Susana Díaz se convierte en la primera mujer en presidir Andalucía después de tres décadas de autonomía
Con 58 votos a favor y 48 en contra, Susana Díaz (Sevilla, 1974) ha sido proclamada presidenta de la Junta de Andalucía, la primera vez que una mujer ocupa el cargo tras 31 años de autonomía. Este sábado tomará posesión, tras dos jornadas de debate de investidura en las que ha pretendido marcar el rumbo del cambio que quiere traer a la institución y donde la “lucha impacable contra la corrupción”, y por ende, la transparencia, se han convertido en sus banderas. No ha habido ninguna abstención, que se especulaba que podría haber llegado por Juan Manuel Sánchez Gordillo, de IU, pero que hoy no ha estado, como tampoco los populares Esperanza Oña y José Antonio Nieto.
Susana Díaz, que abandonaba la sala entre abrazos y algunas lágrimas de socialistas que calificaban este momento de “histórico”, ha protagonizado hoy su primer careo con el líder del PP-A, al que le ha pedido “lealtad” en estos compromisos para “mejorar Andalucía” y para recuperar la confianza de la ciudadanía. Sin embargo, Juan Ignacio Zoido ve en este relevo “continuidad de un modelo viciado”. Ha insistido por ello en la necesidad de un adelanto electoral, recordándole que no ha sido elegida por la ciudadanía, “sino por 21.000 firmas de socialistas en una comunidad autónoma de más de ocho millones de habitantes”.
“Gobierne quien gobierne en España, las cosas van mal en Andalucía”, ha dicho, para reclamar a los socialistas: “El cambio que empiece por ustedes”. El presidente del PP-A no ha dudado tampoco en remover el asunto de los ERE fraudulentos, “con 33 altos cargos de la Junta de Andalucía imputados” y cuyo daño a la imagen de la institución ha sido uno de los motivos esgrimidos por José Antonio Griñán -ausente hoy durante las intervenciones- para dejar la presidencia, pero cuya sombra parece que tardará tiempo en poder esquivar Susana Díaz. De hecho, ha dedicado más de la mitad del tiempo de su intervención a hablar del presidente saliente y apenas se ha referido a su sucesora y a las promesas que ha hecho, para finalmente enumerar una decena de propuestas de los populares que ya estaban recogidas en su programa electoral.
Ella ha optado por pedir a los populares un compromiso con este “cambio” para Andalucía, e incluso los ha retado a presentar las cuentas de los dos partidos mayoritarios de los 10 últimos años: “Vamos ahora y hacemos las fotocopias para que las certifique un notario”. Ha intentando también embarcar a Juan Ignacio Zoido en algunas de las medidas concretas de transparencia que ha propuesto, como una reforma del Tribunal de Cuentas, la eliminación de las donaciones privadas para los partidos o la obligatoriedad de que los cónyuges de los cargos públicos presenten también su declaración de la renta.
Ha insistido igualmente en la necesidad de llevar algunas de estas medidas a un pacto nacional por la transparencia y contra la corrupción, tendiendo la mano al presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy. “Este Gobierno va a ser leal con el de España, pero esa lealtad no me la podrá exigir cuando vaya en contra de Andalucía”.
Pero, si la inminente presidenta ha estado comedida pero con respuesta contundente en este primer cara a cara con el líder del PP-A, no lo ha estado tanto el vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, quien los ha acusado de cinismo y de ser “una franquicia de la señora Cospedal y el señor Rajoy”, alejados de los intereses de Andalucía. Ha hablado de unos populares “dopados” por los sobornos del caso Bárcenas, “con sus mentiras envueltas en oro”, y les ha exigido que “devuelvan sus títulos, como hicieron Jonson o Amstrong” cuando fueron pillados haciendo “trampa”. Y, sobre todo, ha atacado a la bancada popular donde más le duele: su falta de candidato, no ya para los próximos comicios, sino para este debate de investidura.
Los socios de IU, por su parte, han renovado su confianza en los socialistas, no sólo en la votación, sino también en su turno de palabra. Su portavoz, José Antonio Castro, ha defendido el pacto entre ambas fuerzas, con las actualizaciones que sean necesarias, “porque IU aprieta pero no ahoga”, según ha referido. “En muchas ocasiones no coincidimos plenamente en las posiciones ideológicas, pero nuestro horizonte es mejorar Andalucía”, ha proclamado.