El aire de Andalucía supera en 2019 los límites recomendados por la OMS en ozono, partículas y dióxido de azufre
El aire que respiramos en Andalucía supera los límites legales de ozono troposférico (O3) y rebasa las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las partículas en suspensión -en todas las provincias- y dióxido de azufre (SO2) -en cuatro de ellas-. Además, cuenta con uno de los puntos negros del país en dióxido de nitrógeno (NO2): la ciudad de Granada.
Así lo indica el último informe de calidad del aire de la Junta, que recoge los datos entre enero y diciembre de 2019 de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire en Andalucía.
Por encima del límite legal
En ozono troposférico (no confundir con el de la capa de ozono) se registraron concentraciones por encima del límite legal en 12 estaciones de medición desplegadas en seis provincias: Almería (2 estaciones), Córdoba (2), Granada (1), Hueva (2), Jaén (3) y Málaga (2).
El valor objetivo para la protección de la salud humana fijado por la legislación es de 120 microgramos por metro cúbico de aire como media medida durante ocho horas, y la normativa no permite que se supere más de 25 veces al año.
Esas 12 estaciones registraron más de 25 superaciones en 2019. La que más, la de Villaharta, en la provincia de Córdoba, con 78 días por encima de esa media octohoraria. Le siguió la de Las Fuentezuelas, en Jaén capital, con 63 superaciones.
El O3 es un contaminante que no emite directamente ninguna fuente, sino que se produce por reacción entre la radiación solar intensa -por eso alcanza sus mayores concentraciones en primavera y verano- y otros contaminantes como el dióxido de nitrógeno (NO2) -emitido por los tubos de escape de vehículos, principalmente- y los compuestos volátiles orgánicos, cuya procedencia es variada: transporte, refinerías, pintura y otras actividades que implican el uso de disolventes, según explican tanto la OMS como Ecologistas en Acción, que añade otros elementos para la formación del ozono como el metano.
Los valores más altos suelen darse fuera de los cascos urbanos, porque el ozono tiende a descomponerse en zonas de alta concentración de óxidos de nitrógeno, donde hay mucho tráfico. Según la OMS, “el exceso de ozono puede causar problemas respiratorios, provocar asma, reducir la función pulmonar y originar enfermedades pulmonares”.
Partículas, el contaminante más extendido
Las partículas en suspensión (PM10, con tamaño inferior a 10 micras o PM2,5, aún más finas, menos de 2,5 micras, pero más dañinas para la salud) son el contaminante que afecta a un mayor número de personas, según la OMS. La normativa establece un máximo de 50 microgramos/m³ de partículas PM10 de media al día, que no puede superarse más de 35 veces al año.
Numerosas estaciones de medición de calidad del aire andaluzas registraron niveles superiores de este máximo diario, pero sólo la de Villanueva del Arzobispo (Jaén) lo hizo más de 35 veces durante 2019. Llegó a 54. La localidad jienense, uno de los municipios con mayor producción de aceite de oliva de España, cuenta con numerosas calderas particulares de biomasa, principal origen de su elevada concentración de partículas, especialmente en los meses invernales.
El límite legal anual de PM10 es de 40 microgramos/m³ de promedio, que no supera ninguna estación andaluza. Pero la Organización Mundial recomienda que no se rebasen los 20 migrogramos/m³, la mitad de lo que fija la normativa europea, que es la que se aplica en España. Y esos 20 microgramos de media anual se superan en la mayoría de puntos de medición de todas las provincias andaluzas: en 42 de las 65 estaciones de la red. La mayor concentración anual de estas partículas está en Prado del Rey (Cádiz), con 34 microgramos/m³, y otras cuatro estaciones registran 30 o más microgramos: Armilla (Granada), la mencionada Villanueva del Arzobispo, Málaga capital y Moguer (Huelva).
Diferencias entre la normativa europea y la exigente OMS
Ecologistas en Acción lleva años pidiendo que España y Europa apliquen los baremos más exigentes de la OMS, ya que la ciencia encuentra perjuicios para la salud a concentraciones cada vez más bajas de partículas.
Igual sucede con las PM2,5, las más pequeñas y dañinas, puesto que penetran hasta los alveolos pulmonares, no se expulsan con la tos o los mocos y puede llegar incluso al torrente sanguíneo. En Andalucía ninguna estación supera los 25 microgramos/m³ de máximo permitido por la normativa, pero 15 de las 24 estaciones que miden estas partículas tan finas rebasan los 10 microgramos/m³ que fijan las directrices de la OMS como límite para la protección de la salud.
Según la OMS, “la contaminación por partículas conlleva efectos sanitarios incluso en concentraciones muy bajas; de hecho, no se ha podido indentificar ningún umbral por debajo del cual no se hayan observado daños para la salud”.
¿Qué pasa con el dióxido de azufre?
En dióxido de azufre (SO2) las diferencias entre los límites de la normativa y de la OMS son aún más acusadas. La normativa establece un máximo de 350 microgramos/m³ medidos en una hora, que sólo ha sobrepasado la estación de Madrevieja, en Cádiz, que llegó en una única ocasión a los 355 microgramos. Pero el límite máximo de media diaria, de 125 microgramos/m³, no ha sido superado en ningún punto de Andalucía durante 2019.
Sin embargo, la OMS, que también fijaba ese límite, lo rebajó en 2005 a 20 microgramos/m³, y lo explica por tres razones:
“Los efectos nocivos sobre la salud están asociados a niveles de SO2 muy inferiores a los aceptados hasta ahora”. “Se requiere mayor grado de protección”. Y “pese a las dudas que todavía plantea la causalidad de los efectos de bajas concentraciones de SO2, es probable que la reducción de las concentraciones disminuya la exposición a otros contaminantes”.
Los límites de la OMS se incumplieron el año pasado en estaciones de seis provincias andaluzas. No se sabe durante cuántos días, pues los medidores de la Junta no lo recogen al no rebasar el máximo de la legislación europea, pero hubo estaciones, como en San Roque (Cádiz) que llegaron a 107 microgramos/m³. Otras diez estaciones de Cádiz superaron los 20 microgramos fijados por la OMS, así como siete de Huelva, dos de Córdoba y una en Almería y Jaén.
El SO2 es un gas incoloro que se genera en la combustión de fósiles (petróleo y carbón) y fundición de minerales que contienen azufre, de ahí que las mayores concentraciones abunden en las áreas industriales y polos químicos de Cádiz y Huelva. El dióxido de azufre puede afectar al sistema respiratorio y funciones pulmonares, y causa irritación ocular, afirma la OMS.
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