El poder majorero

Rafael Álvarez Gil

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En 2023 aún Asamblea Majorera goza de autonomía política. Ni el corsé de CC logra acotarla. De hecho, Asamblea Majorera existe antes de CC y durante la misma. Y es tanto el poder interno que acumula que ha decidido pactar en el Cabildo de Fuerteventura con el PSOE, rompiendo la estela decretada por Fernando Clavijo de entenderse con el PP en todas las latitudes terrenales y galaxias remotas. Y Clavijo se ha callado. No dice ni puede decir nada. Será presidente, otra vez, el lagunero; pero necesita a Lola García, la mandamás de la institución insular.

Asamblea Majorera es lo más de izquierda que concurre dentro de CC. Es la formación de Marcial Morales, Mario Cabrera… En realidad, dirigentes políticos que por sus perfiles y trayectorias respectivas podrían estar perfectamente en lo que fue ICAN o ahora NC. También la propia Lola García. Tal es así, que cuando Román Rodríguez intentó hasta le último momento repetir como candidato a la Presidencia del Gobierno en 2003, Marcial Morales y los suyos les prestaron auxilio en primera instancia. Sin embargo, la realidad territorial de Tenerife impuso el criterio: le tocaba a Adán Martín. Y listo. Ha llovido mucho desde aquello y, por el contrario, Asamblea Majorera cierra filas dentro de CC. Hasta el amago de Mario Cabrera a partir de 2019, cuando Clavijo estaba en horas bajas y corría raudo al Senado en Madrid para aforarse, de tratar de recomponer la unidad o confluencia nacionalista, quedó en nada.

Así las cosas, Asamblea Majorera está cómoda dentro de CC y, a su vez, Clavijo requiere de los majoreros. Es más, en la confección de la lista autonómica de CC que encabezó el lagunero, acabó ganando la decisión de Asamblea Majorera de poner a uno de los suyos que le hiciera compañía, relegando la opción de Vidina Espino de concurrir por la circunscripción canaria junto a Clavijo. Son necesidades políticas mutuas entre dos organizaciones que hoy, y desde los años noventa, van de la mano.

Bien mirado, en Tenerife no les tendría que dejar con mal sabor de boca el pacto de Lola García con el PSOE en el Cabildo de Fuerteventura. Si ha ocurrido esto es, no siendo menos, un sibilino o casual mensaje a navegantes al PP de que, en cualquier instante, CC dispone de otras salidas de poder si las cosas en Madrid o en Presidencia aquí, se tuercen. ¿Quiere decir esto que Asamblea Majorera es dominante dentro de CC? Para nada. Recordemos que la indisciplina de voto de Ana Oramas en el Congreso de los Diputados a cuenta de la sesión de investidura de Pedro Sánchez en enero de 2020, quedó en una multa simbólica que Oramas abonó sin problema. Le salió barato, muy barato, el desmarcarse para sorpresa de CC y NC cuando subió a la tribuna de oradores. Vox aplaudía entonces con una sonrisa de oreja a oreja. En Asamblea Majorera fastidió. Pero Tenerife dictó clemencia. Y en el presente Oramas retorna a la sede del Parlamento en Santa Cruz de Tenerife. La delimitación de poder entre CC y Asamblea Majorera no solo se mantiene y se respeta, ninguno invade al otro, sino que (además) tendrán el pegamento del poder institucional los próximos cuatro años. Mar en calma.

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