La OMS alerta de que el VIH está ganando resistencia a los medicamentos
“Necesitamos abordar los crecientes niveles de resistencia del VIH si queremos alcanzar el objetivo mundial de poner fin al SIDA para el año 2030”. El Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, llamaba este jueves la atención sobre un problema que ha ganado prioridad en la agenda sanitaria global: algunos de los medicamentos más utilizados para luchar contra el VIH están dejando de ser efectivos.
La resistencia a los medicamentos ha sido un problema desde el comienzo de la epidemia del VIH, sin embargo, durante los últimos cinco años este virus ha empezado a desarrollar resistencias a una tasa que empieza a resultar “preocupante”, según han asegurado esta misma tarde varios responsables de la OMS en rueda de prensa.
Según el informe elaborado por esta organización sanitaria, en 6 de los 11 países analizados en África, Asia y Latinoamérica, más del 10% de las personas que comenzaron la terapia antirretroviral tenían una cepa resistente a alguno de los medicamentos más asequibles y, por tanto, más utilizados. Los porcentajes más altos se dieron Uganda, que presentó una nivel de resistencia superior al 15% y Nicaragua, donde se llegó al 19%.
El umbral del 10% es el límite a partir del cual la OMS recomienda que se revisen “urgentemente” los programas de tratamiento del VIH, ya que, de no hacerlo, se podría producir un gran aumento en las muertes relacionadas con el SIDA, además de un importante incremento de los costes sanitarios.
Según las estimaciones realizadas por la organización sanitaria, “si no se toman medidas, los nuevos virus resistentes causarán más de 135.000 muertes y 105.000 nuevas infecciones durante los próximos 5 años”. Además, con la tendencia actual en los niveles de resistencias se prevé que el coste de los tratamientos antirretrovirales se incremente en unos 650 millones de dólares durante este periodo.
Un nuevo plan de acción global
Ante este escenario, la OMS comenzó el pasado año a elaborar un plan estratégico para reducir el impacto de los virus resistentes, que será presentado el próximo domingo 23 de julio en París, en una conferencia organizada por la Sociedad Internacional de SIDA.
El nuevo plan tiene un periodo de aplicación de cinco años y entre sus recomendaciones destaca el cambio de los tratamientos que actualmente se prescriben como primera opción en aquellos países que superen el umbral del 10%. El objetivo es aprovechar la reciente reducción del precio de los antirretrovirales más novedosos, como el dolutegravir, uno de los más utilizados en Europa.
El nuevo plan también incluye por primera vez la recomendación de realizar de tests de resistencias, unas pruebas que pueden determinar si un paciente tiene un virus resistente. Según la OMS, el seguimiento de los pacientes con este tipo de pruebas permitiría que “se tomen medidas tan pronto como se detecte el fracaso del tratamiento”. Sin embargo, el coste de estos tests ha hecho que no se puedan realizar habitualmente en los países más pobres.
La mitad de los afectados no recibe tratamiento
Precisamente la falta de recursos en países pobres sigue siendo uno de los grandes problemas a la hora de controlar las infecciones por VIH a nivel mundial. De los 36,7 millones de personas que se estima que están infectadas, solo ha recibido tratamiento antirretroviral algo más de la mitad, en torno a 19,5 millones.
Hasta 2016, solo se había diagnosticado al 70% de las personas que viven con el VIH, de las que un 77% recibieron tratamiento antirretroviral. Entre las que recibieron tratamiento, una amplia mayoría, un 82%, consiguió reducir la carga del virus, de forma que éste dejó de ser transmisible.
Según la OMS, la resistencia a los medicamentos contra el VIH “se desarrolla cuando las personas no se adhieren a un plan de tratamiento prescrito, a menudo porque no tienen acceso constante al tratamiento ni a una atención sanitaria de calidad”.
La organización confía en que situar el problema como una prioridad de la agenda global ayude a abaratar los costes de la atención a estos pacientes y asegura que “el panorama del tratamiento del VIH está evolucionando rápidamente con la introducción de nuevas clases de fármacos que empiezan a ser más asequibles y a estar disponibles en más países de rentas medias y bajas”.