Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
Estamos presentes en casi todos los países del mundo, y somos independientes de todo Gobierno, ideología política, interés económico o credo religioso.
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Dos lugares en el mundo
Las víctimas españolas de crímenes internacionales cometidos durante la guerra civil y el franquismo se ven obligadas hoy a buscar justicia en Argentina; igual que las víctimas de la dictadura argentina se vieron obligadas a buscar justicia en España en los años 90 del siglo pasado.
Esteban Beltrán
director de Amnistía Internacional en España —
Este lugar que visité hace unos días es único en el mundo, y no sólo porque vendan, junto a uno de los periódicos de mayor circulación, las obras completas de Freud por entregas y no cuchillos, cacerolas, ordenadores o películas. Este es un lugar único por exclusión, un refugio donde buscan la posibilidad de justicia y verdad que les ha sido negada en España donde hace muchos, muchos años fueron desaparecidos y asesinados y torturados sus tíos, padres, hermanos o abuelos. Los familiares y las propias víctimas de crímenes de derecho internacional cometidos durante la guerra civil y el franquismo han emigrado física y emocionalmente a Argentina en busca del alivio de la verdad de los hechos y de la mínima posibilidad de justicia y reconocimiento. Allí, el juzgado de la jueza Servini de Cubría, de momento, es el único lugar del mundo donde pueden contar lo que saben y se les escucha y pueden esperar alguna diligencia judicial que merezca tal nombre.
Pienso en su determinación mientras el avión que me trae a España demora su salida en el aeropuerto de Ezeiza y también durante estos días en Buenos Aires. Vinimos hasta este lugar cerca del fin del mundo pensando en el hermano de Soledad Luque, que nació junto a ella el 25 de enero de 1965 en la Maternidad de la Clínica de O´Donnell en Madrid. Fue llevado a una incubadora y después le dijeron que había muerto, incinerado sin permiso, y que dejaran de preguntar bajo amenazas. Comprobó Soledad irregularidades como el hecho de la existencia de varios certificados de enterramientos en diferentes fechas, pero, pese a todo, su caso fue archivado en los juzgados en España y participa ahora en la querella abierta en Argentina.
También se ha querellado en Argentina Jose Luis Mateo Hernández, cuyo abuelo fue fusilado bajo Consejo de Guerra el 23 de junio del 1938 en un juicio sin abogados, ni testigos y en el que tampoco pudo exigir confirmación de las pruebas acusatorias ni recurrir la sentencia. Fue ejecutado junto a otras en la Isla de San Simón en la Ría de Vigo sin que se conozca adonde fueron a parar los cuerpos.
Vinieron Soledad y Luis a Argentina, junto a mas de 100 familiares más de víctimas de crímenes de derecho internacional, tratando de derrotar la impunidad de hueso instalada en España cuando se trata de conocer lo que ocurrió entonces; los tres poderes del estado, con una rara unanimidad, buscan su desánimo y que desistan de su esfuerzo legítimo y legal por obtener verdad, justicia y reparación.
Por ejemplo el poder judicial de España, con la famosa y triste sentencia de su Tribunal Supremo de febrero del año 2012, cerró con llave cualquier posibilidad de investigación judicial de la desaparición forzada de personas al argumentar, entre otras razones, que estos crímenes son ordinarios, que prescribieron, que todos los autores están muertos -no sé como lo saben-, y que la ley de amnistía del año 1977 facilitó la transición en España y, digo yo, es una ley de impunidad porque acoge a los perpetradores de estos crímenes si, insólitamente, siguieran vivos; en el informe de Amnistía Internacional se ha podido documentar que de los 47 casos investigados por el juez Garzón y enviados por la Audiencia Nacional de España a juzgados territoriales, al menos 38 casos han sido archivados sin que se mueva un solo papel. La Fiscalía General del Estado de España, en una petición insólita, pide a la jueza argentina que deje de investigar, que España tiene preferencia para investigar estos casos, cuando todos están siendo archivados. ¿Reclama la competencia la Fiscalía para garantizar la impunidad?.
El Gobierno español, por su parte, obstaculiza que los testigos y familiares puedan comparecer ante la jueza argentina por videoconferencia y el poder legislativo, reacio a adherirse a la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad, ha confirmado la vigencia de la Ley de Amnistía.
Hemos venido a este lugar todavía único en el mundo a decirle a la Jefa argentina de los Fiscales, la Procuradora General de la Nación, que nadie está investigando estos crímenes internacionales en España, que la Fiscalía argentina, por lo tanto, debe impulsar la investigación judicial. Hemos venido a reunirnos con una buena parte de las organizaciones argentinas de derechos humanos para pedirles que sigan apoyando este proceso judicial, que en España estamos como ellos estaban a principio de los años noventa del siglo pasado cuando su Tribunal Supremo argentino declaraba constitucionales los indultos. Hoy, sin embargo, 413 personas vinculadas en Argentina a crímenes de lesa humanidad, están detenidas o en arresto domiciliario.
Lograr verdad, justicia y reparación para víctimas de desaparición forzada -al menos 114. 266, más que en todo América Latina en el siglo XX-, de ejecuciones extrajudiciales, de trabajos forzados y de tortura sistemática o desaparició de niños, entre otros crímenes de derecho internacional, no sólo es una cuestión legal de cumplimiento de las normas de derechos humanos que tiene que ver con el pasado; no, es un tema de futuro. En Alemania, desde la década de los cincuenta, los derechos humanos estaban en el curriculum de las escuelas y se explicaba a sus alumnos los horrores de los atrocidades cometidas por Hitler. En España, si no hay verdad oficial sobre todo lo ocurrido durante el franquismo y la guerra civil, dentro de 50 años, ¿cómo se explicará lo ocurrido entre 1936 y 1975?. ¿Cómo es posible la esquizofrenia política de las autoridades de España que, cada año, homenajean en Argentina a los desaparecidos españoles durante la dictadura argentina y guardan silencio y obstaculizan la búsqueda de la verdad de los familiares de los desaparecidos españoles durante la guerra civil y el comienzo del franquismo?
España fue, para Argentina, el lugar único en el mundo donde obtener verdad, justicia y reparación para las víctimas de la dictadura argentina cuando las puertas se cerraban en su país. Este impulso contribuyó poderosamente a que las autoridades y sociedad de ese país latinoamericano dieran los pasos necesarios para desanudar todas las leyes y decisiones políticas que dificultaban la justicia contra los perpetradores de crímenes contra la humanidad. Para pasar cualquier página de la historia, primero hay que leerla ¿Será entonces Argentina, a 12.000 kilómetros de distancia de España, el lugar en el mundo que facilitará que pasemos esta página leyendo antes los crímenes de derecho internacional cometidos entre 1936 y 1975?
Sobre este blog
Amnistía Internacional es un movimiento global de más de 7 millones de socios, socias, activistas y simpatizantes que se toman la lucha contra las injusticias como algo personal. Combatimos los abusos contra los derechos humanos de víctimas con nombre y apellido a través de la investigación y el activismo.
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