La peor cosecha de aceituna del siglo dispara el precio del aceite de oliva
Después de haber vivido una de las mejores campañas oléicolas, la de 2021-2022, el sector afronta la recta final de la que ya ha sido calificada como la peor cosecha de aceituna del siglo. Esto ha derivado en unos precios sin precedentes para los aceites de oliva, y en diciembre por primera vez rompieron la barrera de 5 euros. El kilo de aceite de oliva virgen extra (AOVE) ha empezado 2023 a 5,37 euros, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, frente a los 2,84 de hace cinco años. Igual pasa con el virgen (de 2,56 euros a 4,81). Y en el caso del lampante, se ha duplicado: de 2,41 a 4,93.
El Observatorio de Precios y Mercados de la Junta de Andalucía, que los registra en almazara, arroja cifras muy parecidas a las que ofrece el MAPA, igual que si se consulta el sistema de información de precios en origen del aceite de oliva poolred (basado en un procedimiento de cálculo y difusión de las operaciones de compraventa a granel). Según los últimos datos del poolred a los que ha tenido acceso Asaja-Jaén y que publican en su web, del 9 al 15 de enero, el precio en origen del AOVE fue de 5.395 euros la tonelada, el virgen de 4.970 y el lampante de 4.717.
Todo ello en un contexto en el que la producción de aceite de oliva este último año se ha reducido a la mitad, por lo que uno de los mercados más importantes para la agricultura de Andalucía se mueve en cifras récord que incluso despiertan el fantasma de la fuga de consumidores.
De fondo, la ya referida mala campaña 2022-2023, marcada por dos factores. En primer lugar, la sequía, unida a la falta de dotaciones de riego en la mayor parte de las áreas productoras, y a las elevadas temperaturas durante la floración, que han derivado en un número de frutos por debajo de la media. “El cambio climático deja sus efectos en un sector y un producto tan básico en toda el área mediterránea como es el aceite de oliva”, apunta el vicesecretario general de Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Cristóbal Cano, quien prevé que los precios se mantengan “en los elevados niveles actuales”.
Una tormenta perfecta
Confía, no obstante, en la bajada del IVA del 10% a un 5%, aprobada por el Gobierno de España, mantenga e incluso incremente los consumidores. “No llegaremos a las 800.000 toneladas aforadas por la Junta de Andalucía a principios de octubre de 2022. Tal y como nos demuestra la realidad del campo, la disponibilidad para comercializar, teniendo en cuenta la bajísima producción con la que nos encontramos, no alcanzaremos un volumen disponible para superior al 1.200.000 toneladas, sumando importaciones, enlace y producción final. Estamos hablando de que en el último mes de 2022 se han producido tan solo 232.391 toneladas, lo que representa un 50% menos de la cantidad obtenida en la campaña anterior, cuando en diciembre de 2021 se alcanzaron las 542.600”, describe.
En segundo lugar, impacta el incremento de los costes de producción, básicamente por la electricidad (para los molinos en los que se extrae) y el combustible (en la siembra, cosechadoras y transporte). Desde la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO), José María Penco augura que el mercado nacional, que consume un tercio de la producción de nuestro país, va a sufrir una contracción mayor que el exterior. Y es que los elevados precios están derivando a los consumidores hacia otras alternativas. “Hay olivareros que han dejado fincas con poca producción sin cosechar por los elevados costes”.
El coste medio para producir un kilo de AOVE se sitúa por encima de los 8 euros, remarca, por lo que matiza que “esta situación no está beneficiando tampoco a los agricultores, como se podría pensar, porque los costes fijos se mantienen, y con la bajada de producción, pierden mucho”.
En cualquier caso, no teme que se vaya a producir desabastecimiento porque “el propio mercado se regula, y la subida de los precios, ya está reduciendo el consumo, como se ha visto con los últimos datos de salida de almazara que ha publicado el MAPA”. Por eso, prefiere poner la vista en las lluvias de primavera, con la confianza de que la próxima cosecha vuelva a los números medios.
Un 50% menos de producción
Con la campaña casi finalizada, a falta de lo que se ha retrasado por las lluvias, se habían recogido en diciembre 431.090 toneladas de aceite de oliva en todo el país, frente a las 867.226 del mismo mes en la campaña pasada, según los últimos datos de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA). En este sentido, se calcula que España producirá casi un 50% menos que la pasada campaña, siendo el país con el peor pronóstico de la UE entre los demás productores, tales como Portugal, Italia o Francia, mientras que Grecia resiste.
La producción media en las últimas cinco campañas en Andalucía se sitúa en 5,6 millones de toneladas de aceituna de almazara, 1,1 millones de toneladas de aceite de oliva y 479.252 toneladas de aceituna de mesa. En las últimas campañas se ha adelantado la recolección a octubre, con más cantidad recogida en noviembre y diciembre, en detrimento de los últimos meses. Para la presente, las estimaciones de la Junta de Andalucía en aceituna para almazara son un 49,1% menos que la producción final de la pasada campaña, y un 47,5% menos que la media de las últimas cinco temporadas. En aceituna de mesa, también castigada por la situación, se prevén 366.448 toneladas, es decir, un 32,8% menos que la producción final de la pasada campaña. Un 23,5% menos, si se compara con la media de las últimas cinco campañas.
En definitiva, que en Andalucía, la principal productora, la cosecha caerá a la mitad, con una previsión de 587.000 toneladas. El responsable de Olivar de COAG Andalucía, Juan Luis Ávila, dice que para que no falte aceite de oliva tendrá que bajar el consumo en nuestro país y las exportaciones. Porque el margen para importar es limitado con el panorama en otros países, también marcado por una “merma” en la producción. No lo comparte Cristóbal Cano: “El consumo está garantizado. Hay suficiente para garantizar el abastecimiento”.
Pero lo cierto es que el aceite de oliva se viste de producto de lujo, como lo puede ser el turismo. De hecho, según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en tasa mensual, el IPC subió un 0,2 % entre diciembre y noviembre, sobre todo por el encarecimiento de los paquetes turísticos internacionales (16,3%) y nacionales (16,2%) seguidos por el aceite de oliva (8,3%). Pese a ellos, supone el 67% del consumo total de aceite en España. Curiosamente, su consumo ha descendido un 20% en los últimos 10 años. Es más, en Andalucía el consumo per cápita es menor que la media nacional. Eso sí, destaca que en el AOVE, el consumo se ha incrementado un 7,9% a nivel nacional en los últimos 10 años. Y en este caso, el consumo per cápita de Andalucía es sensiblemente mayor que en el total nacional.
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