La gran empresa propone hacer la cuarta revolución industrial desde el Gobierno de Aragón
El empresariado aragonés quiere sumarse a la cuarta revolución industrial a través del Gobierno de Aragón. El Ejecutivo autonómico pretende lanzar, junto con la nueva patronal, una Marca Aragón que fomente y difunda la imagen de la Comunidad “como centro de desarrollo económico para la atracción de inversiones, captación de talento, promoción turística y aumento de la notoriedad de los productos aragoneses a nivel internacional” dentro de un proyecto que, como segundo objetivo, contempla “promover la especialización industrial, la Industria 4.0 y la captación de inversiones”.
Ese concepto de “industria 4.0” incluye un abanico de fórmulas de última generación basadas en el mundo digital, entre las que se encuentran la ciberproducción, los trabajos en red y la aplicación de sistemas como la robótica. Vendría a consistir en la expansión de las fábricas inteligentes o smart factories, con un elevado grado de tecnificación y con personal de alta cualificación profesional. Es lo que se conoce como la cuarta revolución industrial, tras las iniciadas con la aplicación de la máquina de vapor, las cadenas de montaje y la tecnología digital.
El Gobierno autonómico ha suscrito seis acuerdos con la patronal Consejo Empresarial de CEOE Aragón, una entidad integrada por 21 empresas -algunas de ellas de propiedad extranjera como General Motors, Endesa, El Corte Inglés o DKV Seguros- que suman una facturación de 13.500 millones de euros –casi el 40 % del PIB aragonés- y ocupan a 42.000 trabajadores, el 11 % de los 357.000 asalariados privados de una Comunidad con poco menos de 200.000 autónomos y cerca de 100.000 funcionarios.
Reclamar infraestructuras digitales de alta capacidad
En los seis acuerdos se muestra partidario de “impulsar acuerdos bilaterales con los agentes sociales que, sin suplantar en modo alguno a los órganos existentes para impulsar el diálogo social, permitan profundizar en el análisis de las necesidades, aspiraciones y problemas de nuestra Comunidad”. El que se refiere a la Marca Aragón considera “sustancial” su creación para centrarse “en la reindustrialización y [con la] especialización como reto (…) como proyectos de colaboración entre el Gobierno y los empresarios”.
“Ambas partes están interesadas en intensificar la colaboración pública y privada, para coordinar actuaciones de los diversos estamentos públicos con las iniciativas privadas con interés en la promoción exterior de la Marca”, añade el protocolo, que incluye una alusión al “efecto motor de los sectores más innovadores, para abrir oportunidades de inversión exterior y aprovechar el talento de aragoneses referentes al servicio de Aragón”.
El paquete de cinco protocolos incluye otros dos que, con preámbulos similares al de la Marca Aragón, proponen elaborar “un Plan Estratégico, Industrial y de Innovación que impulse la creación de nuevas empresas industriales con alto valor añadido”, así como impulsar conjuntamente la ejecución de “infraestructuras viarias, digitales y energéticas”, las segundas como “elemento clave en la consolidación de la digitalización de la economía aragonesa”.
Los otros dos abogan por implementar “medidas de fomento de la natalidad y de atracción de población ( ) que contribuyan a revertir las actuales previsiones de descenso de la población” y por adecuar “los servicios y estructuras de las Administraciones Públicas a las nuevas realidades demográficas y territoriales”, así como por lanzar, con la colaboración de las grandes empresas, un “programa de Formación Dual que suponga la cualificación de las personas, adecuada a las necesidades empresariales, la motivación y la fidelización de los trabajadores, la mejora de la productividad y la reducción del desempleo, especialmente el juvenil”.