Entrevista VERTELE

Eduardo Sáenz, 'Órbita Laika': “Un medio público no debe dar cabida a negacionistas porque iguala argumentos que no son iguales”

Eduardo Sáenz de Cabezón, presentador de 'Órbita Laika'

Marcos Méndez

Tras una profunda renovación, La 2 estrenó el pasado lunes 18 de marzo la quinta temporada de su programa de divulgación científica Órbita Laika, con la principal novedad de estar presentado por el matemático y monologuista Eduardo Sáenz de Cabezón.

Hablamos con él para conocer cómo un científico acaba siendo presentador en la pequeña pantalla, y para que nos explique los cambios del programa y el objetivo que se marcan. Sáenz valora positivamente la presencia de la ciencia en televisión, en 'El Hormiguero' o en 'The Big Bang Theory', y razona sobre el papel que los medios públicos deben tener en la divulgación.

¿Cómo llega un matemático a ser también monologuista y presentador?

Es un camino raro y enrevesado, sí. Yo realmente me dedico a las matemáticas, sigo en activo dando clases en la universidad e investigando con compañeros de España y de fuera. Pero incluso antes de ser matemático, empecé a hacer espectáculos en bares como cuentacuentos, con cuentos para adultos. En 2013 España comenzó a participar en un concurso de monólogos científicos llamado FameLab, y alguien de mi facultad, por mi experiencia, me dijo que por qué no me presentaba. Preparé un monólogo y gané.

¿Ahí empezó un poco el “cambio”, más bien tu otra faceta?

A partir de ahí formamos el grupo Big Van de monologuistas científicos, y eso fue llevando a actuar en muchos lugares, que me llamaran para muchas charlas, y algunas de ellas tuvieron mucha repercusión como las que di en TED. Y finalmente, cuando el equipo que hace Órbita Laika en esta quinta temporada apostó por un científico que fuera el presentador del programa, contactaron conmigo.

¿No dudaste al aceptar?

A mí me parecía por un lado loquísimo, pero por otro pensaba que era una apuesta muy bonita el hecho de elegir a una persona del mundo de la ciencia para que se ponga delante de las cámaras. Si se lo hubieran dicho a otra persona, yo hubiera pensado: tiene que decir que sí. Y como me lo dijeron a mí, mis palabras me rebotaron y dije que sí.

Ya que solo lleváis un programa, ¿por qué hay que ver la nueva 'Órbita Laika'?

Hay varias cosas nuevas que van a ayudar, o que son razones para verlo. Una es este formato de “science show” que se le quiere dar, que a mí me gusta mucho porque en sus dos palabras se refiere al espectáculo que tiene el programa, pero también porque “show” significa “mostrar”, y es lo que vamos a hacer: mostrar la ciencia. No solo hablar sobre ciencia, sino mostrarla.

Además, me parece que en cuanto a la intención y al discurso interno que tiene el programa, lo que podría llamarse una línea editorial, me gusta mucho que a la vez que hablamos de ciencia hablamos de otras cosas. Entendemos la ciencia como parte de la cultura, como un reflejo de la identidad que la sociedad tiene. Al hablar de ciencia, estamos hablando también de nosotros como sociedad y como seres humanos.

¿Y eso cómo se lleva a la pantalla?

Eso está muy presente en todos los programas, hay mucha narrativa, hay muchas historias que tienen que ver con la ciencia, y muchas cosas que hablando de experimentos y de conceptos científicos estamos realmente hablando de quiénes somos y de cuál es nuestra visión del mundo desde los ojos de la ciencia. Digamos que el mundo quiere que lo leamos, y una de las formas de leerlo es la ciencia. Y en este programa vamos a ver a muy buenos lectores.

¿Hay alguna otra novedad destacable?

Para mí es un acierto que cada programa sea temático. Esto ayuda, por un lado, a ver cómo los distintos ámbitos de la ciencia hablan y dialogan sobre un mismo tema. Y por otro lado, en cuanto a la dinámica propia de un programa de televisión, me parece interesante porque es un espacio que está pensado para que cualquier persona pueda verlo y disfrutarlo. No necesita un interés previo en la ciencia, no estamos hablando a los que ya están interesados por la ciencia. Que sea temático permite que haya secciones breves en torno a un mismo tema, y esto ayuda a seguir y comprender el tema, más que si en cada programa se tratasen temas diferentes.

¿La apuesta es por la ciencia contada solo por científicos?

