10 medidas por ley en Andalucía para fomentar los hábitos de vida saludables
La Junta de Andalucía ha aprobado esta semana el anteproyecto de Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada, que establecerá las bases de las políticas contra la obesidad en Andalucía, un problema de salud pública afecta a casi un 20% de la población adulta y que es incluso más acusado en la infantil. Será la primera vez que una comunidad autónoma regule con el máximo rango el tratamiento de la obesidad y de los trastornos de la conducta alimentaria en general, con especial atención a la infancia, la adolescencia, las embarazadas, la tercera edad y los grupos de población más desfavorecidos.
Desde la Consejería de Salud, encabezada por el consejero Aquilino Alonso, han destacado que el documento sigue las recomendaciones de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS). En su elaboración han participado alrededor de 250 personas de diferentes colectivos, entre los que destacan representantes de asociaciones de pacientes, consumidores y padres y madres de alumnos, representantes de sociedades científicas, medios de comunicación, empresarios... Éstas son 10 de las propuestas de la futura ley:
La ley obligará a habilitar aparcamientos de bicicletas en los lugares de trabajo, públicos y privados, con más de 50 empleados en plantilla o, en su defecto, en las inmediaciones. Con ello, se pretende facilitar el acceso a las personas que optan por este medio de transporte para ir a trabajar.
También pretende garantizar el acceso gratuito a agua potable en los establecimientos públicos de todo tipo, desde centros de ocio infantil a bares y restaurantes. Por ejemplo, se exigirá a las empresas de máquinas expendedoras que ofrezcan agua refrigerada gratuita a través de sus dispositivos o junto a ellos o que los bares y restaurantes dispongan para sus clientes de un recipiente con agua fresca y vasos sin tener que pagar por ello.
Los establecimientos de restauración estarán obligados a disponer de menús saludables. Igualmente, deberán ofrecer diferentes tamaños de raciones con el fin de, por un lado, evitar que se desperdicie comida, y por otro, invitar a una ingesta por encima de las necesidades del organismo.
Los establecimientos de venta, tales como plazas de abastos, deberán tener alternativas de adquisición de alimentos frescos y perecederos en cantidades de peso o unidades adaptadas a la composición de las unidades familiares.
Los centros docentes tendrán un plazo máximo de cuatro años para establecer un tiempo mínimo recomendable de cinco horas efectivas semanales de educación física. En esta línea, se fomentarán igualmente los juegos y recreos activos y se ampliará la oferta de extraescolares que incluyan ejercicio.
La norma limitará la publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida a menores de 15 años. De este modo, se evitará incentivar el consumo inmoderado de productos hipercalóricos, usar argumentos o técnicas que exploten la ingenuidad de los menores o generar expectativas referidas a que su ingesta proporcione sensación de superioridad. El Consejo Audiovisual de Andalucía será el responsable de velar por el cumplimiento.
En los centros de educación secundaria obligatoria y bachillerato se deberá mostrar, en lugar visible al público, la cantidad de calorías netas por porción envasada de los productos que se ofrezcan tanto en sus máquinas expendedoras como en sus áreas de restauración.
No podrán venderse en centros de enseñanza ni bebidas ni alimentos que sobrepasen un valor energético de 200 kilocalorías, tengan un alto contenido en ácidos grasos saturados, sales o azúcares. O sea, vetadas las golosinas y la bollería. Tampoco deberán contener cafeína u otras sustancias estimulantes.
Los planes de formación del profesorado incluirán materias de promoción de hábitos saludables, alimentación equilibrada y actividad física, mientras que en las universidades se facilitará la configuración de ofertas docentes de postgrado que aborden los problemas de la alimentación y la nutrición, la dieta mediterránea y deporte para la prevención del sobrepeso y la obesidad.
Se obligará a que haya planes de formación específica de prevención y tratamiento de la obesidad dirigidos a los profesionales, además de incorporar la materia a los programas curriculares de Ciencias de la Salud.