El león del WOMAD ya ruge en Santa Catalina
El león que define desde sus inicios al WOMAD ha vuelto a rugir en Las Palmas de Gran Canaria con el arranque de la vigésima edición del festival, que ha ofrecido a sus fieles una noche mestiza de flamenco, rap canalla y el klezmer roquero de los belgas Kermesz a l'Est.
La apertura de los mercados global, local y de artesanía y la zona solidaria puso en marcha antes de que sonar la música una edición de aniversario redondo para el WOMAD de Gran Canaria, que ha vuelto a reunir a miles de personas en el parque de Santa Catalina.
Pese a los malos presagios, el tiempo respetó y la lluvia dio una tregua a los participantes de los talleres de percusión y a los espectadores de las primeras proyecciones de cine, que sirvieron de antesala a la inauguración del escenario principal, a cargo de la voz profunda de la cantaora cordobesa María José Llergó.
Con Marc López a la guitarra, el debut de la andaluza en Las Palmas de Gran Canaria rompió el hielo sobre la platea central del festival, arrancando palmas y ganándose el primer aplauso de este 20 cumpleaños del gran festival de las músicas del mundo.
“Casi no he llegado y ya me estoy enamorando”, agradeció la artista en su entrada en la tarima, ante la que se agolparon los primeros espectadores para escuchar un flamenco clásico y propio, con fandango y un homenaje a los fallecidos en el Mediterráneo.
Con un giro de 180 grados, los versos canallas del herreño Bejo encendieron la fiesta en un parque Santa Catalina abarrotado.
Sus rimas descaradas y su afilado sentido del humor hicieron mover las caderas a ritmo de hip hop y trap, que entre risas marcó la representación isleña de la primera jornada WOMAD.
El parafernalio del rapero de Valverde pautó las palmas del público, que se dejó conquistar por el flow singular de este artista, que repartió diferentes frutas, dulces y expresiones, coreadas al unísono en el parque junto a Dj Pimp.
La fiesta gamberra de Bejo arrasó como un huracán entre jóvenes y no tan jóvenes, que marcaron el paso hacia el concierto de cierre de la primera jornada.
Chaquetas de cuero y un ejército de instrumentos heredaron el escenario, que los ocho componente de Kermesz a l'Est hicieron suyo con una música venida de los Balcanes a ritmo de viento y percusión.
Con sabor a latón, el klezmer reinventado de la banda belga puso el broche al jueves, con un público entregado a un sonido bullicioso e innovador, que no dejó indiferente a nadie.
Desde la base del escenario hasta el edificio Miller, el parque se desbordó de WOMAD por todos sus costados, derrochando ritmo a golpe de tambores, armónicas, saxofones y trompetas.
Con la tradición balcánica de base, la versión llena de fuerza del octeto resonó en el Santa Catalina, que se contagió de la energía de los belgas y de una propuesta con sello propio de rock y metal.
Kermesz a l'Est despidió el primero de los cuatro días de WOMAD, que regresará este viernes con más cine, talleres, y las actuaciones de Chateau Rouge, Maalem Hamid El Kasri, Delgres y Oumou Sangaré en el escenario principal; e Ida Susal, Talisk, Gecko Turner y la sesión de Indian Man en la tarima Boulevard.