La apuesta es por visibilizar la ciencia y los científicos, sin necesidad de utilizar, sin que suene despectivo por favor, reclamos de otro tipo. Está muy bien traer a un famoso para hablar de ciencia, es un formato precioso, pero en este caso se ha apostado por visibilizar la ciencia y la gente que está haciendo ciencia y tecnología en España. En el programa damos paso a la gente que está liderando el mundo en sentido científico, y que son españoles.

La acogida y las primeras críticas han sido positivas.

La respuesta ha sido unánime en cuanto a críticas y valoración en redes. Era algo que hacíamos como para ver qué fallos percibían o qué nos achacaban, y ha sido como decir: “¿Qué pasa, que Twitter se ha convertido ahora en un convento, o qué? Todo el mundo nos pone bien” [ríe]. Ha sido muy satisfactorio, porque era una apuesta muy arriesgada, tanto de la productora como de TVE, de poner a científicos a contar ciencia. Y la respuesta ha sido muy buena.

¿Divulgar sobre ciencia en TV es especialmente difícil?

Es difícil no divulgar ciencia en particular, sino cualquier programa que orbite en torno a una transmisión de contenido, sea del tipo que sea, que no sea puramente entretenimiento. Pero creo que sí se puede, e incluso que se debe.

Nosotros vamos a divulgar sobre ciencia desde un punto de vista en el que asumimos que nadie está por debajo de nadie. Es un acercamiento, por así decirlo, muy inclusivo. Yo comparto contigo cuál es mi inquietud, mi pasión, qué es lo que me interesa de la ciencia. Y a ese nivel incluso emocional, podemos hablar de todo: de arte, de teatro, de cine... de lo que sea. Desde ese punto de vista. Yo no vengo a darte una lección, no vengo a decirte: mira cuánto sé, y quiero que tú aprendas lo que yo sé. Esa no es la intención.

Y dada esa dificultad, ¿cómo se deben valorar programas como 'Órbita Laika', por la audiencia, o por su valor divulgativo?

Hay un equilibrio a buscar siempre en todo programa que se base en compartir conocimiento, entre el valor propio de lo que estás transmitiendo y el objetivo del programa, y su función como espectáculo de entretenimiento o producto televisivo. Yo entiendo que el equilibrio se va a decantar un poco por mantener el contenido. Pero entiendo también, y es algo que hablo mucho cuando doy cursos de comunicación científica, que en lo alto de la jerarquía está el conocimiento, pero que en el centro del foco debe estar el público. Si somos capaces de conectar las dos cosas, ese es para mí el principio de valoración de Órbita Laika.

En ese sentido, ¿cómo valora secciones de ciencia como la de 'El Hormiguero'?

El hecho de que existan ese tipo de secciones me parece genial. Es una demostración de que la ciencia está ahí, formando parte de la cultura, del espectáculo y del entretenimiento. Hay una pequeña diferencia de foco, que sería que muchas de estas secciones utilizan la ciencia para hacer entretenimiento, lo cual está genial, incluso para la diversión y el humor como la serie The Big Bang Theory que es maravillosa; y nosotros de alguna forma utilizamos el entretenimiento para transmitir ciencia. Es un poco el camino inverso, y complementario.

A mí me encanta que haya ciencia en El Hormiguero, que exista The Big Bang Theory, y creo que es un buen signo que existan también en otros medios de comunicación, en prensa escrita, en radio... muchas veces aparecen noticias, o curiosidades científicas, y lo valoro muy positivamente.

Desde la primera promoción de 'Órbita Laika' se incidió en el aspecto visual. ¿'El Hormiguero' ha sido inspiración?

No sé si el motivo ha sido ese, pero la intención viene más bien porque el equipo que está detrás de Órbita Laika ha participado ya en otras ediciones anteriores, y es un programa que está madurando y aprendiendo de su historia. Me parece clave el hecho de hacer tangible una ciencia muy cercana, que no sean ni conceptos ni experimentos ni demostraciones, sino que cree la mera curiosidad o admiración por esas cosas tan difíciles que hacen los científicos. Que sirva para que al día siguiente tú estés en el bar hablando de lo que hicieron anoche en Órbita Laika, que suscite esas conversaciones de bar. Por eso tiene que ser tangible y muy cercano a los intereses que ya el público tiene.

La BBC ha decidido vetar en sus debates a tertulianos negacionistas, que niegan asuntos que cuentan con consenso científico. ¿Cree que debería hacer lo mismo TVE como televisión pública?

