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Fortnite, el videojuego que puede cambiar el equilibrio de poderes en tu teléfono

Fortnite

Carlos del Castillo

1 de junio de 2021 22:40 h

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Epic Games es una desarrolladora de videojuegos con notables éxitos de ventas y descargas a sus espaldas, aunque ninguno se acerca al impacto mundial conseguido por Fortnite. Con 350 millones de jugadores registrados (según los últimos datos oficiales, de mayo de 2020) y una popularidad arrasadora entre los más jóvenes, su notoriedad envalentonó a Epic para desafiar el equilibrio de poderes impuesto en los teléfonos inteligentes por las dos empresas que controlan qué apps pueden acceder a ellos, Google y Apple. Su juicio contra esta última, que ya ha quedado visto para sentencia, podría suponer un punto de inflexión en la regulación de las multinacionales digitales, incluso aunque Epic no gane esa partida, la opción más probable para muchos analistas.

Fortnite explotó en popularidad en 2018 como app gratuita que ofrece compras de elementos de personalización del personaje dentro del videojuego. Según documentos filtrados al medio americano The Verge, Epic Games gana más de 4.500 millones de dólares al año gracias a él. Desde que se convirtió en un éxito planetario la desarrolladora ha intentado escapar de las comisiones que imponen Google y Apple a las apps desarrolladas por terceros, que se quedan con un peaje del 30%.

El jaque definitivo llegó el pasado verano, cuando Epic Games provocó un enfrentamiento con ambas multinacionales al lanzar un sistema de pago propio con objetivo de regatear al de la App Store de Apple. Esta práctica está prohibida por las reglas de uso del fabricante y provocó su expulsión inmediata de la tienda de aplicaciones. Epic contaba con ello y tenía preparada su jugada.

El día siguiente a su expulsión la desarrolladora presentó dos demandas por abuso de posición dominante contra Apple y contra Google. Las acusa de aprovecharse de un “monopolio” en sus tiendas de aplicaciones, donde o se hace su voluntad o te quedas fuera de su sistema. Su siguiente paso fue lanzarse a ganar la batalla del relato: viralizó un vídeo que parodiaba un anuncio del primer Macintosh emitido en 1984 para criticar que la compañía se ha convertido en un nuevo Gran Hermano, justo lo que decía que venía a combatir.

“Hoy celebramos el aniversario de la unificación de plataformas. Durante años nos han dado sus canciones, su trabajo, sus sueños. A cambio, hemos tomado nuestros tributos, nuestros beneficios, nuestro control. Este poder es nuestro y solo nuestro. Prevaleceremos”, dice el Gran Hermano versión Apple en el vídeo de Epic Games, antes de que uno de los personajes del videojuego rompa la pantalla y pida “libertad para Fortnite”. Horas después, Epic Games era expulsada también de la Play Store de Android, lo que dejaba a uno de los juegos más populares del mundo fuera de las dos tiendas de aplicaciones que dominan la práctica totalidad del mercado mundial de móviles.

El videojuego sigue siendo descargable desde su página oficial, así como desde las tiendas de aplicaciones de otros soportes, puesto que también se puede jugar en videoconsolas y ordenadores de sobremesa. No obstante, el reto que Epic había lanzado a través de su app estrella estaba claro. “Lo que han hecho es abrir un melón que no va a acabar con esa sentencia. ¿Por qué? Porque la tendencia va más allá de este juicio, ya que las autoridades públicas también han iniciado una serie de acciones para combatir las actuaciones monopolísticas de estas compañías”, explica Sergio de Juan Creix, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya.

“Tener un monopolio no es ilegal, lo que es ilegal es abusar de esa posición de poder. En el último año el debate sobre si estas empresas abusan de su posición se ha acentuado sobremanera y creo que la pandemia aquí ha jugado un papel importante en ello”, continúa De Juan Creix, abogado del despacho Croma.

