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¿A quién beneficia un hipotético adelanto electoral en Andalucía?

Urna de uno de los colegios electorales el 22 de marzo de 2015 en Andalucía

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“Evidentemente el adelanto electoral beneficia al PP. Las encuestas son claras y directas. A esto se le suma el hundimiento de Ciudadanos, que Juan Espadas [PSOE] es un recién llegado y que Unidas Podemos por Andalucía tiene una crisis de liderazgo”, resume la directora del Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (CADPEA), Carmen Ortega. 

Pero “un adelanto electoral minaría la imagen de gestión responsable y moderada que quiere dar el Gobierno andaluz”, dice el politólogo Jesús Jurado, que a su vez intuye que incluso dándose esta circunstancia, “el único beneficiario sería el PP”. “Nadie apostaba nada por este Gobierno y ha demostrado estabilidad y pragmatismo”, apunta Ortega.

Esto entronca con la defensa del Gobierno andaluz por agotar la legislatura pese a que si se celebrasen en junio o en octubre del año que viene no serían un adelantamiento “como tal”, como dijo el portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto. “Creo que habrá un adelanto técnico, posiblemente en la primavera de 2022”, predice la consultora política Ana Salazar. 

Según las encuestas, el PP tiene el viento de cara. De convocarse unas elecciones autonómicas, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, saldría ganador y puede que con mayoría absoluta. Pero Moreno, en control de los tiempos, descarta de momento esta opción. “Estoy centrado en lo importante”, esto es, “controlar la pandemia y reconstruir la economía”, insiste. Fuentes cercanas al presidente aseguran que mientras sigan subiendo en las encuestas no merece la pena adelantar.

Ciudadanos, el otro partido de Gobierno, tampoco está para elecciones. Con unas estimaciones de voto preocupantes, intenta alargar la legislatura lo máximo posible. “No va a haber un adelanto electoral”, zanjan a la par que refuerzan su papel dentro de un Ejecutivo que “está haciendo las reformas necesarias para conseguir que, pese a una pandemia, Andalucía sea hoy la locomotora de España”.

De la debilidad del partido de Inés Arrimadas se aprovecha Vox, único partido que aboga abiertamente por ir a votar ya: “Los andaluces necesitan un Gobierno estable conforme a la realidad política de Andalucía”. El partido de Santiago Abascal considera que Ciudadanos está “sobrerrepresentado” y “no es fiable”. “El Gobierno de Andalucía se encuentra en una situación de extrema debilidad, con uno de sus socios en descomposición”, argumenta desde la extrema derecha. 

“Vox necesita tener movilizado y tensionado a su electorado, pero necesita dar algo a sus votantes porque de lo que presentó [en su programa electoral] a lo que se ha aprobado, hay un abismo”, dice Jurado. “Vox amenaza y desamenaza (sic); rompe y se reconcilia [con el Gobierno andaluz]. Es su forma de concebir la política, pero no logra consolidarse ni crecer conforme a las expectativas de Abascal”, resalta Salazar. En este clima, Jurado piensa que “las amenazas de Vox benefician al Gobierno andaluz porque nadie se las cree”. 

Desconfianzas

En el resto de los partidos las desconfianzas también tienen otro foco: el PSOE. Su estrategia de realizar una “oposición constructiva” -se ha ofrecido incluso a negociar los próximos presupuestos autonómicos- no convence ni a unos ni a otros. “Postureo”, lo llamó el vicepresidente, Juan Marín. 

“El Gobierno de Moreno ha dado oxígeno a Espadas desde el primer momento”, dicen en Vox, que siempre ha rechazado estos acercamientos. Fuentes del partido de Abascal en Andalucía reiteran que estos “puentes” son “un error estratégico que las bases del PP no entienden”.

El Ejecutivo muestra su “voluntad” de hablar con todas las formaciones políticas, pero esperan “que de las palabras se pasen a los hechos”. En el lado opuesto, Adelante Andalucía: “Si Espadas pretende centrar al PSOE dando la mano a la derecha en leyes tan importantes como la LISTA o los presupuestos se equivoca. El PSOE es alternancia, desde luego no alternativa”, dicen desde la formación de Teresa Rodríguez.

“El PSOE necesita tiempo para posicionar a Juan Espadas como candidato al tiempo que resuelve cuándo va a dejar la alcaldía”, señala Salazar. Y añade Jurado: “El bajo índice de conocimiento de Espadas hace que se tenga que apoyar en Pedro Sánchez”, que cree que el líder de los socialistas andaluces confía en capitalizar “la recuperación económica del Gobierno central” en un “movimiento clásico”, según Salazar, que advierte que “no se sabe cómo le va a soplar el viento” cuando lleguen las elecciones.

