Ellas toman el relevo de la agricultura en Bizkaia
El futuro de la agricultura en Bizkaia avanza hacia la igualdad. Tanto la percepción del sindicato agrario Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna(EHNE) como los datos de la Diputación foral de Bizkaia apuntan a que cada vez son más las mujeres jóvenes que deciden dedicarse al primer sector. De hecho, cuatro de cada diez beneficiarias de las subvenciones de la institución foral para el mantenimiento o implantación de explotaciones agrarias fueron precisamente mujeres. Además, el 43% de las ayudas las recibieron personas menores de 40 años.
En total, la Diputación ha aceptado este año 244 expedientes del total de 279 solicitudes registradas. 65 de ellas correspondían a mujeres, 110 a hombres y en el resto de los casos se trataba de sociedades. En lo que a la edad se refiere, 75 fueron a parar a personas menores de 40 años. La inversión total de todos estos proyectos asciende a 9.700.000 euros, de los cuales la institución foral aporta el 53%. Las ayudas buscan modernizar las explotaciones familiares y atender a los retos actuales de la actividad en Bizkaia. Además, una parte importante se dedica a la captación de jóvenes que aporten sangre nueva al sector, que históricamente ha sido de edad avanzada y predominantemente masculino.
Y precisamente entre los menores de 40 años es donde el número de mujeres es mayor. Según explica Unai Aranguren, encargado de asesorar a nuevas explotaciones en EHNE-Bizkaia, “durante los últimos años habíamos alcanzado prácticamente el 50-50”. “Sin embargo, debido a la crisis los últimos dos años el número de hombres ha aumentado y la balanza se ha desequilibrado ligeramente”, matiza.
El perfil de las chicas que acuden al sindicato agrario en busca de ayuda para introducirse en el primer sector es el de una joven urbanita con estudios superiores que ha decidido dar un cambio de rumbo a su vida. Según explica Aranguren no todos los nuevos agricultores tienen opción de acceder al apoyo de las instituciones públicas. “A veces las ayudas te obligan a producir demasiado y a la gente le da miedo comprometerse a tanto”, detalla. “Lo más difícil es conseguir la tierra, pero una vez que alguien accede a ella comenzar resulta sencillo”, añade.
En este sentido, EHNE recibe muchas peticiones de personas que han decidido darle uso a un trozo de suelo perteneciente a sus familias y dedicarlo al autoconsumo. Para todos los interesados, ofrecen asesoramiento, formación y la posibilidad de tejer una red de contactos con otros baserritarras para facilitarles los primeros pasos. Aunque en un primer momento empiecen centrados en el autoconsumo, la venta de lo que les sobra también puede ser una opción si tienen los contactos adecuados. De estas redes han nacido proyectos como Nekasarea, que a través de 40 grupos de consumo une a 70 pequeños agricultores locales con 1.000 familias a las que suministran cestas de productos semanalmente.
Apuesta ecológica
Apuesta ecológicaLa perspectiva de EHNE va más allá del apoyo al sector, se trata de una visión “ideológica” que gira en torno a tres principios: defender la tierra, el consumo local y la producción ecológica. “Nuestro objetivo más ambicioso es conseguir la soberanía alimentaria en Euskal Herria”, asegura Aranguren. Para ello compaginan el apoyo a la apertura de nuevas explotaciones de pequeño tamaño con iniciativas como Nekasarea, su proyecto para el consumo local en comedores escolares u organizar la presencia de estos agricultores a los mercados semanales de varios municipios.
En todos los casos, su apuesta es a favor de la agricultura ecológica. Un área donde las instituciones todavía tienen camino por recorrer a juzgar por los datos de la Diputación. Sólo 74 de las 244 subvenciones aceptadas este año fueron a parar a explotaciones de este tipo.