La lista al Senado del PP de Granada evidencia su guerra interna
Hace tiempo que en el Partido Popular de Granada no están para irse de barbacoa. Cada llama que se enciende acaba en fuego. La última, la que ha puesto de nuevo en el centro de la diana a su presidente provincial, Sebastián Pérez, después de que su nombre estuviera muy próximo a encabezar la lista de los populares granadinos al Senado. Finalmente no será así y aunque desde el partido se vende la situación de cara al exterior como una decisión democrática, lo vivido internamente retrata una nueva lucha de egos.
La primera lectura que se puede hacer de lo ocurrido en las últimas horas es que el Congreso es terreno vetado. A la Cámara Baja repetirán los mismos nombres que ya lo hicieron en abril. Esto es, Carlos Rojas y Pablo Hispán volverán a ser número uno y número dos respectivamente, siendo ellos quienes más opciones tienen de lograr escaños ya que Granada para el PP está destinada a tener dos diputados el próximo 10 de noviembre. O lo que es lo mismo, los populares no han admitido juegos de sillas en el Congreso por más que haya habido intentonas desde la ciudad de la Alhambra.
Donde se ha jugado la partida ha sido en el Senado. El número uno será José Antonio Robles y el dos, el periodista Vicente Azpitarte. Serán ambos pese a que Sebastián Pérez llegó a recibir la oferta de encabezar la candidatura al Senado y el nombre de Azpitarte ha estado en el alero según fuentes de la dirección nacional. Pérez, que lleva ostentando la presidencia granadina desde hace más de una década, ha sido presidente de la Diputación y actualmente es concejal en el Ayuntamiento de Granada en el que ha tratado por todos los medios de prosperar para hacerse con la alcaldía que pactó el PP con Ciudadanos y que tienen los naranjas en su poder, entendió el ofrecimiento como un regalo envenenado.
Porque su papel dentro de los populares granadinos ha perdido mucho peso, sobre todo aislado por sus enfrentamientos internos con los que un día fueron más próximos al exalcalde de Granada, José Torres Hurtado, detenido en la 'Operación Nazarí'. Además, el partido le pidió que renunciarse a su acta de concejal para no acumular cargos, un hecho por el que Sebastián no estaba dispuesto a pasar por miedo a no salir elegido senador. Por ello, fuentes internas del PP aseguran que Pérez declinó ir de número uno al Senado pero impuso a José Antonio Robles como sustituto para mandar un mensaje a la dirección de los populares de que piensa seguir mandando aunque sea en la sombra.
El 'heredero' entra en escena
José Antonio Robles, alcalde de Güejar Sierra en Granada y portavoz del PP en la Diputación provincial, ha resultado ser la pieza maestra del plan. Mientras Sebastián Pérez iba perdiendo importancia en el partido, Robles iba ganando peso dentro de él hasta el punto de que la militancia le considera heredero de Pérez. Su buena relación con el número dos nacional del Partido Popular, Teodoro García Egea, al que llegó a incluir en su lista a las municipales de mayo, también le ha ayudado.
Según voces críticas de los populares, Robles ha ido tejiendo una red de amistades que ha incluido a los rivales de Sebastián Pérez, al mismo tiempo que se ha mantenido cercano a su presidente. Esas mismas fuentes apuntan a que el político ha buscado su ascenso llevándose bien con todos los que le han podido interesar. Militantes del PP de Granada ven también intereses ocultos en la relación entre Robles y Pérez que trascenderían la esfera política.
Internamente se entiende que de ese modo logró que este lunes Sebastián le eligiese a él como su sustituto en la lista al Senado. Así ha pasado en unos años de ser vendedor ambulante y ayudante de cocina en un restaurante granadino, a llegar a las listas a la Cámara Alta. Aupado por su buena relación con García Egea y porque el partido le puso como condición a Sebastián Pérez que dejara de ser concejal si quería ser senador.
En esa tesitura, Vicente Azpitarte irá de dos al Senado, pese a haber sido el cabeza de lista en abril. La explicación es sencilla: no importa el orden ya que, al ser listas abiertas, los votantes pueden depositar su confianza en cualquier candidato. Por eso a Sebastián Pérez no le salían las cuentas, porque es consciente de que hay una parte del electorado que no le tiene como opción preferente, como ya sucediera en anteriores comicios al Senado donde ya estuvo desde 2008 hasta el pasado mes de mayo cuando el partido le retiró de la lista.
El hecho concreto es que Robles ha logrado su objetivo de prosperar en un PP donde Sebastián Pérez está cada vez más aislado. Fuentes de la dirección nacional llegan a considerar a Pérez como un “cacique” dando muestras con ello de que no confían en el hoy concejal del Ayuntamiento de Granada y presidente provincial. Evidenciando que al mínimo error, será depurado desde Génova. Eso sí, hasta los más críticos con el máximo mandatario de los populares granadinos reconocen que de algún modo “ha vuelto a ganar” porque pretende que Robles sea su sustituto en 2021 cuando haya que elegir a la nueva presidencia y él pueda seguir sobreviviendo en la formación. Aunque para lograr ese objetivo, José Antonio Robles ya ha estado maniobrando por su cuenta.
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