“No es cuestión de tiempo. Estamos preparados para recuperar la ilusión de la gente”, dicen fuentes socialistas, que descartan que un anticipo electoral “sea un obstáculo para consolidar el proyecto de Espadas”. “Estamos en el tajo”, insisten mientras acusan al PP de estar “haciendo cálculos electorales”. 

¿Cómo se explica una convocatoria a la ciudadanía?

“¿Cómo se explica a la ciudadanía que se van a convocar elecciones?”, se pregunta Ortega. El PSOE, en plena “escucha activa” para conocer las demandas de los andaluces, defiende su mano tendida al Gobierno por “el interés de los andaluces”. También para que deje de ser “rehén” de Vox, que opina que las elecciones se deben celebrar “cuanto antes” para beneficio de los andaluces. Igualmente, por el bien de los andaluces dicen, PP y Ciudadanos buscan agotar la legislatura. 

En este debate no entra Unidas Podemos por Andalucía (UPporA) que considera un tema “cómodo” para el Gobierno andaluz. “Así no se habla de sus recortes, de sus bajadas de impuestos a los ricos, de la ley del suelo que quieren aprobar y que nos devuelve al ladrillazo urbanístico…”, cuentan. “Una cortina de humo”, lo denominó el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Toni Valero, que prefiere centrarse “en los problemas de la gente”. “Las elecciones se convocan dependiendo de los intereses del Gobierno, sea el de Moreno Bonilla o el de Susana Díaz. No se convocan pensando en si benefician de alguna manera a la ciudadanía sino para conservar el poder. Ese es el único objetivo”, desde Adelante Andalucía.

La fragmentación de la izquierda

Antes de ir a las urnas, el PSOE quiere sacudirse la depresión en la que se sumió tras perder el Gobierno de Andalucía en 2018. 37 años al mando pesan. La estrategia de Espadas es desplegar su actitud “pactista”. “La gente espera certidumbre por parte de los responsables políticos”, dicen desde la dirección de su grupo parlamentario.

Pero la tranquilidad no casa con la izquierda en Andalucía. Si no hay nuevas coaliciones, se antojan hasta cuatro papeletas -PSOE, UPporA, Adelante Andalucía y Más País Andalucía- en las próximas elecciones. “La izquierda tiene fricciones de difícil solución”, dice Salazar, “y solo el paso del tiempo podría allanar esos conflictos”. Jurado prevé “un panorama terrible” provocado por el “espectáculo bochornoso” dado en el seno de Adelante Andalucía, una marca que ha sido refundada por Teresa Rodríguez y que fue su cara visible en las pasadas elecciones. Esto ha dejado a Podemos sin representación parlamentaria y ha dejado a UPporA, la nueva denominación en la Cámara andaluza, con sólo 6 diputados, los de Izquierda Unida.

El diagnóstico de Jurado para la izquierda es agorero. “No creo que juntos sumen más de lo que consiguieron en 2018”. En aquellos comicios, en los que la fuerza más votada fue el PSOE de Susana Díaz con 33 diputados, las matemáticas no dieron frente al bloque de las derechas.

La primavera, como apunta Ortega, es “la mejor fecha en cuanto a participación”. Esto, a priori, siempre favorece a la izquierda, pero su fragmentación beneficia al bloque de las derechas. “El problema de la izquierda es que el voto del descontento no lo recoge el PSOE. La gente se queda en su casa”, dice la directora del CADPEA.

Así pues un adelanto electoral favorecería a PP y a Vox. Queda en el aire quién recogerá los votos de Ciudadanos, que no ha sabido capitalizar su posición dentro del Gobierno andaluz y cuyo liderazgo está discutido. A esto se le suma la OPA que inició Fran Hervías, ahora en el PP, a su expartido desde Génova. UPporA prefiere “hablar de lo que afecta a la gente y no de rumores” mientras que en Adelante Andalucía confirman que “necesitan tiempo para seguir implantándose territorialmente” después de su refundación. También lo necesita Juan Espadas para cambiarle la cara al PSOE, “más cercano a la ciudadanía”, y desde una oposición responsable.

El Gobierno andaluz insiste en que “no es momento de elecciones”. “Otra cosa es que haya un bloqueo constante”. De momento no se avecina una llamada a las urnas salvo que haya algún síntoma de que la capacidad legislativa del Ejecutivo de Moreno se vea obstaculizada. Esto pasa por que Vox no apoye sus propuestas o las dos más importantes: la reforma fiscal y la ley del suelo. El PP entiende que “no habrá problemas” para sacar adelante estos proyectos aunque “la convocatoria de elecciones no está condicionada a la aprobación de determinadas leyes”.

La responsabilidad para con Andalucía, en teoría, está por encima del tacticismo político. Pero el debate sobre cuándo serán los comicios andaluces no va a cesar hasta que haya fecha. Lo único claro es que habrá elecciones en 2022.

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