Las mareas plantan cara a la lluvia el 28F con una manifestación multitudinaria
El silencio del Teatro de la Maestranza apenas se ve roto por las poéticas palabras del nuevo hijo predilecto de Andalucía. El actor y director de teatro José Luis Gómez desgrana las virtudes de sus homenajeados compañeros, un ejemplo de la Andalucía del esfuerzo, el emprendimiento y la igualdad.
A la inmensa sala del Maestranza, insonorizada para óperas y sinfónicas, no llegan las encendidas reivindicaciones de una Andalucía menos oficial que reclama, a voz en cuello, “pan, trabajo, techo y dignidad” frente a las puertas del teatro, en una especie de remedo de aquella reivindicación que hizo la actriz almeriense Natalia de Molina, tras ganar el Goya por Techo y comida (Juan Miguel del Castillo). Son parte de esa “Andalucía que no se resigna y lucha en las calles”, según Rafael Polo, portavoz de las Mareas andaluzas.
Una turista japonesa, que ha salido a pasear por la ciudad a pesar del mal tiempo, mira con perplejidad, como si estuviera mirando folklore puro en un tablao flamenco, a la portavoz que lee el manifiesto de esta tradicional manifestación por el Día de Andalucía, en el que lamenta que “la pobreza se sigue extendiendo con los enésimos recortes de pensiones y salarios, con la enésima subida del precio de la luz, de la comida, de las medicinas, del gas, de casi todo lo imprescindible para vivir, con el resurgir de la plaga infame de los desahucios”.
Miles de personas -más de mil según la Delegación del Gobierno- y muchos colectivos se han unido para manifestarse este 28 de Febrero, en el que “no hay nada que celebrar y mucho que reivindicar”. Lo han hecho bajo el signo de las Mareas, las Marchas de la Dignidad; los sindicatos, como el SAT, la CGT o CNT; o partidos políticos como Podemos, Izquierda Unida o el Partido Nacionalista Andaluz. La lluvia torrencial que ha caído nada más comenzar la marcha no ha podido con las Mareas, que han terminado desbordando las calles con miles de manifestantes que no temían las previsiones meteorológicas.
La voz cantante bajo la lluvia la han llevado esas Mareas multicolores, que simbólicamente se han colocado a la cabeza de la manifestación, con representantes de las mareas verde (educación), blanca (sanidad), negra (seguridad) y resto de movimientos cromáticos, mientras los partidos políticos se situaban en unas discretas posiciones intermedias, como Podemos, o prácticamente cerrando la hilera de manifestantes, en el caso de Izquierda Unida. Lo han hecho en un recorrido que ha comenzado en la Estación de trenes de Santa Justa y ha terminado a las puertas del Teatro de la Maestranza, donde se entregaban las medallas del Día de Andalucía a personalidades del mundo de la cultura, la economía y el deporte, como el mencionado José Luis Gómez, el actor Paco Tous, la campeona de bádminton Carolina Marín o la cantaora Niña Pastori.
Entre las reivindicaciones contra la precariedad laboral o los desahucios, por el pacifismo y la sanidad y la educación pública, dos se antojan los grandes protagonistas de la jornada reivindicativa: los pensionistas, que se manifestaron la semana pasada de manera multitudinaria, y las feministas, que harán lo propio el próximo 8 de marzo. Cristóbal Raez, de la Plataforma Sevillana en Defensa de las Pensiones Públicas, asegura que su colectivo reclama “una subida digna de la pensión. No esperábamos tener que volver a manifestarnos una vez jubilados, pero la deriva de las pensiones ha sido tan triste que nos hemos visto abocados a volver a salir a las calles. El sistema público de pensiones está en peligro”.
