Caluroso recibimiento a los bomberos de Proemaid juzgados por rescatar vidas en Lesbos
Cientos de personas han esperado en la Estación de Santa Justa de Sevilla para recibir a Manuel Blanco, Julio Latorre y José Enrique Rodríguez, los tres bomberos juzgados y absueltos por tentativa de tráfico de personas en Grecia. Los tres realizaban sus labores de rescate en la isla de Lesbos con la organización no gubernamental Proemaid. Este era el momento en que accedían desde el andén:
Este pasado lunes, tras dos años de espera desde su imputación, los tres voluntarios han sido absueltos de intentar traficar con personas cuando lo que hacían eran dejarse su tiempo y dinero en poner sus conocimientos de rescate y salvamento al servicio de personas desconocidas que arriesgaban su vida lanzándose la aventura del mar. Lo primero que han hecho al pisar su tierra ha sido agradecer los apoyos recibidos en las últimas semanas, trasladar que están “llenos de alegría” y, sobre todo, que “el motivo por el que fuimos sigue existiendo”, por lo que no tardarán en volver a esas tareas de rescate para salvar a los refugiados.
Pese a la “poca intimidad” que les han dejado a su llegada, según reconocía Julio cuando saludaba a sus familiares, lo cierto es que a los bomberos se les notaba muy emocionados y abrumados por el recibimiento. Julio señalaba a los medios posteriormente que “se hizo duro” el momento del juicio y los días previos pero que apreciaban el “maravilloso” y “muy bonito” momento de volver a casa.
Los tres ya habían celebrado la sentencia (“Está claro que salvar vidas no es un delito, y lo ha dicho una jueza”) y esta tarde de jueves han recibido el calor de los suyos. Miguel Ángel Páez y Javier Rivas, compañeros de Quique y Julio en el Ayuntamiento de Sevilla, han comentado a este periódico que han seguido “muy de cerca” el proceso judicial tras “dos años y medio de incertidumbre”. “Ellos querían que todo pasara porque lo que quieren es volver para seguir ayudando”, apuntaban.
'Bienvenidos a casa, chicos', rezaba una de las pancartas que portaban compañeros de Manolo en la Diputación de Sevilla. “Nuestro objetivo principal es salvar vidas y ellos lo hacen en el mar de forma altruista. Estaban nerviosos porque era un juicio a lo que se han enfrentado y cualquier cosa que se pudiera tergiversar se podía haber utilizado en su contra”, dijo Juan José Martínez.
A pesar de que fueron unos meses “duros”, con una Fiscalía “muy agresiva”, llegar a casa y ver tanto apoyo y calor humano por parte de todos sus familiares y amigos ¨es muy bonito¨, señaló con un tono de emoción en sus palabras Julio.