Youtube avisa de que podría bloquear contenidos en la UE si se aprueba la directiva de copyright
Llegó Goliat. La ausencia de un posicionamiento público de Google sobre la renovación de la directiva europea de copyright había llamado la atención, dado el impacto que podrían tener las nuevas normas en su negocio. Tanto, que las entidades de gestión de derechos de autor señalaron que su mano (y su dinero) estuvo detrás de la potente campaña de las organizaciones de defensa de los derechos digitales que consiguió paralizar el texto el pasado julio. La espera acabó: el gigante tecnológico ha avisado que el texto no le gusta y, sutilmente, ha dejado caer que podría bloquear parte del servicio de Youtube en la UE si este sale adelante.
Por medio de una tribuna publicada en el Financial Times, la directora ejecutiva de la plataforma de vídeo, Susan Wojcicki, ha cargado contra el artículo 13 de la directiva. Este establece que todas las plataformas digitales que permitan a los usuarios subir sus propios contenidos deberán hacerse responsables de la violación de derechos de autor en las que estos incurran.
Wojcicki avisa al Parlamento Europeo de que la aprobación del artículo 13 puede tener “consecuencias involuntarias” en la vida de centenares de miles de personas. “El enfoque del Parlamento no es realista en muchos casos porque los propietarios de los derechos de autor a menudo no están de acuerdo sobre quién posee qué derechos. Si los propietarios no pueden ponerse de acuerdo, es imposible esperar que las plataformas que alojan este contenido tomen las decisiones correctas sobre los derechos”, manifiesta.
Como ejemplo, Wojcicki señala el hit Despacito: “Este vídeo está protegido con múltiples copyrights, que van desde la grabación de sonido hasta los derechos de publicación. Aunque YouTube tiene acuerdos de licencia con varias entidades y paga por el vídeo, algunos de los titulares de derechos siguen siendo desconocidos. Esa incertidumbre significa que podríamos tener que bloquear vídeos como este para evitar la responsabilidad en virtud del artículo 13”.
Es la segunda vez que en menos de un mes que YouTube se posiciona en contra de la directiva. En la primera, la plataforma apeló a que la directiva “pondrá en riesgo el trabajo de cientos de miles de personas, desde creadores hasta empresas y artistas”. No obstante, hasta ahora no había hablado de medidas directas a consecuencia del texto, como el bloqueo de determinados contenidos en Europa: “Ninguna empresa podría asumir un riesgo financiero de este tipo”, asevera
No sería la primera vez que Google toma una decisión así. Hizo lo mismo en España cuando se aprobó el denominado canon AEDE, que obligaba a su servicio agregador de noticias (Google News) a pagar una tasa a los editores por enlazar sus contenidos.
El criticado artículo 13
La nueva directiva europea sobre copyright se encuentra en uno de los últimos estadios de la negociación. La Eurocámara, que en julio paralizó el texto por las intensas críticas en las redes, permitió finalmente que este siguiera avanzando en septiembre.
El foco de las protestas fue precisamente el artículo 13. En la versión de la directiva presentada al Pleno en julio, este establecía que las plataformas debían establecer “filtros automáticos” para impedir la publicación de contenidos con copyright. En la versión de septiembre, el PP europeo (impulsor de las nuevas normas) eliminó el concepto de los filtros de contenido del artículo 13 y tomó un camino más corto para llegar al mismo sitio: hizo responsables a las plataformas de las violaciones de los derechos de autor de sus usuarios.
La nueva redacción no hablaba de filtros, pero según YouTube y las organizaciones de defensa de los derechos digitales, esto apenas cambió nada. Para las plataformas, el filtro es el único método efectivo de impedir que acumulen demandas por copyright.
Además de los problemas que resume Wojcicki para plataformas como YouTube, 70 madres y padres de las tecnologías que dieron forma a Internet avisaron sobre estos filtros. Señalaron que esa tecnología no está lo suficientemente desarrollada como para saber identificar que un contenido puede contener fragmentos protegidos y no violar los derechos de autor. Es lo que ocurre con las parodias, las remezclas o los contenidos en los que exista un interés público (por tener un fin periodístico, por ejemplo).
En este momento la directiva se negocia en los denominados trílogos, conversaciones a puerta cerrada entre Comisión, Consejo y Parlamento europeos. El último paso antes de su aprobación definitiva será someter el texto resultante de esas conversaciones a la votación del Pleno. Se espera que esta votación tenga lugar a principios de 2019.