Una pancarta morada con rótulos blancos reza: “Si nosotras paramos, se para el mundo”. La sostienen mujeres de todas las edades, que calientan motores para la huelga feminista del 8 de marzo. Manuela Jiménez, militante del Partido Comunista de Andalucía, señala que “al calor del 8M, consideramos que las mujeres debían estar presentes reclamando la huelga de cuidados, laboral, estudiantil y de consumo. Protestamos contra la brecha salarial, el trabajo gratuito de los cuidados y la violencia de género. Las instituciones andaluzas no acompañan (en la violencia de género), porque tenemos unas leyes, que luego no se dotan de presupuesto”.
Esperanza Gómez, parlamentaria andaluza de Podemos, ha destacado el apoyo de su partido a las movilizaciones por la sanidad pública, las pensiones y la huelga del 8M, para la que “el salario sobrante de la huelga irá para las cajas de resistencia de la huelga feminista”. Por su parte, Susana Serrano, portavoz de Participa Sevilla (Podemos), se ha manifestado tras la pancarta del movimiento feminista “reivindicando que un año más estamos con los que lo están pasando peor y no con las medallas”.
El manifiesto del 28F ha sido claro, en ese sentido, “las mujeres seguimos luchando contra las violencias que sufrimos, de género, sexual, laboral, judicial, institucional... y no estamos, ni de lejos, en una sociedad con igualdad de condiciones entre mujeres y hombres. El capitalismo y el patriarcado son los responsables de esta situación, por eso el 8 de marzo todas y todos a participar y apoyar el Paro Internacional de Mujeres: Huelga General Feminista, laboral, estudiantil, de consumo y de cuidados”.
En un día que lleva grabado en su himno la reivindicación de tierra y libertad, el secretario general de Izquierda Unida, el malagueño Alberto Garzón, ha reclamado sobre el asfalto de Sevilla que España sea un estado federal, para que Andalucía goce de mayor autonomía y libertad. El diputado ha señalado que el 28F “no solo reivindican el autogobierno o la conmemoración de un día histórico, sino que reclamamos un nuevo país, en el que se satisfagan los derechos sociales, como la educación y la sanidad pública, que en este momento están siendo amenazadas por las políticas de recortes de los diferentes gobiernos, no sólo del Partido Popular. Andalucía no sólo debe seguir reclamando las cuotas de autogobierno que nos corresponden, sino que, desde Izquierda Unida, defendemos el modelo de la república federal, que entienda España desde la diversidad y el cumplimiento de los servicios públicos esenciales y los derechos laborales”.
Dentro de esa reivindicación de los derechos laborales y los servicios públicos, se han unido los trabajadores de Correos, que consideran que su trabajo se está precarizando y ofreciendo un servicio cada vez peor a los ciudadanos. Así lo cree Francisco Pérez Romero, sindicalista de la CGT en Correos, denuncia que la empresa pública está “imponiendo contratos precarios de cuatro horas a la semana, cuatro horas dos días a la semana, de fines de semana, cuatro horas con nocturnidad... Falta personal, ya que en los últimos tiempos se han perdido 17.000 empleos en Correos, que ha hecho una especie de ERE encubierto. Lo sufrimos los carteros y los ciudadanos, que ven cómo se deteriora el servicio”.
Por su parte, Antonio Maíllo, portavoz de Izquierda Unida, ha criticado que el autogobierno de Andalucía se haya visto mermado por los intentos de la presidenta andaluza, Susana Díaz, de marcharse a Madrid. “La mayor parte de esta legislatura, la presidenta se ha dedicado a desgastarse los nudillos llamando a las puertas de Madrid y sigue en Andalucía, porque sus compañeros (de partido) le dieron un portazo y pactando con el partido más centralista que el Partido Popular (Ciudadanos), que ya es decir. Reclamamos la Andalucía real, la que está en la calle, defendiendo las pensiones públicas, la estabilidad de los interinos, la sanidad pública, a los trabajadores de la hostelería, los autónomos, los jóvenes que no quieren irse fuera de Andalucía a trabajar. Esa Andalucía que se rebela frente el statu quo representa lo mejor de una tierra que tiene que construir una alternativa”.