FESTIVAL DE CINE
Luces, cine europeo y acción: así arranca la 19 edición del Festival de Sevilla

Las presentadoras de la gala inaugural del 19 SEFF en el Lope de Vega

Sara Rojas

5 de noviembre de 2022 02:01 h

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El Lope de Vega se ha vestido de gala este viernes para acoger la inauguración de una nueva edición del Festival de Sevilla (SEFF). Por la alfombra roja que conducía hasta el emblemático teatro sevillano, han desfilado rostros reconocidos del cine europeo. Los mismos que hasta el 12 de noviembre se podrán ver en las salas de la capital andaluza, proyectados en la gran pantalla, pero también en persona. Pues dentro del programa, se contemplan coloquios con los creadores, así como encuentros de Voces Esenciales. Ciclo que se celebra por primera vez con la vocación de tender puentes entre cineastas y espectadores, reuniendo a nombres fundamentales como Alexandr Sokurov, Juan Antonio Bayona o Álex de la Iglesia.

“Esta noche todo puede pasar”, ha advertido al inicio de la ceremonia Aixa Villagrán, mientras se descalzaba con gesto cómplice y desenfadado. La actriz sevillana ha sido la encargada de presentar el acto inaugural junto a la periodista María Guerra y a su perra Kika, que también ha salido al escenario. Asimismo, han pisado las tablas del teatro algunos de los protagonistas del festival: directivos de la Academia de Cine Europeo (EFA, en sus siglas internacionales en inglés), miembros del jurado, así como directores y actores del panorama internacional y español, como Paco Caballero o Karra Elejalde, quienes han presentado la comedia familiar Reyes contra Santa, cuyo estreno mundial va a tener lugar en el SEFF.

Tras apagarse las luces, el patio de butacas se ha dejado envolver por un ambiente íntimo y cercano. Durante la gala, se han compartido avances de películas, algunas confesiones y muchas risas. Además del humor y el culto al séptimo arte, la otro protagonista de la noche ha sido la música, seña de identidad del certamen. En esta ocasión, la nota musical ha llevado la firma de la cantante indie Anni B. Sweet y la bailaora Rocío Molina. Artista galardonada recientemente con el León de Plata de la Bienal de Danza de Venecia y que con sus movimientos a la par enérgicos y delicados al compás de un juego de luces ha hecho enmudecer al público, entregado en aplausos.

Desde la intimidad para hablar de lo universal

El broche final a la jornada de inauguración lo ha puesto Les enfants des autres, película francesa que sirve de prólogo a nueve días de cine europeo con 222 títulos, 139 premieres, seis secciones competitivas y un extenso listado de actividades en torno a su programación. Se trata de “una película simple y sentimental”, tal y como la ha descrito desde el escenario su directora, Rebecca Zlotowski, antes del visionado. Pero que se propone abordar un tema “que nunca se ha contado” por medio del lenguaje cinematográfico y que nace de una necesidad personal: “Como espectadora necesitaba ver algo así y por eso la hice”, ha confesado la francesa galardonada en Cannes.

Detrás del impulso que llevó a Zlotowski a plasmar en la gran pantalla una historia sobre la maternidad desde una perspectiva diferente, late una idea que abandera la Premio Nobel de Literatura Annie Ernaux: “lo íntimo es lo que nos une a todos”. De ahí que se animara a crear una cinta que sabía podía resonar en cualquier persona a nivel global, aunque al principio cayera en la inercia de pensar que se trataba de un tema “banal”.

“No hay muchas personas en la industria del cine que consideren este tema como algo importante, puede que incluso lo vean como demasiado femenino en el sentido peyorativo de la palabra y por eso creo otras mujeres a menudo se han autocensurado a la hora de hablar de la maternidad”, ha reflexionado Zlotowski sobre el escaso eco que tiene en la gran pantalla la presión social en torno a la maternidad o a su ausencia. Algo que a ella, reconoce, también le costó comprender y decidirse a dar el paso.

