Siguiente dispositivo conectado: el coche

Tras la resaca del Mobile World Congress 2014, uno de los aspectos que queda en la memoria es la presencia destacada de coches en los expositores, así como la asistencia de marcas como Ford, General Motors o Volvo, que tenían su propio estand. Todos los fabricantes de automóviles presentes en la Fira de Barcelona han afirmado tener planes para lanzar vehículos con conexión a internet y sistema operativo este mismo año. Algunas compañías ya cuentan con modelos de este tipo en el mercado, pero parece que será 2014 el año del coche conectado.

No era raro toparse con automóviles en el Mobile World Congress de Barcelona. Era más común encontrarse con smartphones, sí, pero al cabo de un rato de recorrer la feria cualquiera podría pensar “vaya, otro coche” sin un asomo de sorpresa. Incluso había compañías a primera vista ajenas al mundo del motor que contaban con un vehículo en su estand, como Telefónica o Qualcomm, el fabricante de procesadores. Este último ha integrado sus productos en varias marcas de coches y mostraba un prototipo de Mercedes Clase 63.

Coches con sistemas operativos avanzados

El coche conectado aún es una tecnología incipiente y en la actualidad coexisten una variedad de sistemas operativos. El coche exhibido por Qualcomm funciona con el sistema QNX, perteneciente a BlackBerry y presente en la tableta PlayBook y los terminales con BlackBerry 10. Este Mercedes cuenta con conexión LTE, bluetooth y wifi, que, mediante el estándar Direct, permite evitar colisiones con otros vehículos.

Qualcomm ha desarrollado chips específicamente para coches y no sólo trabaja en la integración con el sistema QNX, también está probando sus procesadores de automóvil con Android, aunque el rendimiento hoy en día es inferior al que ofrece el sistema de BlackBerry. Ford ha mostrado su plataforma Sync2, basada en el software de Microsoft, y con la cual lanzarán modelos este año en Europa (en Estados Unidos el sistema es diferente).

Pero no todos los sistemas operativos provienen del mundo de los smartphones. General Motors ha desarrollado su propia plataforma basada en HTML5 y tiene la idea de instalarlo en todas sus marcas. Volvo también usa un desarrollo propio, al igual que BMW.

El surgimiento de las aplicaciones para coches

En los smartphones, las aplicaciones han sido un factor influyente en la decisión de compra de uno u otro terminal, motivando en parte la caída de unos sistemas operativos y aupando a otros.

Los fabricantes de automoción son conscientes de ello, General Motors incluso ha tenido un estand dedicado sólo a desarrolladores. El espectáculo estaba en otro puesto, donde había un Chevrolet Corvette, con los últimos avances técnicos –incluido LTE–, que saldrá este verano en Estados Unidos y Canadá. Como anécdota, el vehículo también podía ser controlado con un smartwatch Galaxy Gear, de Samsung.

Opel ofrecía su propio modelo de exposición que pronto se comercializará en Europa. El sistema es el de General Motors, a quien pertenece la marca alemana, pero en este caso la conexión a internet se produce a través de un smartphone, que se conecta por bluetooth. Esto no impide que las aplicaciones se guarden localmente en el vehículo.

La misma fórmula para conectar sus coches ha escogido Ford, con el mismo resultado en cuanto al almacenamiento de aplicaciones. Los mapas que ofrece la firma estadounidense son los de Michelin. El carácter decisivo de este servicio en los automóviles ha abierto una lucha por tener los mejores. General Motors integra sus propios mapas, mientras que Volvo se sirve de Here Maps, pertenecientes a Nokia.

Conectividad a la red móvil

No todos los fabricantes tienen claro cómo se van a conectar sus nuevos modelos a las redes de telefonía móvil. Volvo ofrecerá a partir de mayo conectividad en todos sus vehículos si el comprador así lo escoge. Será un extra más, al estilo de un salpicadero con decoración en madera o un sistema de navegación integrado. El fabricante se ha asociado con Ericsson para que sus clientes tengan acceso a una serie de aplicaciones en la nube. Pero aún no tienen acuerdos con operadoras.

El fabricante de coches eléctricos Tesla también estaba presente en el Mobile World Congress con su Model S, que se encontraba en el estand de Telefónica. Su emplazamiento se debía a que la operadora española prestará la tarjeta SIM al vehículo, ofreciendo conectividad durante cuatro años de forma gratuita. Aparte de este plan, hay detalles que quedan por definir, sobre todo en lo que se refiere a los viajes entre países (pese a los presagios sobre el fin del roaming).

BMW ha optado por un acuerdo con Vodafone, que por el momento funciona para Europa, mientras que Chevrolet ha pactado con AT&T un reagrupamiento de tarifas de datos para los compradores del Corvette en Estados Unidos.

El coche eléctrico y un vislumbre del futuro

Junto a las novedades que ofrecen los coches conectados, algunos fabricantes aprovecharon para mostrar las bondades de sus modelos eléctricos. Esta tecnología se encuentra en el ADN de Tesla, que está levantando estaciones de repostaje entre algunas ciudades de Europa. Cargar el vehículo en uno de estos puntos será gratuito y sólo ocupará 20 minutos. Aunque también se puede hacer esto enchufando el coche a la red eléctrica en un hogar.

Karl Berridge, coordinador de Comunicación de Tesla Motors, afirma que ‘llenar el depósito’ hasta un 80% de esta forma cuesta entre 14 y 16 euros, lo que sitúa a la electricidad un 85% más barata que la gasolina, según el portavoz de la compañía.

El principal reclamo, en cambio, pasa por las estaciones de repostaje. BMW también está construyendo las suyas para cargar sus vehículos, como el modelo que exhibió en la feria de Barcelona. En Berlín o Londres, apuntan, ya hay una red importante, son los viajes entre ciudades los más desamparados energéticamente. Sacaron su nuevo automóvil a finales de año en Europa y lo lanzan globalmente en 2014. Por supuesto, el sistema operativo cuenta con recursos para determinar todos los niveles del vehículo, incluidas recomendaciones para incrementar la autonomía, que está en torno a 200 kilómetros.

La nota exótica la dio Ford al mostrar en su expositor un vehículo experimental con un sistema orientado a la conducción autónoma, algo aún más alejado del sector móvil. La parte superior del coche estaba coronada por una especie de cilindros metálicos que no son otra cosa que escáneres de láser, que se utilizan para reconocer el entorno, con el fin de impulsar un futuro modelo autopilotado. Por el momento, el conjunto resulta estrafalario, pero la compañía tiene pensado integrar el sistema dentro de la estética del automóvil.