La consejera andaluza de Salud recula tras indignar a los médicos por cifrar su salario medio por encima del de Moreno
El salario que cobran los 8.600 médicos de familia en Andalucía ha desatado una imprevista bronca entre el colectivo y la consejera de Salud, Catalina García, después de que esta cifrase el sueldo medio en 97.888 euros brutos al año, más que el presidente de la Junta de Andalucía [87.333 euros] y casi 1.000 euros más que la media nacional.
Todos los sindicatos del sector, más el Consejo Andaluz de Colegios de Médicos, han exigido una rectificación –algunos piden su dimisión– y advierten de que para llegar a ese sueldo hay que hacer muchas horas extra. El rifirrafe lleva toda la semana calentando el debate público, y desembocó este miércoles en el Parlamento andaluz: una hora de debate sobre el salario de los médicos entre la consejera y la portavoz de Salud en el PSOE, María Ángeles Prieto, sin que los números de una y otra siquiera se acercasen un poco.
24 horas después, en la segunda sesión plenaria y a preguntas de Vox, la consejera finalmente reculó, rebajando el sueldo médico de un médico de familia en Andalucía a 78.000 euros, unos 20.000 euros menos que la cifra que había defendido con uñas y dientes los días previos. “La cantidad varía cada mes. Si suma trienios, varía; si suma un nivel de carrera profesional, varía; si hace más guardias, varía; si hace más continuidad asistencial, varía”, ha dejado dicho García, en la línea precisamente que le apuntaron los sindicatos al exigirle una rectificación.
Más allá de los datos, el Gobierno de Juan Manuel Moreno ha encajado con cierto “malestar” el enésimo foco de tensión que rodea a la consejera de Salud: el aumento de las listas de espera, la elevada presión asistencial que soportan los sanitarios, la incapacidad para cubrir las plazas de médico interno residente (MIR), el polémico contrato del ex consejero de Salud por una aseguradora privada a la que adjudicó a dedo 44 millones de euros, la huelga de los letrados del Servicio Andaluz de Salud (SAS), el retraso de los contratos negociados sin publicidad para derivar a pacientes a la privada, y la parálisis del Acuerdo Marco que venía a estabilizar, en abierto y con concurrencia competitiva, esas derivaciones.
El baile de cifras ha generado un cierto caos, pero ni siquiera la corrección a la baja que ha admitido este jueves la consejera termina de coincidir con las nóminas que un puñado de médicos andaluces han difundido estos días en redes sociales. Según defienden los profesionales y avala la mesa sectorial a través de la tabla de retribuciones aprobada por Salud, el sueldo más común está más cerca de los 50.000 euros brutos al año que de los 78.000 que dibuja la Consejería.
Según un informe del Sindicato Médico de Granada, el sueldo de un médico de cabecera que no haga guardias y contando con los diferentes complementos se sitúa entre los 49.384 euros y los 71.334 euros brutos, cifras que se sitúan por debajo de la que da Salud.
Para entender esta distorsión hay que analizar cómo se compone el salario de un médico, de acuerdo con la información que publica el propio SAS. Al ser funcionarios, cobran su sueldo base, que es de 1.300,87 euros brutos al mes, más los complementos habituales de los empleados públicos que son el de destino y los trienios. Estos últimos, como su nombre indica, van sumándose cada tres años. Es decir, cada trienio para un médico de familia son 50,07 euros brutos al mes, que a los seis años se convertirá en 100,14 euros al mes y así sucesivamente. Por su parte, el complemento de destino supone 683,75 euros brutos al mes.
Además, en el caso de los médicos, se debe sumar el complemento específico que se divide en formación y penosidad que implica 1063,55 euros más al mes. Existe otro añadido que es el CRP o rendimiento profesional que en atención primaria suma otros 6.744,81 euros brutos al año como máximo, pero como este complemento depende de la valoración que hace el SAS del rendimiento de los trabajadores, los sindicatos recuerdan que nunca se valora al máximo, por lo que nunca se cobra esa cantidad, sino unos 2.000 euros menos de media.
Por último, todos los galenos perciben los llamados TAE, que son un extra en función de las tarjetas sanitarias que atienden que rondan los 300 euros –pudiendo ser el doble o el triple si un médico tiene que hacer el trabajo de dos o tres médicos de primaria, aunque esto no es habitual–. Y se han de sumar también las pagas extra que son 1.486,51 euros brutos al año.
Las horas extra en el foco
Si se tienen en cuenta todos los conceptos, un médico de familia ronda, como sueldo base, los 50.000 euros brutos al año. Un sueldo que dista mucho de los 78.000 euros que anuncia la consejera y de los 97.888 euros que Salud decía hasta este jueves que era la media, y que ahora sitúa como el “sueldo tipo” de un médico de entre 45 y 50 años, con quince ejercicios de servicio, seis trienios y 72 horas de guardia.