La transmisión como cuestión de fondo

“El origen del proyecto es un poco impúdico”, ha confesado la directora en su primera visita a Sevilla. “Yo era una mujer de 40 años que no tenía hijos, criaba a los del hombre con el que convivía y pensaba que era tarde para tener los míos”, ha explicado Rebecca, describiendo, en cierto modo, el argumento de Les enfants des autres. “De modo que esta película, que inicialmente iba a ser el retrato de un hombre con impotencia, acabó siendo el retrato de una mujer abrumada por su reloj biológico”, en cuyo espejo ella misma se veía reflejada, según ha admitido Zlotowski desde la sinceridad.

Así pues, se propuso recorrer un terreno baldío en la producción cinematográfica, pero cuya presión recae sobre en el pecho de tantas mujeres al llegar a cierta edad. De hecho, la actriz protagonista, que durante el encuentro ha demostrado una enorme sintonía y admiración por su directora, también reconoce haber empatizado con su personaje: “en todo momento me he sentido muy cercana a lo que cuenta la película”, admite Virginie Efira. “Por eso me maravilló aún más la forma en que la película se pregunta acerca del momento en que se crean los vínculos, en qué momento se crea algo tan complejo como una familia”, ha añadido en la rueda de prensa del film.

Precisamente esa es la idea que Rebecca decidió moldear en formato película desde una mirada radiante, luminosa, sin caer en el dramatismo. “Para mí era importante que no acabase con un sentimiento de frustración, de privación o de sufrimiento”, apunta en este sentido la cineasta francófona, desmarcándose así, en tono bromista, del estilo habitual del cine francés. Propósito logrado gracias a la brillante interpretación de Virginie Efira, una de las grandes actrices europeas del momento.

Por tanto, el fondo de Los hijos de otros no es una cuestión que concierna exclusivamente a la feminidad, sino que alcanza también a los hombres en la medida en que entronca con una inquietud universal, inherente al ser humano: la idea de dejar huella en el mundo cuando dejemos de habitarlo. Preocupación que Bécquer recogió en el verso final de su rima LXVI: “donde habite el olvido/ allí estará mi tumba”.

“La idea fundamental en torno a la maternidad y a la paternidad es la idea de transmisión”, comenta Zlotowski para asegurar que “sufrimos cuando sentimos que no podemos transmitir nada a nadie”. Sin embargo, la directora está convencida de que esa “transmisión”, la herencia que podemos dejar en los demás, se puede realizar desde otros lugares, como una profesora sobre sus alumnos o un escritor sobre su obra. “Uno no tiene que tener hijos para ser recordado”, defiende Rebecca, enlazando con el final del filme que transmite a través del personaje de Virginie “que la vida está llena de promesas”.

Compromiso con la realidad del cine europeo

Además de introducir al público en la 19ª edición del SEFF y estrenar la primera película del festival que competirá junto con otros títulos por el Giraldillo de Oro en la Sección Oficial, la gala inaugural ha servido también como lanzamiento de un nuevo proyecto paneuropeo: el Mes del Cine Europeo. Así lo han dado a conocer los máximos dirigentes de la European Film Academy en la ceremonia de inauguración, que han presentado la iniciativa como una nueva red internacional de la que formarán parte 35 emblemáticos cines del continente, que arrancará cada edición en la capital de Andalucía y de ahí recorrerá otras ciudades importantes del continente celebrando la diversidad del cine hecho en Europa.

En definitiva, con la celebración de esta jornada se da por inaugurado un certamen que lleva a la práctica la cita de Wim Wenders con la que defendía que el cine no se ha creado “para distraer del mundo”, sino “para referirse a él”. De esta forma, la extensa oferta que ofrece el SEFF con cientos de estrenos, pluralidad de temáticas, estéticas y géneros, miradas poliédricas sobre el mundo desde una perspectiva íntima y cercana a la vez que amplia, con cineastas veteranos, jóvenes talentos, autores disruptivos para abarcar pasado, presente y futuro del ser humano, arroja, en definitiva, al igual que la película de Rebecca, una promesa: que cada uno de los que se asomen al cine europeo desde Sevilla, terminen encontrando “su película”, aquella que conecta con sus propias inquietudes e historia de vida.

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