Los bomberos mantienen el pulso con el Ayuntamiento de Málaga: éstas son sus quejas
El conflicto que enfrenta a los bomberos con el ayuntamiento de Málaga está enquistado y hoy la solución parece lejana. Gran parte de la plantilla mantiene un encierro desde hace tres semanas y pide la dimisión de los dos principales responsables del servicio, el inspector y el subinspector.
Málaga para la Gente anunció este jueves que presentará una moción en el próximo Pleno, en la que denuncia el déficit de plantilla y pide su incremento, además de una negociación sobre la organización del servicio y sus condiciones laborales y el cese de los dos jefes. Los bomberos plantean la destitución como condición previa para el diálogo, pero el concejal de seguridad, Mario Cortés, ya advirtió ayer de que no cedería destituyendo al jefe porque eso podría arrastrar a otros servicios municipales a exigencias similares.
Las protestas se iniciaron a partir del anuncio, el 28 de diciembre, de que cuatro trabajadores pasaban a desempeñar funciones de primera salida, a pesar de que algunos llevan hasta 12 años en sala. Esa orden, anulada al día siguiente, fue “la gota que colmó el vaso”, según los bomberos, que pretenden renegociar las condiciones laborales.
El conflicto laboral ha servido también para poner de manifiesto que el servicio está infradotado, envejecido y sometido a una normativa obsoleta. Los bomberos han iniciado una campaña que ya ha logrado recabar 10.000 firmas de apoyo para una petición dirigida al alcalde (“Mejore la situación de los bomberos”) y mantienen su intención de acudir al próximo Pleno en una marcha fúnebre. “Estamos viendo morir al cuerpo de bomberos”, asegura Juan Gálvez, de Comisiones Obreras. Estas son sus quejas.
Jornada laboral y clasificación: según Juan Gálvez, los bomberos de Málaga hacen 80 guardias anuales de 24 horas, mientras que en otras grandes ciudades andaluzas el número ronda las 65 (67 en Sevilla). “La gente dice que trabajamos un día, pero trabajamos tres días en uno. A la semana son cerca de 50 horas semanales”, razona.
A ello se suma una queja por la categoría laboral: mientras que los bomberos municipales de muchas ciudades de España ya han sido “reclasificados” al grupo C1, en Málaga siguen en la categoría C2. Esto dificulta los traslados a puestos equivalentes en otros municipios. Según aseguran, han ofrecido al ayuntamiento la promoción de categoría “a coste cero”.
Plantilla inferior a lo recogido en los presupuestos: según los presupuestos para 2016, integran la plantilla de bomberos de Málaga 319 personas. Con las últimas jubilaciones, los sindicatos reducen ese número a 307, de los que 270 serían bomberos operativos. Los presupuestos, sin embargo, contemplan 402 puestos de bombero en total. Casi cien menos que los reales.
Plantilla envejecida: según los datos que ofrecen los propios sindicatos, la edad media de la plantilla de bomberos de Málaga es ligeramente superior a los 47 años. Entre los bomberos/conductores, esa media se reduce a los 44,39, mientras que los seis suboficiales tienen una edad media de 57,43 años.
Son edades muy altas para un servicio de bomberos, fruto de la no renovación de la plantilla. La última convocatoria de oposiciones es de 2008, aunque la treintena de incorporaciones de aquella tanda no se produjo hasta 2015. Según los sindicatos, a la amortización de once plazas deben sumarse las 48 jubilaciones previstas de aquí a
Un reglamento preconstitucional: el reglamento en vigor para el servicio de bomberos de Málaga data de 1959 y contiene disposiciones de otro tiempo y otro régimen. Por ejemplo, prevé una organización militar y que la base de los bomberos sea “la subordinación y la disciplina. ”Por consiguiente, será sancionada con severidad cualquier censura, desobediencia o discusión de las órdenes superiores“, se lee. De cumplirse estrictamente su artículo 11 los bomberos malagueños deberían hacer el saludo militar a sus superiores y mantenerse en firmes mientras le dirigen la palabra.
Obviamente esto no ocurre, pero la pervivencia de un reglamento predemocrático revela un desfase que puede filtrarse a aspectos funcionales y obliga a llenar las lagunas con la remisión a otras normas o emitiendo circulares, con un margen mayor de discrecionalidad. “En toda España cada cuerpo tiene un reglamento, que regula la segunda actividad, los partes, cómo se implementan, la organización, las escalas… Pero aquí no hay segunda actividad, tienes que ir al jefe de bomberos a decir que te has roto la espalda a pedir un favor”, lamenta Juan José Martín, del SAB, que añade: “Lo que queremos es un reglamento que reglamente”.
Circulares para regular el funcionamiento: según los representantes sindicales de los bomberos malagueños, la jefatura emite entre 50 y 70 circulares anuales. Es un número inusual y su control es complejo. “Hay cientos de circulares, las cuales son imposible simplemente de saber de su existencia, desaparecen de la base de datos, se retiran, se modifican, se anulan”, se asegura en la moción deMálaga para la Gente.
Según los bomberos, se aprovecha la falta de reglamento para modificar las exigencias de servicio a conveniencia.“Las circulares deberían utilizarse para situaciones excepcionales, no para modificar el reglamento a diario”, denuncia Gálvez.
Infradotación de material: la torre prevista para los entrenamientos está, desde hace años, en desuso. No es seguro utilizarla y presenta un aspecto de abandono. Nunca se equipó el parque de bomberos de Campanillas, junto al Parque Tecnológico, y el equipo GRES de rescate subacuático se deteriora desde que hace cuatro años se desmantelara la unidad.
Privatización encubierta de los servicios: la atención telefónica, como sucede para las urgencias sanitarias, está dirigida por bomberos pero ejecutada por personal una empresa privada. El servicio de atención de llamadas a los Servicios Municipales de Emergencias de Bomberos (080) y Policía Local (092) fue adjudicado a Eulen en enero de 2016, por 845.064 euros, IVA incluido.