Mojitos, música y mucho arte en la Pequeña Habana de Miami
Domino Park no es un buen lugar para hablar de política. Hace calor y los ‘viejos’ se apelotonan bajo los tejadillos jugando al Dominó, al Ajedrez o Damas o como espectadores. Se habla alto, se ríe mucho, se fuma buen tabaco cubano y se gesticula mientras los jugadores se concentran en las fichas que vuelan por las mesas indiferentes al bullicio. Estamos como en casa. Nos sonríen; nos preguntan; nos tocan; nos abrazan; nos hablan de apellidos viejos que salieron de casa… Pero no hables de política. Nunca. Puede ser el inicio de una discusión acalorada y, según lo que tengas en la cabeza, de alguna cosa más seria. Por eso no te inhibas en nada, porque esta gente es como tú (no son fríos yanquis alérgicos al contacto físico). Pero haznos el favor y no hables de política. Si te preguntan sonríe y trata de cambiar de tema o dales la razón aunque pienses igual que ellos; todo puede depender de un matiz. Recuerda. No hables de política. Sólo mira, disfruta, oye la mejor música del mundo, come, habla, aprende, déjate querer… De todo menos de política.
El Parque Máximo Gómez (Dirección: SW 15th Ave, 801; Tel: (+1) 305 859 2717; Horario: LD 9.00 – 18.00) –conocido popularmente como Domino Park- articula el corazón geográfico y sentimental de la Pequeña Habana (Little Havana), allá en Miami. Un cuadrado verde que linda con la famosa Calle Ocho, arteria que, de oeste a este, cruza el barrio de punta a punta. Justo enfrente del particular Paseo de la Fama dedicado a figuras latinas de la música y las artes como la eterna Celia Cruz. Ocupando un lugar de centralidad en este pedazo de Miami que aún resiste al crecimiento descontrolado de rascacielos y enormes torres de apartamentos. Un lugar que, pese a ser un hervidero de multiculturalidad, sigue atesorando la identidad de los cubanos y cubanas que salieron de la isla en los años 60 y 70 . Una idiosincrasia que han mantenido sus descendientes que aunque norteamericanos de primera, segunda o tercera generación siguen considerándose la Cuba del exilio.
Un corazón nutrido en el que apelotonan los símbolos del barrio: como el CubaOcho (Dirección: SW 8th Street, 1465; Tel: (+1) 305 285 5880; E-mail: cubaocho@aol.com), que es museo de artes plásticas (con una soberbia colección de artistas cubanos del siglo XX), también club social y cultural a la vez de bar y magnífica sala de artes y conciertos. Todo en uno. Y cruzas la calle y te encuentras con el mítico Theatre Tower (Dirección: SW 8th Street, 1508; Tel: (+1) 305 237 2463; E-mail: towertheater@mdc.edu), obra maestra del Art Decó y, desde hace décadas, epicentro cultural del barrio. Y caminas un poquito más y entras en la mítica Cuba Tobaco Cigar Co Cuba Tobaco Cigar Co (Dirección: SW 8th Street, 1528; Tel: (+1)305 649 2717; E-mail: info@cubatobaccocigarco.com) que según dicen, es la mejor cigarrería de los Estados Unidos.
La historia reciente de Cuba gira omnipresente en cada esquina de Little Havana. Dicen que en el Restaurante Versailles los agentes secretos del gobierno de Cuba se mezclan con los comensales para escuchar algún chisme que llevar hasta La Habana. Estamos en “el restaurante cubano más famoso del mundo” y uno de los puntos de reunión preferidos de los cubanos del exilio. Y un magnífico escenariopara comer como en Cuba. Aquí es obligatorio pedirse el Versailles especial, bocadillo sublime que, incluso, protagonizó una película. Espías, exiliados, excombatientes… En la intersección de la Calle ocho y la Avenida 13 se encuentra el monumento en memoria de los combatientes de Bahía Cochinos , una frustrada invasión de tropas anticastristas con apoyo estadounidense . Si te interesan estas historias de la Historia no te pierdas el Bay of Pigs Museum & Library (Dirección: SW 9th Street, 1821; Tel: (+1) 305 649 4719; E-mail: brigada2506@gmail.com), dónde además de ver objetos, documentos y material gráfico del episodio uno puede pasarse una tarde entera hablando con los veteranos; algo más que recomendable más allá de las ideologías.
