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El Tribunal de Cuentas archiva el caso contra el CSIC por un supuesto agujero de 5,5 millones de euros en el Botánico

Interior del espectáculo lumínico ubicado en el parque Tierno Galván.

Daniel Sánchez Caballero

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El Tribunal de Cuentas ha archivado la investigación que tenía abierta al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) por un supuesto agujero de 5,5 millones de euros públicos en las cuentas del Real Jardín Botánico (RJB), un organismo del Consejo. El órgano fiscalizador estaba indagando la responsabilidad del CSIC y sus dirigentes ante lo que entiende que era una negligencia del RJB –y por extensión el Consejo– en la gestión, entre otros, del espectáculo Naturaleza Encendida, que se venía celebrando en las instalaciones del Botánico en los últimos años.

La intervención delegada en el CSIC detectó que el Jardín había dejado de ingresar 5,49 millones de euros que le correspondían de la recaudación de entradas y otros conceptos dentro de su acuerdo con la empresa La Fábrica Más Gestión Cultura S.L., compañía a la que había adjudicado la explotación del “punto de ocio científico cultural” del RJB entre 2017 y 2023. Pero una vez escuchadas las alegaciones del Consejo, que explicó que ha reclamado dicha cantidad a la concesionaria, el Tribunal de Cuentas entiende que la entidad pública ha actuado correctamente y concluye que “no consta la existencia de un perjuicio efectivo en los fondos públicos” del CSIC, por lo que libera de culpa la entidad, según ha informado el propio Consejo.

El caso, sin embargo, sigue abierto en lo que al dinero se refiere. El Jardín Botánico ha reclamado los 5,5 millones de euros a La Fábrica, que sostiene que el CSIC ha cambiado de criterio a posteriori, que ellos han estado pagando durante años lo que el Botánico les pedía (era la institución pública la que hacía las facturas, que La Fábrica abonaba mes a mes) sin que nunca se les planteara ninguna pega.

El caso parte del contrato por el que el Botánico adjudicó en 2017 a la empresa La Fábrica Gestión Más Cultura, S.L. la gestión de actividades externas en sus instalaciones del centro de Madrid a cambio de una cláusula que establecía una comisión para el RJB del 35% de las ganancias netas obtenidas por la venta de entradas para esos eventos. El contrato venció el pasado 31 de agosto. Pero el pasado 12 de diciembre el CSIC envió a La Fábrica una reclamación por un total de 5,49 millones de euros que, según el RJB, la compañía no ha retribuido al centro público, según un portavoz del organismo.

La empresa, que ha valorado positivamente que el Tribunal de Cuentas haya cerrado el caso (“supone retomar la confianza en el RJB”), sigue en cualquier caso en shock ante la reclamación de una cantidad de dinero que, asegura, ni tienen ni es medianamente realista.

“Se han desarrollado más de 70 exposiciones, festivales y eventos musicales” como parte de ese contrato de externalización de servicios, explicaba en su momento una portavoz de La Fábrica. “Para liquidar económicamente el resultado a favor del Real Jardín Botánico de estas actividades, durante los casi seis años que ha durado el contrato, la gerencia y dirección del RJB han emitido, mes a mes, durante 70 meses, las facturas a pagar por La Fábrica, siendo todas pagadas por no existir divergencias de criterio en la liquidación. No entendemos por qué el criterio que ha aplicado el RJB durante 70 meses para la emisión de sus facturas a La Fábrica por las actividades culturales realizadas en sus espacios habría aparentemente variado una vez trascurridos cuatro meses de la finalización del contrato [cuando empezó la investigación del Tribunal de Cuentas]. Esta comunicación implica además una vulneración de los principios de confianza legítima y de sujeción a los actos propios de la Administración. Prueba de lo insólito de la comunicación recibida de RJB es que la cantidad total solicitada es superior a todos los ingresos (no beneficios, sino ingresos) de todas las actividades culturales realizadas por La Fábrica durante toda la vigencia del contrato con RJB”, lamenta la compañía.

Cuando el Tribunal de Cuentas detectó ese supuesto agujero y pidió explicaciones al CSIC, como responsable del Jardín Botánico, el Consejo puso en marcha una inspección interna y acabó concluyendo que llevaba años facturando mal a La Fábrica. Le devolvió a la empresa todo lo que le había cobrado esos años y le reclamó cinco millones por la actividad de la Naturaleza Encendida y otros 461.650 euros por otras “exposiciones/paseos musicales”.

La divergencia con la facturación de este espectáculo –responsable de la práctica totalidad de lo que ahora el CSIC reclama a la empresa– está en cómo se calcula la parte que corresponde al Botánico. La Fábrica subcontrató la Naturaleza Encendida a otra empresa, Let's Go, especializada en montar exposiciones inmersivas en Madrid. Según ese contrato, Let's Go le pasaba a La Fábrica entre el 10% y el 15% de la facturación (en función de la recaudación) que produjera la actividad. Y de ese 10-15%, La Fábrica le pasaba al Jardín el 35% que establece el contrato entre esta empresa y el Botánico. Pero ahora el CSIC dice que no le corresponde el 35% de ese 10-15%, sino el 35% del total. Una cifra inasumible, sostienen desde La Fábrica.

“Si durante la vigencia del contrato, o incluso antes de su adjudicación, La Fábrica hubiera podido siquiera intuir que tras su terminación el RJB podría desentenderse unilateralmente de su propio criterio de la liquidación económica de las actividades programadas, esta empresa habría instado de la Administración la resolución del contrato, o, directamente, se habría abstenido de concursar. Y ello porque la liquidación económica de las actividades en los términos sobrevenidos que ahora parecen querer imponerse habría hecho inviable su programación: ni Naturaleza Encendida ni ninguna otra actividad cultural se hubiera llevado a cabo, porque habría hecho incurrir a La Fábrica en pérdidas millonarias, insostenibles para una pequeña empresa de gestión cultural”, explican fuentes de la compañía.

En su informe preliminar, el Tribunal de Cuentas hablaba de “graves irregularidades” en la gestión del organismo público que “ponen de manifiesto incumplimientos normativos (...) e infracciones que pueden generar responsabilidad patrimonial (...). Es decir, haber incurrido en alcance o malversación en la administración de los fondos públicos; dar lugar a pagos reintegrables (...) y administrar los recursos y demás derechos de la Hacienda Pública estatal sin sujetarse a las disposiciones que regulan su liquidación, recaudación o ingreso en el Tesoro”.

El órgano fiscalizador ya no ve irregularidades en la gestión del Real Jardín Botánico. Pero el dinero, supuestamente, sigue faltando y la reclamación está vigente. La Fábrica insiste en su inocencia. Si ninguna de las partes cambia su postura, auguran fuentes conocedoras del proceso, el caso va camino de los tribunales.

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