Alfonso Rodríguez Gómez de Celis es propuesto para ser secretario de Relaciones Institucionales del PSOE
El exdiputado del Parlamento de Andalucía y responsable de Estrategia y Comunicación en la campaña de Pedro Sánchez para las primarias del PSOE, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ha sido propuesto por el líder como secretario de Relaciones Institucionales en la futura ejecutiva del partido. El eterno crítico del PSOE de Andalucía y enemigo íntimo de Susana Díaz, a quien presume de haber metido en el partido cuando eran dos jóvenes, da con ello el salto a Ferraz.
El también exconcejal del Ayuntamiento de Sevilla, quien en la era de Alfredo Sánchez Montesirín llegó a ser vicealcalde, tardó en dar la cara públicamente por Pedro Sánchez en esta última campaña, y cuando otros ya se declaraban sanchistas, él permanecía en un discreto segundo plano, lo que algunos le han reprochado cuando, habiéndose impuesto el madrileño en las primarias, ha comenzado la pugna por los puestos en la futura dirección.
Cierto es también que era el único que se jugaba un puesto, porque era -y es todavía- un alto cargo en el Gobierno de Susana Díaz, mientras otros andaluces que se manifestaron sanchistas desde el principio estaban de retirada, cuando Pedro Sánchez lo nombró su lugarteniente en un territorio tan hostil como determinante en las primarias como es Andalucía, donde está más del 25% de la militancia del PSOE. En realidad, él siempre ha estado entre los críticos con Susana Díaz y si en esta ocasión apostaba por el bando que en teoría iba a perder, en ocasiones previas, había ganado, como cuando fue apoderado en el congreso que decidió a Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general del PSOE frente a la apuesta de la presidenta de la Junta de Andalucía por Carme Chacón.
Todos esperaban que su lealtad, que ya demostró cuando en 2014 apostó por él en la campaña de las primarias antes de que Pedro Sánchez contara entonces con el respaldo de Susana Díaz, fuera recompensada esta vez. De hecho, entonces, cuando Pedro Sánchez fue elegido secretario general del PSOE, el acuerdo al que llegó con Susana Díaz era que no metía a Alfonso Rodríguez Gómez de Celis en su ejecutiva, pero ella lo colocaba en Puertos de Andalucía, para darle un salida que al mismo tiempo le permitía a la líder del PSOE-A tenerlo controlado. Sin embargo, no es un secreto en Andalucía que esa agencia pública es destino habitual de los castigados por el partido.
Rápidamente, cuando las relaciones entre el recién elegido secretario general en 2014 se enrarecieron con Susana Díaz, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis pasó a estar en una posición bastante incómoda, manteniéndose fiel al madrileño. La prueba más gráfica de ello es cuando el pasado año fue el único que recibió a Pedro Sánchez, que todavía era secretario general del PSOE, en su visita a la Feria de Abril de Sevilla, donde fue tratado con la máxima frialdad por una Susana Díaz que entonces ya tenía claro que le disputaría el puesto.
Tras los resultados del 21 de mayo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, quien hasta el final sostenía ante los periodistas que iban a ganar pese a que parecía que lo tenían todo en contra, pugnaba por ser un número 2, ocupando incluso la secretaría de Organización en principio reservada para Andrés Ávalos. Sin embargo, en los últimos días, su papel en la futura ejecutiva había quedado en duda, después de que el propio interesado hubiera virado de un interés inicial por conformarse con una vocalía que le permitiera mantener su vida en Sevilla a posicionarse para un cargo de más relevancia en Ferraz.
Con la secretaría de Relaciones Institucionales se le plantea un cargo en el equipo que se decidirá en el congreso del próximo fin de semana, y donde como avanzó eldiario.es/andalucia era uno de los fijos de la cuota reservada para Andalucía, que ha sido determinante en la victoria de Pedro Sánchez en las primarias tras conseguir en la todopoderosa federación del PSOE más del 30% de los votos. Hay una frase que repite con insistencia: “Pedro Sánchez será presidente del Gobierno de España”. Eso, el tiempo lo dirá.