El Vaticano perderá 100 millones de euros por la pandemia al no poder recibir a turistas
La recesión se asoma al Vaticano. ¿Culpable? El coronavirus, que forzó a un parón de meses en la economía vaticana. La drástica reducción de visitantes y fieles a la basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos, el descenso de las cuotas por alquiler de edificios o los porcentajes de venta en los puestos ambulantes de la plaza de San Pedro, llevó a la Santa Sede a tener números rojos por valor de 48 millones de euros. Las perspectivas romanas no son muy halagüeñas. De hecho, la Secretaría de Economía acaba de presentar sus previsiones para 2021, que apuestan por unas pérdidas de 49,7 millones de euros. En total, el Vaticano asume que el déficit por la pandemia alcanzará, al menos, los cien millones de euros.
En un comunicado, el organismo informó que el Papa había dado su consentimiento a los presupuestos de la Santa Sede para 2021, que incluyen una previsión de ingresos totales de 260,4 millones de euros, y unos gastos de 310,1 millones. Unas previsiones, admite Roma, “muy afectadas por la crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19”.
El 'Óbolo de San Pedro' y el 'caso Becciu'
Y podría ser peor: si las iglesias de todo el mundo no contribuyesen con el llamado 'Óbolo de San Pedro', un fondo que el Papa suele dedicar a obras sociales (y que se ha visto en el ojo del huracán tras el 'caso Becciu', el cardenal defenestrado por Bergoglio por utilizar presuntamente el dinero de los pobres para comprar palacios en Londres o financiar una hipotética diplomacia vaticana paralela), la Santa Sede hubiera perdido otros 30,3 millones de euros, con lo que las previsiones de déficit total para 2021 hubieran superado los 80 millones.
Y es que el año pasado los ingresos disminuyen un 21% (48 millones de euros) respecto a 2019, “debido a la reducción de las actividades empresariales, de servicios e inmobiliarias, así como de las donaciones y contribuciones”, explica el Vaticano, que añade que el presupuesto de la Santa Sede también refleja “un importante esfuerzo de contención de costes, con una reducción de los gastos de funcionamiento -excluidos los costes de personal- del 14% (24 millones de euros) en comparación con 2019”.
Por el momento, el Vaticano no se plantea despidos. “El mantenimiento del puesto de trabajo sigue siendo una prioridad para el Santo Padre en estos tiempos difíciles”, explican desde la Secretaría de Economía. Sin embargo, donde sí se plantean despidos, o al menos sanciones, para los trabajadores vaticanos que rechacen vacunarse contra el coronavirus sin motivos comprobados de salud, o incumplan las normas sanitarias.
Con las salvedades propias de una objeción de conciencia razonada, el Governatorato del Vaticano anuncia sanciones de hasta 1.500 euros y que, en los casos más graves, “pueden alcanzar la interrupción de la relación de trabajo”, según un decreto del 8 de febrero, que recupera una normativa de 2011 en la que se establecen las sanciones a quien ponga en riesgo la salud pública.
Además de la posibilidad de despidos, el decreto recuerda la prohibición de reuniones, la necesidad de distanciamiento físico, la adopción de equipos de protección personal, normas de higiene, protocolos terapéuticos y “protocolos de vacunación”, y adjunta una tabla con las sanciones que van desde los 25 euros si no se usa mascarilla hasta los 1.500 euros en caso de infracción de la cuarentena.
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