Y se nota la ausencia. Aquí, uno puede imaginarse la vida de los exiliados españoles tras la Guerra Civil. Las esculturas de gallos gigantes de la Calle 8 están llenas de colorido y del interior de los locales sale la inigualable música cubana. Pero el exilio es el exilio. Y las miradas siempre están puestas más allá del mar. Quizás por eso la cultura cubana (en la nos reconocemos a nosotros mismos) está tan presente. Mantener el idioma, la música, la gastronomía o la cultura no es un acto de nostalgia o de supervivencia. Es un acto de autoafirmación y rebeldía. Por eso esto no es un barrio étnico de Miami. Es un trozo de Cuba a 90 millas de la Perla del Caribe.
COMER EN LITTLE HAVANA
Restaurante Versailles : (Dirección: SW 8th Street, 3555; Tel (+1) 305 444 0240) Clásico entre los clásicos. Presumen de ser el restaurante cubano más famoso del mundo y tienen razón. Buena cocina tradicional y otros platos de la cocina internacional. Mítico arroz con pollo.
La Esquina de la Fama La Esquina de la Fama : (Dirección: SW 8th Street, 1388; Tel: (+1) 786 953 501) Uno de los lugares más auténticos del barrio. Pequeño restaurante situado en pleno centro de Little Havana cubierto de pinturas murales y con una carta centrada en los clásicos de la cocina cubana. Mojitos legendarios. Los mejores bocadillos de la zona.
El Exquisito El Exquisito : (Dirección: SW 8th Street, 1510; Tel: (+1) 305 643 0227) El Exquisito ha ganado numerosos premios en los últimos años y para muchos es el mejor local de cocina tradicional cubana ya no del barrio, sino de Miami. Masas de cerdo antológicas y Tostones de Primera División. Y sin que te arranquen la cabeza con el precio. Genial para comer gastronomía tradicional pura. Como ellos mismos dicen, ‘Directos desde la cocina de la abuela’. Nos encantó.
Islas Canarias Islas Canarias : (Dirección: SW 26th Street, 13695; Tel: (+1) 305 559 6666) Retirado del centro, pero merece la pena. Cocina tradicional cubana con algunas menciones (lástima que aún tímidas y si acudir a la gastronomía canaria) a la cocina española. Fuimos por que el nombre nos llamó la atención y comimos bien… Pero no había papas arrugadas, jeje.
BEBER, BAILAR, GOZAR
Hoy como ayer : (Dirección: SW 8th Street, 2212; Tel: (+1) 305 541 2631; E-mail: contacto.hca@gmail.com) Uno de los mejores lugares para escuchar música en directo de Miami. Aunque el plato fuerte del programa es la música cubana y el Latin Jazz (impresionante), aquí caben todos. De los mejores programas musicales de la ciudad con actuaciones de verdaderas estrellas. Aquí te puedes encontrar a bastantes artistas internacionales. Buenos cócteles. Habría que mandarles un par de botellas de Ron Aldea para que flipen. Conviene reservar con antelación.
Ball & Chain : (Dirección: SW 8th Street, 1513; E-mail: jonathan@ballandchainmiami.com ) Pionero en la zona, el Ball & Chain fue de los primeros locales en ofrecer música en directo y, por lo tanto, de los que empezaron a forjar la fama del barrio al caer el sol. Buenos cócteles (los precios no son baratos) y mejor música.
Habana 305 Habana 305 : (Dirección: SW 8th Street, 2007; Tel: (+1) 305 456 0891) Buena música e impresionantes mojitos. Ellos se autodenominan como ‘ni de aquí, ni de allí’ y quizás eso sea lo que mejor define a este bar que ofrece lo mejor de los dos mundos: sesiones de Jazz, noches de piano y el karaoke. Mezcla explosiva que también incluye buena comida y una pequeña galería de arte.
CubaOcho : (Dirección: SW 8th Street, 1465; Tel: (+1) 305 285 5880; E-mail: cubaocho@aol.com) Felicísima combinación de museo, bar y club social que, a partir de las 18.00 horas se convierte en sala de teatro, escuela de danza y, cuando llega la noche, club de música en vivo. Una de las mejores opciones de Pequeña Habana.
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