Tener un monopolio no es ilegal, lo que es ilegal es abusar de esa posición de poder

Tras muchos años de un aparente 'todo vale', la actitud de los poderes públicos con estas empresas ha dado un giro en los últimos meses. En EEUU las autoridades han presentado demandas de monopolio contra Google, Facebook y Amazon, mientras la UE ha presentado un paquete de normas destinadas a acotar su poder. A principios de 2021, Australia protagonizó uno de los mayores encontronazos entre un gobierno y una multinacional tecnológica que se han dado hasta la fecha. Este incluyó un apagón informativo con el que Facebook intentó presionar para la retirada de una ley con aspectos que no le gustaban.

“La elección de los tiempos lo es todo”, explicaba comisario europeo de Mercado Interior durante la presentación de la directiva de Bruselas que apunta a las GAFAM: “El debate será muy diferente a cómo hubiera sido hace cinco años”. Son esos tiempos que acumulan acciones contra las grandes tecnológicas los que ha querido aprovechar Epic Games para intentar elevar su disputa comercial con Apple y Google a cotas de revolución política, señalando a sus tiendas de aplicaciones como monopolios en si mismas.

A vueltas con los “paVos”

El juicio comenzó en mayo y está centrado en la moneda virtual de Fortnite, los “paVos”, que Epic Games vende dentro del propio juego como método para comprar elementos para personalizar a los personajes. Apple se queda con un 30% de lo que los jugadores pagan por adquirir paVos, lo que la desarrolladora ha reclamado que es una práctica abusiva ante la jueza Yvonne González Rogers en su tribunal de Oakland (California).

Ese peaje de aproximadamente un tercio de lo que ganen los desarrolladores por las compras dentro de los videojuegos ha sido la norma en el sector, no solo en los sistemas de Apple y Google, sino también en los de las videoconsolas PlayStation o Xbox. Llamar la atención sobre este porcentaje ha sido la primera victoria de Epic Games, ya que tras su demanda Apple decidió bajarla al 15% para las pymes que operan en su tienda de aplicaciones (responsables de un 98% de las apps disponibles, aunque solo de un 5% de los ingresos). En un revelador movimiento, Microsoft también redujo el porcentaje en la tienda de aplicaciones de Xbox hasta el mismo 12% que Epic Games cobra en su propia tienda de videojuegos.

El CEO de Apple, Tim Cook, defendió durante el juicio que nadie obliga a Epic Games a estar en la App Store, ya que tiene a su disposición muchas otras plataformas para llegar a los consumidores. Su objetivo era desmentir la acusación de monopolio, aunque la jueza y el abogado de Epic le llevaron contra las cuerdas al preguntarle si Google y Apple compiten de manera directa en el mercado de sistemas operativos para móviles, algo que Cook evitó responder de manera directa.

Cook intentó regatear la pregunta señalando que la competencia de Apple son el resto de fabricantes de dispositivos, como “Samsung o LG”, porque “los clientes no compran sistemas operativos, compran dispositivos”. La diferencia es fundamental en el litigio, puesto que mientras que en la categoría de fabricantes de móviles hay muchos actores, en la de desarrolladores de sistemas operativos que usan esos dispositivos solo están, en la práctica, Apple y Google.

El consejero delegado de Epic Games, Tim Sweeney, también tuvo un momento difícil mientras intentaba convencer a la jueza de su versión. Preguntado por el abogado de Apple sobre si su compañía habría aceptado un acuerdo privado con la App Store para pagar menos, contestó que sí. Esto daña el citado relato que ha intentado construir Epic Games alrededor del juicio como “abanderada” de todos los desarrolladores que sufren las consecuencias del “jardín vallado” de Apple con su tienda de aplicaciones.

La sentencia se dará a conocer previsiblemente en unos meses. Aunque la sola demanda ya ha provocado cambios en el sector, la decisión de la jueza y la valoración que haga de las posturas de cada empresa podrían marcar el futuro de las apps y el equilibrio de poderes entre Google y Apple y las desarrolladoras.

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