Las negociaciones del ERE de Unicaja salen del punto muerto al comenzar las movilizaciones de los trabajadores
El Expediente de Regulación de Empleo anunciado en Unicaja Banco discurre por la senda del desencuentro entre la empresa y los trabajador. Este martes se ha retomado el diálogo, con el contrapunto por la tarde de la primera de las movilizaciones anunciadas por los sindicatos. Por la tarde, trabajadores y familiares se concentraron frente a la sede del banco, en la Avenida de Andalucía de Málaga. Según los sindicatos, acudieron unos 2000, muchos de ellos desde fuera de la provincia. A las siete y media de la tarde, los que venían de Córdoba tomaron el autobús de vuelta, ovacionados por sus compañeros. Es la primera protesta de un calendario in crescendo que contempla dos jornadas de huelga, el 26 de noviembre y el 1 de diciembre, si antes no se alcanza un acuerdo que por ahora no se vislumbra. Sin embargo, los sindicatos admiten que la empresa se ha movido, al fin, de su posición inicial.
A medio camino del proceso de negociación formal del ERE (concluirá el próximo 4 de diciembre, un mes después de empezar), todavía ven lejos el acuerdo. “La situación ahora está peor que cuando empezamos”, resumía Alicia Domínguez, responsable de comunicación de CCOO en Unicaja, antes de la reunión de este martes. En la propuesta del martes hubo mejoras, pero Domínguez las calificó de “insignificantes”.
“La empresa, ante la presión de la movilización de esta tarde, por fin, se ha movido incluyendo a los que cumplen 56 años en 2021 en las salidas. También ha visto bien y admite el teletrabajo como medida de disminución de movilidad. Ha mejorado muy poco el resto de medidas”, comenta Rubén Miguel de Andrés, secretario general de UGT en la entidad.
Unicaja Banco plantea el despido de más de 1.500 de sus 8.500 trabajadores, consecuencia directa e inmediata de la fusión de la caja malagueña y Liberbank, cerrada el pasado verano. Tras la fusión, el banco se convirtió en el quinto de España por volumen de activos.
Más de 1.500 despidos, mayoritariamente de menores de 50 años
Unicaja mantiene la intención de ejecutar 1.513 despidos (354 en Andalucía) y aplicar la movilidad obligatoria a los que se queden (teóricamente para limitar el número de despidos), a lo que ha añadido una propuesta de homologación laboral y la aplicación de “jornadas singulares” para el 15% de la plantilla, replicando el modelo de Liberbank. Para los trabajadores procedentes de Unicaja, esto supondría perder los hasta ahora intocables horarios de ocho de la mañana a tres de la tarde. De tener efecto nulo en los costes, la “homologación” ha pasado a plantearse como una medida de ahorro para el banco. Los sindicatos creen que, tal y como está planteada, implicaría crear plantillas “de primera y de segunda”.
Con todo, el principal escollo está en cómo seleccionar a los trabajadores que abandonarán la entidad. Unicaja rechaza que la voluntariedad sea el criterio único y exclusivo para el ERE, como piden los sindicatos. De mantenerse la propuesta del banco, de los 1.513 despidos (508 de servicios comunes y 1.005 de la red comercial), 1.323 serían de menores de 50 años, que serían despedidos con una indemnización de 30 días por año trabajado con un tope de veinte mensualidades, según la última propuesta de la entidad. Tras la voluntariedad, el criterio del banco para elegir a los despedidos sería el del desempeño.
Los sindicatos proponen adscripciones pactadas y voluntarias al ERE, primando las de mayor edad, como se ha hecho en otras entidades, para favorecer las prejubilaciones. La petición de los sindicatos es extender esos incentivos a partir de los 50 años. “En ese grupo, pagando la Seguridad Social hasta su jubilación, habría más voluntarios”, vaticina Miguel de Andrés. De momento, Unicaja ha limitado la oferta de prejubilación a los que hayan cumplido 56 años el próximo 31 de diciembre.
El otro gran escollo es la propuesta de movilidad geográfica. Las reubicaciones se harían preferentemente en un radio de 25 kilómetros, pero sin compensación hasta los 75 kilómetros. A partir de ahí, podría llegar a los 12.000 euros por una reubicación a más de 300 kilómetros. “Una persona de León no se va a ir a Málaga. Menos aún, sin la seguridad de que dentro de dos años no se haga otro ERE”“, ejemplifica el sindicalista, que apunta a que se trata de un mecanismo encubierto para deshacerse de más personal.
Beneficios récord tras la fusión
Hace apenas dos semanas, coincidiendo con el arranque de las negociaciones del ERE, Unicaja comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores una cifra de beneficios récord: 1.593 millones de euros hasta septiembre, doce veces más que en el mismo periodo del año pasado. Una parte sustancial es el impacto contable de la fusión. Pero excluyendo este, el banco ganó 156 millones, un 41% más en términos interanuales. Unicaja Banco prevé que las sinergias tras la fusión sumarán al menos 290 millones de euros en 2023, casi 100 millones por encima de lo previsto inicialmente.
“Solo pedimos que una parte lo dediquen a hacer este ajuste, no que nos vayamos con una mano delante y otra detrás. Lo que se pide en cualquier empresa con beneficios”, señala Miguel de Andrés, que critica que la propuesta es, por ahora, “la peor en todo el sistema financiero español. Peor que entidades quebradas”.
Los sindicatos denuncian desde el comienzo de las negociaciones la falta de información. Por ejemplo, todavía no se conoce cuáles serán las 395 oficinas que cierren, ni el criterio para elegirlas, o la propia duración del ERE. Unicaja prometió desvelar parte de la información el martes por la tarde. “Sin esta información imprescindible es temerario hacer propuestas”, dice CCOO, que se mantiene en sus términos de máximos.
Con el ERE, el banco aspira a mejorar aún más su rentabilidad en medio de un proceso de reestructuración organizativa (por la fusión) y de digitalización, que afecta desde hace años a todo el sector. La empresa no realiza declaraciones sobre el ERE, en el que está siendo asesorada por el despacho Sagardoy. Es el mismo bufete, especializado en derecho laboral, que ha asesorado en los ERE de BBVA, CaixaBank y, ahora, Sabadell. Las cuatro están inmersas en procesos de despido colectivo iniciados en 2021.
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