid tampoco sale bien parada: las personas que esperarán más de 90 días se han multiplicado por cuatro respecto a 2019. Son más de la mitad (60%) de los que engrosan la lista.
Con estas cifras, el tiempo de media que llevan esperando los pacientes también se ha duplicado. Antes de la pandemia, estaba alrededor de los 40 días. En los últimos meses se ha duplicado hasta alcanzar los 70-80 días.
González López-Valcárcel no se explica “cómo puede darse” este ascenso tan empinado en la demanda de especialistas, aun sabiendo que la “relación no es tan directa, que no todas estas consultas derivan después en una operación”. “Que haya mucha gente que espera mucho es grave porque lo que le importa al paciente es cuánto espera y no cuánta gente hay. Si en cirugías las entradas y salidas están equilibradas, eso no pasa en primeras consultas. Es creciente y preocupante, acelerado en los dos últimos años”, desarrolla la experta.
Aunque Madrid tenía una espera media de 60 días a junio de 2024 –bastante menor a la media nacional, de casi 85–, los pacientes se acumulan a un ritmo vertiginoso en los hospitales madrileños a la espera de una cita: la tasa de personas aguardando es la mayor de toda España (un 12% de la población) y casi tres de cada cuatro (72,8%) tiene que esperar más de dos meses. Es decir, hay muchas personas que esperan mucho. Esta proporción que se da en Madrid solo es superada, si se compara con otras comunidades, por Canarias. Así estaba la situación el pasado 30 de junio.
José Manuel Freire, profesor de la Escuela Nacional de Salud Pública y exportavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid, asemeja las listas de espera con un pantano: “Si retienes mucho arriba, el flujo viene más suave. Esto, trasladado a las listas, significa que si retienes a la gente en el estadio anterior, si la barrera la pones en ver al especialista, después habrá menos cola para cirugía”. Ángela Hernández, secretaria general del sindicato Amyts, coincide en el análisis. “La situación se puede ir moldeando abriendo más o menos primeras consultas y dependiendo de eso se acumulan los pacientes por arriba o por abajo”. Conviene aclarar, no obstante, que no todas las personas que acuden al especialista terminan en un quirófano.
La Consejería de Sanidad enmarca dentro de la normalidad las diferentes tendencias que se ven en las listas, en función de si son quirúrgicas o de consultas. “Responde, en gran medida, a la naturaleza distinta de estos procesos y a los factores que influyen en su gestión. Mientras que la indicación para una intervención quirúrgica solo puede ser realizada por un especialista quirúrgico tras la valoración del paciente en consulta, la indicación para una primera consulta con una especialidad hospitalaria puede ser realizada por cualquier médico”, contesta un portavoz ante las preguntas formuladas por este medio.
En el departamento que dirige Fátima Matute sostienen, pese a los datos, que las listas de espera para ver a un especialista en Madrid “presentan una tendencia general a la estabilización, aunque con ligeros incrementos en periodos concretos” como el estival.
La pandemia generó una rotura en la serie de datos. No porque dejaran de emitirse, sino porque respondían a dinámicas muy extrañas: los pacientes se embalsaron en la lista; ni entraban –porque no tenían acceso a las primeras consultas– ni salían –los quirófanos estaban paralizados y también los especialistas– y los que estaban dentro veían aumentar la espera.
Tras esta coyuntura tan particular podría esperarse una vuelta a la normalidad que no ha sucedido en el caso de las consultas externas: la lista es mucho más amplia que antes de 2020 y la demora media es el doble (de 35 a 70 días), según los datos de octubre aportados por la Consejería de Sanidad.
Freire encuentra otra explicación complementaria a los datos: “En general a los gobiernos les importa mucho cómo salen en la foto y siempre es más vistosa la lista de espera quirúrgica, de manera que es probable que haya más interés en reducirla que en minimizar la espera en las consultas”. El exdiputado socialista añade, además, que “la cirugía genera más dinero” si se deriva a los centros privatizados. En Madrid hay cinco centros de la red pública gestionados por compañías privadas (cuatro de ellos son de Quirón). Por cada paciente nuevo que reciben derivado para aligerar las listas –y que es de fuera de su zona– reciben un pago, tanto por cirugías como por primeras consultas.
Los profesionales de Atención Primaria también han reparado en este aumento de las esperas. Son ellos los que deciden si derivan al especialista a los pacientes. “Lo estamos viviendo mal porque somos el primer nivel y nos encontramos con esto”, admite Valle Coronado, médica de familia y secretaria de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). “Tenemos la opción de preferente o mandamos con un volante directos de forma urgente al hospital. Hay cosas que son demorables de forma razonable, un mes o dos, pero no más que eso”, prosigue.
Coronado no siente que exista una “presión” para derivar porque los pacientes prefieren que les traten los especialistas. También niega que el motivo del crecimiento en la espera sea que los médicos de familia envían más casos a las consultas externas por la sobrecarga que vive la Atención Primaria, una hipótesis que dibujan varios expertos consultados por este medio. “Ahora bien, cuanto más medios diagnósticos tengamos, más podemos aliviar esa carga por esta parte”, zanja la médica.
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