El socialista Francisco Cuenca se hace con la alcaldía de Granada con el apoyo de Luis Salvador y otro concejal de Cs
Una semana después, Granada tiene nuevo alcalde. El socialista Francisco Cuenca se ha hecho con el bastón de mando en un pleno de investidura que no se ha salido del guion previsto y que ha permitido que el PSOE vuelva a gobernar la ciudad dos años después. Cuenca, que ya fue regidor entre 2016 y 2019, ha logrado el apoyo de Unidas Podemos-IU y el de los dos concejales de Ciudadanos, el exalcalde Luis Salvador y José Antonio Huertas, que se han alejado de la derecha política que había permitido un bipartito entre Cs y PP hasta hace un mes. El PSOE se ha impuesto con 15 votos a favor frente a los 12 del candidato popular Francisco Fuentes.
Aunque la noticia no sorprende, porque desde que Salvador presentó su renuncia no ha ocultado que apoyaría al PSOE por haber sido la lista más votada en las elecciones de 2019, sí es el punto y final a un carrusel de negociaciones a la desesperada para que la derecha volviese a pactar un gobierno conjunto. La dirección nacional de los naranjas ha presionado hasta última hora a su exalcalde para que cejase en su empeño de darle el mandato al socialista de Cuenca, alegando que no era ético hacerlo porque sigue “imputado” en una causa en la que se investiga la contratación de personal externo para cursos de formación de la Junta de Andalucía de hace una década.
Pero Luis Salvador no ha cedido ante los de Inés Arrimadas y se ha mantenido firme en su decisión de favorecer un gobierno del PSOE y quitarle toda opción a su propio partido y a los populares al haberse sentido traicionado por ambos. Fuentes consistoriales explican que el exalcalde está molesto con la dirección nacional de Ciudadanos porque en dos años de mandato apenas ha tenido respaldo ni una visita institucional y, además, en las últimas semanas lo han dejado especialmente solo, a pesar de que fue el PP el que dinamitó el bipartito saliéndose de él. Por eso, tampoco quería favorecer que los populares llegasen al poder porque no solo dimitieron en bloque el 8 de junio, sino que no han dejado de presionarle para que se vaya.
Una estrategia errática
Con todo resuelto, la estrategia del Partido Popular ha acabado fracasando. Aunque el origen de todo estuvo en el expresidente granadino de los populares, Sebastián Pérez, que dejó el partido, pero no su acta de concejal, y amenazó con darle el gobierno al PSOE apoyando una moción de censura si no había una alternancia entre Luis Salvador y un candidato del PP, tal y como supuestamente se pactó durante la investidura de 2019, el Partido Popular abrazó ese plan sin medir las consecuencias.
Tras un mes de intrigas y presiones muy duras por parte de varios frentes, el PP ha acabado dándole la alcaldía al PSOE merced a una estrategia errática. Pese a que han presentado a Francisco Fuentes como su candidato de consenso capaz de sumar los apoyos de todos los concejales del bipartito, a excepción de Salvador y Huertas, la aritmética no les favorecía porque necesitaban obtener los 14 apoyos de la mayoría absoluta o saldría el PSOE como opción más votada en los comicios locales de 2019. De hecho, Vox se salió de todo acuerdo en la tarde del martes al ver que no habría acuerdo. Para rizar el rizo y jugar su propio papel mediático -muy desdibujado y apenas relevante en las últimas semanas-, la extrema derecha ha puesto de candidato testimonial a su portavoz Onofre Miralles.
La capacidad de resistencia de Luis Salvador, que no dimitió hasta el pasado 1 de julio, fue cerrando puertas para un nuevo bipartito porque el exalcalde proponía que si el PP no volvía, se explorarían “otras fórmulas” que pasaban por darle el poder a los socialistas. De hecho, el nuevo regidor, Francisco Cuenca, se mostró abierto a negociar con todos los partidos -a excepción de Vox- por lo “anómalo” de la situación. De ahí que Luis Salvador y Cuenca hayan acabado reencontrándose para darle la alcaldía al segundo, como ya ocurrió en 2016.
PP y Cs contra Luis Salvador
Las primeras reacciones a la investidura del socialista no se han hecho esperar. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha atacado tanto a Ciudadanos como al propio regidor. A los naranjas por haberle hecho alcalde y a Francisco Cuenca al decir que está “procesado por corrupción”.
