Espacio de opinión de Canarias Ahora
Un año ahorrando
La verdad es que darse cuenta de repente de que la gente en el mundo real, en las ciudades del continente, se pega todo el año ahorrando para venir una semana a hacer lo que nosotros hacemos todo el año, da que pensar. Vivimos en el lujo. Supongo que por eso tratamos de protegerlo. El aumento del valor de nuestro suelo, de nuestras propiedades, la subida de precios generalizada en todos los ámbitos de la vida, debe ser para nosotros una señal que nos ayude a situar nuestra posición en el mundo, y así generar mejores contextos para nuestra vida. Decía Jacques Cousteau que “uno protege lo que ama”. Esto es para sentarse un momento, después de leer este artículo, pensar un poco sobre ello, y continuar después con la fugacidad del día a día.
En el año 1963, en un trozo de la costa de Arona, en Las Galletas, se fundó Ten-Bel, una innovadora urbanización turística junto a Montaña Amarilla, una oda a la arquitectura que debería ser patrimonio histórico turístico de España, en tanto en cuanto fue la primera ciudad turística de todo el país.
El millonario belga Michael Albert Huygens, tuvo la fantástica idea de generar este complejo, lleno de vida, luz y color en los años 80 y 90. Ten-Bel era junto al Puerto de la Cruz la emoción y diversión de la isla. Llegado el año 2002, tras 40 años, este empresario belga murió y su hija vendió la propiedad rápidamente, de manera que poco a poco comenzó a disgregarse la propiedad en pequeños particulares que llegaban a Las Galletas atraídos por los llamativos precios de estos apartamentos ya amortizados. Hoy mismo cualquiera puede comprobar como los apartamentos de Ten-Bel son los más baratos de todo Tenerife, que Ten-Bel es una ciudad abandonada donde todas las dotaciones públicas; incluidas las carreteras, los bares y las canchas deportivas, están absolutamente degradadas, como en ningún otro lugar de este territorio. Más de uno estará pensando: ¿cómo es posible que con una crisis habitacional como la que vivimos nuestras instituciones no estén buscando soluciones para que esos espacios sean rehabilitados y puedan ser asequibles para la población del sur? La hipótesis que traigo es aún más dolorosa. Hay un escenario peor. Y es que tal es la cultura actual de “territorio y arquitectura” en la que estamos metidos, todos esos complejos que hoy se tratan de paralizar en diferentes puntos de la isla por considerarse un exceso, como Cuna del Alma o La Tejita, acabarán exactamente igual que ha acabado Ten-Bel en nuestros días: abandonado por la familia de un empresario que ya no ve sentido a invertir en Canarias.
¿No deberíamos pedir una responsabilidad a quienes tanto se han lucrado de nuestra Isla? La lógica y el buen proceder debería ser un elemento diferenciador de las élites, que legitime su posición. No es siempre nuestro caso. Otra idea: ¿no sería más sencillo construir Cuna del Alma en las ruinas de Ten-Bel? Prefieren destrozar y masificar un espacio de interés científico en Adeje en vez de rehabilitar un espacio de patrimonio turístico ya intervenido. Catedráticos no parecen.
El turismo está garantizado como actividad económica durante este siglo, mientras tanto nosotros lo estamos vendiendo muy barato. Quien esté pensando en la Canarias del futuro, ya se habrá dado cuenta, de que las grandes inversiones que necesita el archipiélago en multitud de asuntos; industriales, culturales, sociales y académicos, vendrán gracias a un cambio en como logramos que de esos cuantiosos ahorros que hacen las familias para venir a Canarias, cada vez más porcentaje se quede efectivamente en Canarias, porque el problema más grande de todo esto que estamos hablando siempre, es que la mayoría de los beneficios derivados del trabajo de los canarios, no se queda en Canarias, y si no tenemos empresarios con dinero y administraciones públicas con dinero, ¿quién va a hacer las inversiones necesarias para la Canarias del futuro? ¿El que creó Ten-Bel? Cabeza. Tenemos una gran falta de auto-conciencia.
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