Sí. Yo creo que sí, sin duda. Por un lado, entiendo que estamos viviendo una época en la que se dice que pasamos de la era de la información a la era de la opinión, y eso es peligroso. Porque a partir de un discurso igualitario e inclusivo, de que la opinión vale lo mismo, se está yendo en contra de unas evidencias que han hecho que lleguemos aquí. Entonces estamos yendo hacia atrás. Y eso no es solamente porque el mundo científico quiera tener una prevalencia sobre los demás, sino que es la sociedad la que se ha dado un instrumento como la ciencia para progresar en muchas cosas.

Si tú por lo que sea, y yo no entiendo muy bien las razones, quieres ir en contra de esa evidencia que ya tenemos, pues está muy bien si lo quieres hacer tú. Pero si además tienes influencia sobre otras personas, o de esa opinión depende la vida, la salud, las condiciones de otras personas; creo que no debes hacerlo. Y por tanto, que una televisión o un medio público no debe dar cabida a esto porque estamos igualando argumentos que no son iguales. Opiniones cada uno puede tener la suya, pero no podemos obviar los argumentos.

TVE ha tenido que surfear polémicas pseudocientíficas en el programa de Cárdenas, e incluso en 'Órbita Laika' con el rapero Nach. ¿Requiere más exactitud y perfección hacer programas de ciencia en un medio público?

Sí, es una responsabilidad. En cuanto te lanzas como científico a contar cualquier cosa, esa responsabilidad viene de qué papel estás jugando en la sociedad. Si eres visto como experto, tienes una responsabilidad como experto. Si eres visto como televisión pública, tienes una responsabilidad como televisión pública. Y lo mismo como maestro o como profesor. Entiendo que no puede ser profesor de ciencias un negacionista de la evolución, porque es una voz autorizada y en un contexto que se le ve como tal. Y del mismo modo, La 2 tiene este marchamo de calidad y de voz autorizada, y nosotros como científicos. No tenemos una exigencia mayor de rigor por estar en La 2, pero sí tienes una exigencia mayor por el contexto de estar en La 2 y en TVE.

En ese mismo contexto hay en TVE otros espacios divulgativos como 'La aventura del saber' y 'Aquí la tierra'. ¿Cree que es necesaria más apuesta por estos contenidos?

Está muy bien diversificar tanto el tono como el formato en el que se dan este tipo de contenidos. Que cada cual pueda encontrar el lugar desde el que se siente a gusto en cómo le hablan, de ciencia, de cultura...

Entre los rostros de 'Órbita Laika' hay 5 mujeres y 4 hombres. Sin embargo, este mismo martes 19 Karen Uhlenbeck ha sido la primera mujer en ganar el Premio Abel, el 'Nobel' de las matemáticas. ¿El papel de las mujeres sigue estando relegado en la ciencia?

Es una pregunta complicada de responder. Creo que, de momento, todavía sí en cuanto a los grandes rostros que se ven. Entiendo que hay dos niveles, y que por un lado están los grandes rostros, digamos los científicos “famosos”. Uhlenbeck es la primera mujer en ganar el Abel desde que se instauró en 2003, no es un premio antiguo. Más llamativo es que sólo hay una mujer que ha ganado la Medalla Fields, que se da desde 1936 cada cuatro años. A ese gran nivel, yo creo que la razón es que el acceso universal de las mujeres al espacio superior de educación es del primer tercio del siglo XX. Entonces, estamos empezando a recoger los frutos de ese camino que empezó a recorrerse hace 80 años. Ahora es mucho más natural, como debe ser, la presencia de las mujeres en los grandes lugares de la ciencia. También este año pasado dos mujeres han ganado por primera vez un Nobel de Física y de Química el mismo año. Es significativo, aunque la historia de los Nobel de ciencia no es precisamente femenina.

Y luego hay otro nivel, el de los científicos y científicas de a pie, los “curritos”, los que estamos en las universidades y los centros de investigación. Ahí la presencia de la mujer es prácticamente paritaria, igual. Pero sí es verdad que hay una dificultad añadida para las mujeres, y es que por cómo está montada nuestra sociedad llega un momento en su carrera y en su vida que se les precisa para atender cuidados. Eso, en un contexto de carreras científicas muy competitivas, es un lastre para las mujeres. Y ahí deberían tomarse medidas no solo sociales, que están muy bien, sino también políticas y administrativas.

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