Tras el pleno que ha hecho oficial el nombramiento del regidor socialista, todos los protagonistas ha comparecido ante los medios para valorar lo ocurrido. En primer lugar, el propio Cuenca ha apelado a la unidad en su discurso de investidura. El nuevo alcalde de Granada se ha mostrado favorable a lograr entenderse con todas las formaciones del Consistorio para mantener la estabilidad en los dos años de mandato. “La gente quiere soluciones y no trifulcas. Medidas para poder salir adelante”. “A partir de hoy nos vamos a dejar la piel para que la gente vuelva a confiar en el Ayuntamiento”.
Por otro lado, no ha dejado pasar la oportunidad de acordarse de Podemos-IU y de los dos concejales de Ciudadanos que han hecho posible que haya sido elegido como regidor con una holgada mayoría de 15 apoyos: “Quiero dar las gracias a las formaciones políticas que han depositado la confianza en que tengamos el honor a presidir este Ayuntamiento”. Al mismo tiempo, le ha pedido al PP, principal grupo de la oposición, que ayude para “sumar”.
Precisamente los populares, en nombre de su portavoz municipal, César Díaz, han aprovechado su momento para mostrarse dialogantes con el nuevo gobierno, pero duros con el exalcalde Luis Salvador. “Quiero pedir perdón a los granadinos por un mes ciertamente complicado. El PP no lo quería, pero no podía mantener a una persona que no representaba a la ciudad ni al equipo de Gobierno”.
“Esperamos que realice un buen trabajo porque de ello dependerá el presente y el futuro de la ciudad y de los granadinos”, ha dicho Díaz. “Nos vamos a la oposición con la cabeza alta y con la satisfacción de haber colaborado con proyectos para esta ciudad”. De esa forma, los populares aseguran que, desde hoy, van a trabajar “desde nuestra más absoluta lealtad”. Aunque la parte más gruesa de la intervención la han utilizado para defender la estrategia que les ha hecho perder el bipartito, cargando con crudeza contra Luis Salvador.
“Tengo que reconocer que el PP de Granada nunca habría querido llegar a esta situación, pero no había otro modo de desenmascarar a la persona que ostentaba un puesto que nunca mereció”. Después, César Díaz ha definido al exregidor como “una persona que está 20 años en el PSOE, coquetea con otros partidos, primero con UPyD y después con Ciudadanos para acabar dándole el gobierno a un alcalde imputado”. A su juicio, la carrera política de Luis Salvador se limita a “montarse un chiringuito que le permita seguir donde nadie le quiere. Tener a 25 concejales en contra y continuar como si nada es impropio de un cargo político que se debe a la ciudad”.
Apostar por la estabilidad
Por su parte, Luis Salvador ha evitado entrar al cuerpo a cuerpo con el grupo municipal del PP y se ha limitado a darle la enhorabuena a Francisco Cuenca y a anticipar su apoyo para los dos años que restan de mandato. “Ayer convocamos una reunión del comité provincial de Ciudadanos y luego la asamblea de ciudad. En las dos presentamos un documento para ver si llegábamos a un acuerdo para suscribirlo y acababa diciendo de apoyar a la lista más votada. Entendíamos que no solo había que favorecer ese gobierno, sino darle estabilidad pública”.
A quienes sí ha apelado, aunque de forma más o menos velada, ha sido a los dirigentes nacionales de Ciudadanos, que han insistido hasta el último momento en que no apoyase a los socialistas para la alcaldía de Granada. “Quiero pensar que estamos en un momento en el que estamos todos muy nerviosos, aunque nosotros siempre hemos estado templados, y hay mucha falta de información. Se había hablado de que había un acuerdo con el PP para hacer a Huertas alcalde, cuando Huertas ni siquiera lo sabía”.
Sobre si su futuro con los naranjas está en el aire, tras el anuncio de la secretaria general del partido, Marina Bravo, de que van a expulsarle junto con José Antonio Huertas de Ciudadanos, el exalcalde ha pedido “respeto” a la dirección de Inés Arrimadas, recordando que personas como él fueron quienes crearon el partido. “Yo me siento absolutamente de Ciudadanos y no solo me siento así, sino que el partido está en una situación muy complicada, pero ser de Cs es aplicar el sentido común”.
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