'El diario del asesino de la regañá': el teatro se mete en la mente del criminal más 'sevillita'
El fenómeno de Rancio, sobrenombre con el que se conoce al periodista y escritor sevillano Julio Muñoz Gijón, trascendió los límites de la literatura hace tiempo para encarnarse sobre las tablas del teatro. Empezó con la primera entrega de su saga más popular, El asesino de la regañá, y continuó con la secuela El crimen del palodú, cosechando un notable éxito de público. Ahora regresa con una tercera parte, El diario del asesino de la regañá, que se presenta como un más-difícil-todavía que volverá a hacer las delicias de los incondicionales de la serie. La obra estará en la Sala Cero de la capital hispalense en cartel hasta el 10 de noviembre con funciones de jueves a domingo, y el equipo llamado a sacarlo adelante es básicamente el mismo que se ocupó de los montajes anteriores.
“La tercera entrega de una saga supone una gran responsabilidad, el público conoce las anteriores producciones y tenemos un mayor nivel de autoexigencia”, admite Sofía Aguilar, de Producciones de Arte. “Siendo conscientes de estas circunstancias, acometemos la labor con toda nuestra entrega e ilusión, como no puede ser de otra manera en un oficio tan pasional. En este espectáculo continuamos desarrollando nuestra línea de trabajo sobre la comedia contemporánea andaluza, esperando una similar acogida por parte del público. Que vengan al teatro y lo disfruten es uno de nuestros objetivos primordiales”.
Otro de los productores, Elías Sevillano, de Producciones Circulares, comenta que “para esta tercera entrega buscábamos un nuevo planteamiento, pero sin desviarnos demasiado de los anteriores espectáculos y mucho menos de este registro de comedia loca. Ahora todo es más psicológico, y creemos que eso enriquece la saga. El escenario es una clínica psiquiátrica, y la línea a seguir es la que nos caracteriza: ahondar en la comedia con muy buen acabado, ofrecer espectáculos de calidad. El reto era muy grande, y la presión muy fuerte después de dos éxitos incontestables. Teníamos mucha presión para darle muy buen acabado y que guste, manteniendo el nivel. El resultado final es muy, muy divertido, y convencerá a los fans más exigentes”.
Amor por las tradiciones
Como advierten los propios productores, El diario del asesino de la regañá es una precuela de la historia del criminal más sevillita, convertida ahora en un texto que mezcla diario, thriller psicológico, y comedia de enredo cercana al hilarante absurdo. La dramaturga Ana Graciani, también experta en el peculiar universo del autor y en su característica guasa, sonríe al comentar que “esta obra me ha dado la misma guerra que las anteriores”, para explicar a renglón seguido que “he intentado tratar las tres piezas de manera diferente, para que el público no se encuentre más de lo mismo. Guardando la esencia de Rancio, su humor y sus sevillanas maneras, pero intentando que cada obra tenga su propia identidad”.
“En esta ocasión se trata de explicar cómo se construye un asesino, su anatomía”, prosigue Graciani. “Como recordarán los seguidores de la saga, el Asesino de la Regañá empieza cometiendo siete asesinatos durante la Semana Santa de Sevilla, y en El crimen del palodú sigue haciendo de las suyas. A diferencia de las anteriores, aquí no comparecen ni el inspector Villanueva ni el agente Jiménez, que todavía no han aparecido en la historia. No hay rastro de la trama policiaca, sino todo lo anterior: una persona aparentemente normal, muy amante de las tradiciones y de Sevilla, ante la cual nos preguntamos cómo llega a convertirse en un asesino”.
Así pues, la nueva propuesta se limita a dos personajes, el paciente y su psiquiatra, mientras que el público fiel juega con la ventaja de saber cómo acabará todo: en un baño de sangre lleno de sevillanía recalcitrante. “El médico intenta ayudar a este señor aparentemente normal, amante de Sevilla y de sus tradiciones. No sabemos si lo consigue o no, pero trabaja para que los brotes que le dan no vayan a más. De este modo hemos conseguido armar una historia muy divertida, que estoy deseando que el público vea y se ría tanto como nos hemos reído nosotros escribiéndola”.
Contra la homogenización
El director Antonio Campos señala además que el trabajo actoral desarrollado por Candela Fernández y José María Peña, “dos actores con una vis cómica fantástica”, ha sido “muy enriquecedor, se han fiado de mí y al mismo tiempo hemos probado muchas cosas, han propuesto mucho, y eso es normal cuando tienes en las manos un texto vivo y libertad para mover lo que quieras. Ahora, antes del estreno, afloran los nervios, pero en el fondo lo que estamos deseando todos es hacerlo ya”.
“Siempre me provoca mucha ilusión, ves algo que has escrito en la soledad de tu escritorio, y de pronto lo ves ahí, encarnado”, añade por su parte el propio Julio Muñoz Gijón. “Pero este era además el super-reto, porque el libro en que está basado es el diario de un tipo donde ocurren muchas cosas en muchos lugares. Anclar todo eso en una única localización como es un teatro, es complicado. No sabía cómo iba a salir, pero estoy muy contento con el resultado. Y saber que se han agotado las localidades sin saber si esto está bien o mal, es para estar muy agradecido”.
Para el escritor, lo más importante es “que se trata de pasar un buen rato en el teatro, pero también hacer una reflexión de la deriva que lleva una ciudad, o todas las ciudades, si nos estamos homogeneizando y dentro de poco no tendrá sentido viajar, porque en todas partes tendremos las mismas tiendas y estaremos vestidos con las mismas marcas. La obra también va de eso”.
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