Una diferencia en la que está la controversia porque los sindicatos no niegan que haya quienes sí puedan cobrar ese dinero, pero que son “minoría” y profesionales “muy específicos” dado que ese sueldo tan elevado en comparación al base se obtiene por hacer jornadas complementarias y tener acreditada la carrera profesional. Es más, pese a que la consejera ha reculado bajando el dato hasta los 78.000 euros, desde la mesa sectorial lo califican como “la mentira de la mentira”. Para llegar a esa cifra también hacen falta jornadas “extenuantes” de trabajo que se añadirían al salario base hasta alcanzarla. Según sindicatos como UGT, implica más de 100 horas complementarias al mes.
Es decir, se entiende por jornada complementaria las horas extras o la continuidad asistencial –trabajar también en horario de tarde– que hace un médico de cabecera. Sin embargo, las horas extra y la continuidad asistencial sólo ocurren en casos en los que las necesidades del centro de salud obligan a ello o lo que es lo mismo: por colapso. Algo por lo que los sindicatos acusan a la Consejería de Salud de “falsear” las cifras utilizando unos complementos que son consecuencia directa de una mala gestión de la sanidad pública.
Una hora extra se paga a 26,41 euros de lunes a viernes, a 28,75 euros en fin de semana y a 52,82 euros en festivos especiales. Las continuidades asistenciales se pagan a 45,52 euros por hora. “Puede haber médicos que hagan tantas horas extras como para cobrar la cantidad que dice Salud, pero son minoría y desde luego lo hacen a costa de su propia vida personal”, denuncian los sindicatos.
Es más, UGT y CCOO señalan que un profesional con cierta trayectoria debería hacer 113 guardias de 12 horas al año y uno que esté empezando 130, “renunciando a su vida familiar”. O lo que es lo mismo, entre 1.300 y 1.500 horas más de trabajo al año. Por otro lado, el complemento por carrera profesional es un extra que no siempre se cobra ya que para acceder a ella hay que acreditar una serie de requisitos.
El nivel más bajo implica 113,21 euros brutos al mes y el más alto, que es el cinco, supone 1.171,97 euros, pero “casi nadie llega a subir tanto”. Entre niveles hay que esperar cinco años y acreditar diferentes requisitos. “Hay muchos médicos que no cobran este complemento y, aunque se ha hablado de que se pueda subir de nivel sólo con la antigüedad, esto aún no se ha llevado a cabo, por lo que sumarlo al sueldo medio no es real”, señalan fuentes de la mesa sectorial. Este medio ha preguntado a Salud cuántos médicos de familia no hacen horas extra, no tienen carrera profesional o ninguna de las dos cuestiones que aumentan el salario, dado que, según los sindicatos, son la mayoría, pero no ha obtenido respuesta.
Petición de dimisión para la consejera
Por ello, tanto sindicatos como Consejo Andaluz de Colegios de Médicos desmienten categóricamente a la Consejería de Salud, hasta el punto de que el Sindicato Médico pide la dimisión de Catalina García al frente de la cartera. “Están intentado desprestigiar a los médicos dando datos que no se ajustan a la realidad”, apunta Rafael Ojeda, presidente del Sindicato Médico.
Con todo lo anterior, desde la Consejería de Salud insisten en que la cifra dada sí es real y que se corresponde con la media. Pese a las peticiones realizadas por este periódico para que facilitasen la estadística completa que arrojaba el dato de los 97.888 euros brutos de media anual, no la daban porque se trataría de dar la “nómina de cada uno de los profesionales” ya que se ha hecho, insisten, con los datos que maneja el SAS. Tampoco lo hacen ahora con los 78.000 euros que anuncia García.
Desde Salud afirman que el elevado salario que generó tanta controversia corresponde con “un facultativo con nivel de carrera III (de 5 niveles que existen), con 6 trienios (entre 45 y 50 años)”. Que tiene una productividad fija de 7.800 euros y una productividad variable de 8.200 euros, aproximadamente. Eso último lo desmienten los sindicatos porque en Andalucía no se cobra productividad fija y porque la variable, que es el llamado CRP, como máximo es de 6.744,81 euros brutos al año y no 8.200 euros. “Parece una media cocinada porque no se aclara de dónde salen algunas cifras”, denuncian desde la mesa sectorial.
La Consejería de Salud completa su cálculo añadiendo que las jornadas complementarias se cobran a 2.444,04 euros mensuales si se trabaja un festivo, 36 horas extras y 18 de continuidad asistencial. Según esto, si la media que obtienen es de 97.888,96 euros, un médico de ese mismo perfil sin carrera profesional percibirá 90.925 euros al año y otro que no haga horas complementarias se quedará en 68.268 euros brutos anuales. Cifras que, en todo caso, no acaban de explicar la media porque aritméticamente no tienen explicación ya que desde Salud no aclaran el origen del cálculo total.
De ahí que los sindicatos entiendan esta información por parte de la Consejería de Salud como un “desafío” para “desacreditar” a los médicos de familia y que “parezca que cobran mucho y que se quejan sin motivo”. CCOO, UGT, CSIF y Sindicato Médico piden al Ejecutivo regional que aclare de dónde obtienen este dato que ha abierto una nueva disputa entre Catalina García y los interlocutores de los sanitarios. Otra batalla dentro de una guerra que no deja de recrudecerse en la sanidad pública andaluza.
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