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¿Quiénes son los delegados del Congreso del PSOE?

Juan Rodríguez Teruel

Hoy domingo se clausura el Congreso Extraordinario del PSOE, del que Pedro Sánchez saldrá elegido nuevo Secretario General con una renovada Ejecutiva Federal. Aunque el nuevo líder ya había sido elegido por todos los afiliados en la votación directa del pasado 13 de julio, hoy el millar de delegados deben ratificar esa elección y decidir quiénes le acompañarán en la Ejecutiva.

¿Quiénes son los delegados de los congresos y a quiénes representan? En casi todos los partidos españoles, como en la mayoría de partidos democráticos del mundo, la asamblea o congreso (nacional, federal, general, etc) constituye el principal órgano de la organización. Suele reunirse anualmente, cada dos, tres, cuatro años, o incluso más (según partidos y tradiciones políticas) y decide las reglas e ideas básicas del partido, así como quiénes lo dirigirán. Como ya hemos explicado en otros textos, existe una tendencia general a trasladar este último asunto (quién debe ser el líder del partido) al ámbito de decisión directa de todos los miembros del partido. Pero eso no hace desaparecer la importancia del órgano congresual o asambleario del partido.

Los Congreso federales del PSOE, desde 1977, han estado compuestos por entre 800 y 1000 delegados, que son elegidos por los órganos territoriales del partido, según su número de afiliados. El incremento constante del número oficial de afiliados durante 30 años, junto a la estabilidad del número de delegados del Congreso, hizo que estos cada vez tuvieran una ratio de representatividad más alta: si un delegado del 28º Congreso (1979) representaba unos 80 afiliados aproximadamente, cada delegado del 37º Congreso (2008) llegó a representar 555 afiliados. La caída de la afiliación de los últimos años ha permitido reducir la ratio: cada delegado de este Congreso Extraordinario representará a 191 afiliados.

Estos datos nos dan una muestra de cuánto se ha ampliado la inclusividad en la elección del Secretario General: si Zapatero fue elegido por 414 delegados (en la primera votación) en 2000, y Rubalcaba obtuvo 487 frente a Chacón, Pedro Sánchez será líder del partido con el apoyo directo de más de 68.000 afiliados socialistas. En total, la elección del 13 de julio permitió que votaran 132 veces más afiliados de los que lo hubieran hecho si la decisión se hubiera tomado solamente a través del Congreso.

Pero, más allá de la representatividad numérica, ¿cómo son este millar de delegados? Los números estudios que se han hecho sobre estas elites intermedias demuestran que son más bien poco representativos del votante, e incluso del afiliado medio. En cambio, son un buen reflejo del activista con cargos internos que hace funcionar la organización cotidiana del partido, el militante, el que sostiene la acción efectiva del partido en el día a día. “No son jefes sino ejecutantes”, puntualizaba el politólogo francés Maurice Duverger.

A partir de los datos de la encuesta del Grupo de Elites y Partidos (GREP), que realizó una encuesta a los delegados del Congreso Federal del PSOE de febrero de 2012, podemos realizar una radiografía de estos militantes. Como siempre, hay que tomar con precaución estos datos, basados en 221 respuestas de un total de 956 delegados. Este tipo de encuestas suelen estar sesgadas debido a la menor tasa de respuesta de los delegados más relevantes de la organización, por lo que los datos suelen ser más representativos de aquellos delegados más parecidos al militantes medio, como han venido mostrando estudios similares en otros partidos y países.

El perfil activista de los delegados (Tabla 1) confirma su papel activo dentro de la organización, normalmente muy participativo en el nivel local o territorial, comprometido en las campañas electorales y muy conectado a la vida interna, dedicando varias horas a la semana al partido. La mayoría de ellos tienen cargos internos y cerca de la mitad suelen tener además cargos públicos. Muchos de ellos poseen tradición de militantismo político, que en muchas ocasiones incluso han heredado familiarmente.

Este elevado activismo interno les diferencia del simple afiliado, cuya participación –en algunos casos- interna es casi nula. Recordemos que en las pasadas primarias del 13 de julio uno de cada tres afiliados no votó. Estos elevados porcentajes de absentismo también se están dando en otras primarias recientes. Queda para otro momento valorar quiénes son y por qué pagan su cuota estos afiliados que luego no participan nunca. ¿Existen?

Por ello, no resulta sorprendente que las opiniones de los militantes también sean distintas del votante medio del PSOE. Las Tablas 2 y 3 muestran militantes más a la izquierda del votante medio del partido, especialmente en cuestión de valores y de temáticas sofisticadas, aquellos en los que la mayoría de la población a veces no tiene una opinión tajante.

Aquí surge uno de los dilemas clave que debe afrontar todo líder de partido: definir un programa que sea aceptado a la vez por sus bases del partido y por sus electores. En esta ocasión, además, el dilema se revela especialmente crítico. El nuevo Secretario General deberá saber navegar para mantener sus apoyos no solo entre las bases activas de su partido y sus votantes fieles, más moderados generalmente. También deberá prestar atención a aquellos nuevos votantes que emergen en los sectores de la izquierda española y cuyas posiciones políticas pueden estar incluso más alejadas del centro que los propios militantes del partido.

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