El curso arranca en Andalucía con 45.000 alumnos menos y multitud de centros sin profesorado de refuerzo por la Covid
Este viernes es el día de la vuelta al cole para 758.000 estudiantes andaluces de segundo ciclo de Infantil, Primaria y Educación Especial, la primera gran operación retorno a las aulas del tercer curso consecutivo en el que el coronavirus tiene un impacto directo. Estamos en lo que el consejero de Educación, Javier Imbroda (Cs), define como una “transición hacia la normalidad” que se apoya sobre todo en las altas tasas de vacunación, lo que precisamente le ha abierto la puerta para reducir un tercio el número de profesores de refuerzo Covid, una figura que va a desaparecer este curso en multitud de centros educativos.
En concreto, y frente a los aproximadamente 8.000 docentes que en el ejercicio pasado estuvieron de apoyo ante las necesidades que impone el coronavirus, ahora son unos 5.300 los que asumen estas tareas, es decir, 2.700 menos. De estos 5.300, 4.600 están en la educación pública y el resto en la concertada. Pero es que, además, casi un 25% de los 4.600 profesores de la pública (en concreto, 1.088) se van a centrar en atender las nuevas necesidades de Formación Profesional, Educación Especial y otras enseñanzas autorizadas, con lo que nos quedan 3.450 para este refuerzo Covid. Y todo ello, teniendo en cuenta que hay 4.560 centros de titularidad pública en Andalucía, a los que hay que sumar otros 2.004 sostenidos con fondos públicos para alcanzar un total de 7.133 centros en la comunidad.
El aval de la mayoría de la mesa sectorial
En medio de la avalancha de datos que aporta la Junta resalta, en definitiva, la evidencia de que hay 2.700 docentes menos (un tercio del total) para las labores de apoyo Covid, lo que se va a traducir en multitud de centros sin este profesorado de refuerzo. Pero Educación lo contrarresta con tres realidades de peso, una de las cuales es sindical, ya que el dispositivo para este curso se ha pactado con la mayoría de la mesa sectorial (CSIF, ANPE y UGT han dado su aval frente a las críticas de CCOO y Ustea). Las otras dos son una inversión que crece hasta los 7.400 millones de euros y una “plantilla docente estructural en los centros públicos” que se sitúa por encima de los 104.000 profesionales.
¿Y cómo puede ser esto último si hablamos de que se reduce un tercio el profesorado de apoyo? Pues gracias a que 1.088 de las plazas de refuerzo se consolidan en el sistema, lo que permite afirmar que la plantilla docente estructural es la mayor de la historia, como también lo es el gasto en la partida educativa.
¿Significa esto que miel sobre hojuelas? Pues no, porque hay muchos centros a los que no va a llegar un profesorado de refuerzo que se apuntó como uno de los pilares para que el curso pasado se desarrollase bien dadas las circunstancias pandémicas. En Sevilla capital, por ejemplo, la Federación Provincial de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado (Fampa Nueva Escuela) calcula que hasta un 65% de los espacios educativos no contarán con profesores de apoyo Covid. Educación no aclara cuántos son, pero replica que no son tantos y que, en función de las necesidades, se podrá contratar a más docentes.
La fórmula para los refuerzos
Lo que no ha llegado a explicar la administración educativa es cómo se hace el reparto y por qué llegan a un centro sí y a otro no, hasta el punto de que la Asociación de Directores-as de Educación Infantil, Primaria y Residencias Escolares de Andalucía (Asadipre) han reclamado que se explique cuáles son esos criterios. “No nos los han dicho, pero los hemos deducido”, apunta su presidente, Jorge Delgado: van a llegar a todos aquellos niveles educativos que están por encima de la ratio de 25 alumnos por aula.
Pero la cuestión tiene su truco. Delgado explica que si un colegio tiene dos aulas por ejemplo de primer curso, para que llegue un docente de refuerzo una de ellas tiene que tener más de 25 estudiantes y la otra al menos esos 25. “Si una tiene 26 y la otra 24 no vale”, lo que en la práctica se traduce en que “puede haber aulas por encima de ratio que no tengan profesor de apoyo Covid”.
¿Qué pasa con las necesidades especiales?
Dejando a un lado que la decisión se adopta con la foto fija de los datos de un día (“vamos a seguir recibiendo alumnos con el curso empezado”), el único criterio que se sigue es la ratio, “sin tener en cuenta necesidades especiales o si el centro está en una zona de difícil desempeño”. El problema de verdad puede plantearse en un aula sin apoyo Covid si hay alumnos que tienen que confinarse, “si se van a su casa tienen derecho a recibir teleformación y a ver cómo lo hacemos si su profesor está dando clases presenciales a sus compañeros”.
Todo ello, además, teniendo en cuenta que la vacunación no tiene fecha todavía para arrancar en los menores de 12 años, aunque el ritmo de inmunización en los alumnos de Secundaria sí supone un alivio. Esto lleva a Javier Imbroda a insistir en que, gracias a ello y a que “este curso no tiene nada que ver con el anterior”, se pueden “racionalizar” los recursos. Y esto se traduce en los ya apuntados 2.700 docentes de apoyo menos, a lo que se une el lamento de buena parte de la comunidad educativa de que no se haya aprovechado este contexto para mantener las cifras del profesorado y así reducir la ratio.
“Profunda bajada de la natalidad”
Aquí Educación vuelve a tirar de su argumento de referencia, la “profunda bajada de la natalidad”. Esto explica los 45.000 alumnos nuevos, de los que más de la mitad (24.500) son de la etapa de Secundaria, que por primera vez cuenta con menos estudiantes; una deriva de la que por ahora sólo parece escaparse la Formación Profesional.
En total, en todas las enseñanzas Andalucía cuenta este curso con algo menos de 1,8 millones de alumnos y 126.000 docentes si se incluyen los de los centros concertados. El objetivo, asegura Imbroda, es “no dejar a ningún estudiante atrás”.
0